—No tengo nada valioso que ofrecerle a la Tercera Princesa. Espero que este pequeño detalle no provoque risas —Xiu Wanxia entregó suavemente el regalo al criado, y él lo sostuvo respetuosamente con ambas manos mientras se lo presentaba a Feng Jinzi.
—Como eres una antigua amiga de su majestad, no tienes que ser tan cortés —Feng Jinzi sonrió amablemente. Sus ojos destellaron al ver a Xiu Wanxia.
Esta persona era como ella. Lo que se ocultaba detrás de su sonrisa dulce y pura era otra máscara misteriosa que nadie conocía. Feng Jinzi ocultó la emoción en sus ojos y abrió la caja de madera.
Cuando la Tercera Princesa abrió la caja de madera, todos contuvieron la respiración ligeramente al ver lo que había dentro.
—¡Perla del Dragón! —exclamaron en shock.