Al ver que Chase había encontrado a Fred para confrontarlo, Lyra estaba asustada e inquieta.
La cara de Chase estaba cubierta con una capa de frialdad. —¿Por qué estás tan nerviosa?
—¡No estoy nerviosa! —Aunque Lyra lo negó, su corazón estaba a punto de saltar de su garganta.
Chase examinó a Lyra con una expresión siniestra.
—Chase, no me mires así. ¿No confías en mí? —El cuerpo de Lyra se entumeció bajo su mirada.
Mientras hablaba, sus lágrimas volvieron a caer. Se veía débil e indefensa.
Chase no dijo nada más. Solo fumaba en silencio y esperaba.
Mientras esperaban, Lyra se sentía aún más inquieta.
Quería encontrar una oportunidad para llamar o enviar un mensaje a Fred para advertirle que no dijera tonterías.
Lamentablemente, Chase la estaba observando. No tenía oportunidad alguna.
¡Media hora después!
Fred fue llevado a una oficina.
Había un enorme espejo de doble cara en la oficina.
Chase y Lyra estaban detrás del espejo. Podían ver cada movimiento de Fred.