—¿Es otro mineral? —le preguntó Kevin, mirando curiosamente el mineral que aún estaba atrapado en la roca.
—No, cariño, es el mismo, pero el que ves ahí es de mejor calidad que el que has visto en la superficie —respondió Axel con una sonrisa.
—Aún no he terminado de extraerlo, como puedes ver, pero definitivamente vale la pena perder el tiempo aquí —agregó Axel, mientras lo abrazaba por detrás.
—Kev, en 2 meses hay un torneo muy importante en la capital, y conozco a alguien allí que puede fabricarnos las armas que queremos con este mineral, y si te vuelves lo suficientemente poderoso para entonces, podrás introducir el Elemento de rayo dentro de nuestras armas —dijo mirándolo a los ojos.
—¿Ya no quieres venderlo? —le preguntó sorprendido Kevin.
—Vamos a vender el Nerudium de menor calidad y a guardar este para nosotros, las armas que podemos fabricar con él son invaluables, confía en mí —acarició Axel su rostro y dijo.