—Arréglate, tenemos que escoltarte de vuelta a tu casa, esta mansión está en venta en este momento y tú eres la que nos estás retrasando, ya tenemos un comprador —murmuró fríamente dándose la vuelta para salir de la habitación y darle un poco de privacidad, pero de repente, ella sujetó su mano antes de que pudiera irse.
—¿Dónde está él? ¿Cuándo volverá? Puedo esperar... esperaré por él... ¡Puedo esperar todo lo que sea necesario! —sus ojos suplicantes lo miran rogando, pero los guardias no tienen más tiempo para ocuparse de ella. Habían recibido instrucciones de asegurarse de que fuera escoltada de manera segura de vuelta a su casa.
—Esta casa se está vendiendo, ¿dónde planeas esperarlo? ¿En la puerta? ¿En la calle? Necesitas ir a casa... —Él apartó su mano y salió, cerrando la puerta detrás de él.