Demasiadas emociones se habían enredado en su mente que no podía ordenarlas por un momento.
—¿Estás ahí? —Wu Tianxiang fijó su mirada en ella.
Por otro lado, ella quería quitarse la capa negra y mostrar su rostro porque quería averiguar su reacción cuando la viera.
Sin embargo, este impulso se calmó después de un momento de reflexión.
—Gracias —Ella tomó la pierna de pollo de su mano y mordió la carne tierna de la pierna.
El bosque por la noche era oscuro. Los árboles se alzaban sobre ellos, sus ramas se retorcían y enroscaban como dedos que intentan agarrar algo. Desde esta perspectiva, uno podría sentir que las débiles luces de las lunas gemelas estaban cubiertas con ramas de árboles.
—Tú duerme; yo estaré de guardia —Después de terminar de comer, Wu Tianxiang apagó la fogata.