Mallory se inclinó hacia Lady Rose, su curiosidad despertada y ansiosa por más detalles. Preguntó,
—¿Enamorado?
Una pequeña risita escapó de los labios de Lady Rose, divertida por la sugerencia de Mallory. —Cuando el diablo lo creó a él y al resto de nosotros —dijo—, se aseguró de que ninguno pudiera alterar nuestra verdadera naturaleza, menos que nadie, Hadeon. El amor no es algo que Hadeon haga.
Por alguna razón, las palabras de Lady Rose pellizcaron a Mallory, aunque ya estaba consciente de la naturaleza de Hadeon. Este conocimiento también era precisamente la razón por la cual mantenía su distancia del caldero de locura.