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—¡Tú! —Yun Qianqian se sobresaltó, su rostro se puso inmediatamente rojo brillante y levantó sus pequeños puños para golpear a Su Han.
Pero la reacción de Su Han fue aún más rápida, como si lo hubiera anticipado todo el tiempo, agarró el puño de Yun Qianqian, presionó su cuerpo contra el suyo y la inmovilizó contra la pared.
—¡Suéltame! —Yun Qianqian gritó en voz baja, en ese momento había perdido por completo la compostura y no se atrevía a mirar a Su Han a los ojos.
—Tu intención, ¿no era tambalear mi estado de ánimo con tu belleza? —Su Han miró a Yun Qianqian, su guapo rostro se acercaba más y más, hasta que sus labios estuvieron casi tocándose.
—Ahora lo has conseguido, entonces ¿por qué quieres que te suelte? —Su Han preguntó con una sonrisa.
—No era eso lo que quería, tú, más te vale que me sueltes ahora mismo, o no seré amable más tiempo. —Yun Qianqian estaba avergonzada y enojada, pensó que Su Han podría perder el control, pero nunca imaginó que sería tan brusco.