—Arthur balbuceó y miró a Hazel con cuidado. Mami, nosotros no…
—Cuando vio la reacción de Arthur, el corazón de Hazel dio un vuelco. Parecía que estos dos realmente habían tocado su computadora.
—A Mami no le gustan los niños deshonestos. ¡Díganme la verdad! —Los chicos no se atrevieron a ocultarlo y dijeron con sus voces infantiles:
— Sí, usamos la computadora.
—Cuando Hazel escuchó esto, sintió un escalofrío recorrer su espalda. Miró a sus dos hijos incrédula:
— Entonces, realmente fueron ustedes quienes hicieron el sabotaje en el banquete de compromiso del señor Black, ¿no es así?
—Los chicos se miraron el uno al otro y no se atrevieron a hablar.
—¡Les estoy preguntando, lo hicieron ustedes? —... Sí, lo hicimos.
—¿Por qué hicieron eso? —Hazel alzó la voz.
—Arthur estaba tan asustado que comenzó a llorar:
— ¡Mami, no te enojes con nosotros!
—Aiden tomó una decisión y alzó su rostro infantil:
— ¡Mami, no es culpa de Arthur, yo lo hice! ¡Soy yo a quien deberías castigar!