Cuando Lyra escuchó esto, su cara se puso roja hasta el cuello.
Finalmente supo que Chase la estaba evaluando y no quería tocarla.
—Chase, ¿no te gusto?
—Chase la miró de reojo y la alabó en broma—. ¡Tu figura no está mal! ¡Tus habilidades también son geniales!
—Desafortunadamente, hoy estoy exhausto y no puedo levantar mi ánimo.
—¡Ponte la ropa! ¡No te resfríes! —Chase le lanzó la ropa a Lyra.
Lyra decidió ir con todo. Se lanzó y lo abrazó, intentando salvar la situación una última vez—. Chase, déjame acompañarte esta noche.
—Quiero ser tu mujer. Fui demasiado conservadora en el pasado. Ya lo he pensado bien. ¡Quiero ser tu mujer!
Chase sonrió.
Él nunca tocaría a una mujer extremadamente hipócrita como ella.
—Apúrate y ponte la ropa. ¡Mandaré a mi asistente a que te lleve de regreso!
—Chase… —Lyra se mordió los labios y lo miró con lágrimas en los ojos.
—¡No quiero irme a casa!
—¿Entonces qué quieres?
—¡Quiero que me acompañes!