Liam pudo ver que Kerry estaba comenzando a perder la paciencia y fue entonces cuando vio una tienda que no se parecía en nada a las otras que acababan de visitar, pero el propietario también parecía vender de todo allí.
Se lo mostró a Kerry quien hizo una mueca pero aun así dijo:
—Está bien, vamos, no puede ser peor que las otras 3 que acabamos de visitar y cuyos propietarios eran unos ladrones.
Kerry entró a la tienda e inmediatamente vio a la joven detrás del mostrador y exclamó:
—Maldita sea, Alice! ¿Eres tú realmente?
Liam vio a la joven fruncir el ceño, pero según el entusiasmo de Kerry tenía que ser una amiga y no una enemiga, así que le dijo a Kerry:
—Quizá deberías quitarte la capucha, parece que no te reconoce.
Kerry soltó una risita y dijo:
—Oh sí, es cierto, lo olvidé.
Tan pronto como Kerry se quitó la capucha, la chica balbuceó:
—Kerry... Kerry, pero ¿qué diablos haces aquí?