—Muy bien —incluso con el estado de ánimo de Su Han, al ver a este joven, se sintió muy contento, pero no lo demostró. Un supergenio del Elemento Espacial, incluso en el planeta mágico de alto nivel de mi vida anterior, probablemente solo aparecería uno entre cientos de millones, ¿verdad? —¿Cómo te llamas? —preguntó Su Han.
—Yo, yo me llamo Liuyun —dijo el joven de forma algo nerviosa. Era mayor que Su Han, pero Su Han era el Maestro del Pabellón Asesino de Dioses, mientras que él era solo un Discípulo de la Secta, demostrando claramente su diferencia de estatus.
Además, aunque Su Han era joven, cuando se enfrentaba a él, Liuyun siempre se sentía como si fuera el objetivo de un monstruo sin igual, lo que le llenaba de inmensa presión.
—Ven aquí —Su Han dijo con una sonrisa, haciendo un gesto con la mano.
Liuyun respiró hondo y se acercó a Su Han.