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La expresión de Chase se volvió fría, y se sintió vagamente incómodo. No podía descifrar lo que Hazel estaba pensando, ¡pero estaba seguro de que ella no quería volver a casarse con él!
Hazel aún no había notado el cambio en Chase. —Estoy cansada. ¡Subiré a descansar primero!
—¡De acuerdo!
—Ah, cierto, el próximo sábado, resulta que estoy libre. ¡Llevemos a Mia a Gaprington! ¡Ya he hecho una cita con el doctor allá!
—¡Vale, entendido! —dijo Hazel y arrastró su cansado cuerpo escaleras arriba.
En el hospital.
Lyra despertó aturdida. Había pasado una semana desde que terminó la cirugía.
El doctor no le había dicho acerca de la extirpación de su útero, así que ella pensaba que solo había tenido un aborto espontáneo.
—Srta. Haynes, ¿ya despertó? —Al ver que estaba despierta, la trabajadora de cuidados, Haylee, se apresuró en ir a cuidarla.
Lyra parpadeó débilmente. Todavía estaba en histeria. —Mamá, Mamá…