Lyra estaba consumida por la inquietud, sus lágrimas fluían sin control. —Mamá, ¿no decías que tenías una manera de lidiar con Hazel?
—Ahora ella se está volviendo cada vez más descarada. Si tiene otro hijo con Chase, ¡será como si hubiera tenido cuatro hijos con él!
—¡Incluso si tengo gemelos con Chase, no puedo competir con ella!
Amara rodó los ojos y apretó los dientes de ira al oír esto.
Había dicho a sus dos primos que se encargaran de Hazel. Ellos deberían haber contratado a un asesino para eso.
Habían pasado tres meses, y no solo Hazel estaba bien, sino que ahora también estaba embarazada.
Esto la enfureció.
Estos dos primos inútiles siempre iban tras el dinero pero siempre arruinaban las cosas cuando se trataba de asuntos importantes.
—¡No te preocupes! Solo espera, ¡haré que esa puta pague! —dijo Amara.
Lyra sollozó y dijo con intenso odio, —¿Cómo puedo encontrar la paz?