Rei, Ava y Ash dedicaron una cantidad considerable de tiempo analizando las pruebas que Vanessa proporcionó, lo que resultó en que trabajaran toda la noche. Exhaustas, Ava y Rei finalmente se quedaron dormidos en la sala de estar de Ash.
Su sueño fue interrumpido abruptamente por los ladridos y saltos juguetones de Beethoven alrededor del sofá, mientras lamía cariñosamente cada uno de sus rostros. Cuando Rei abrió los ojos, captó el aroma tentador del café y el tocino.
Al notar que Ava y Ash seguían dormidos en el sofá adyacente, Rei sintió curiosidad por la persona que cocinaba a una hora tan temprana. Se levantó de su asiento y se dirigió hacia la cocina, solo para escuchar una voz familiar conversando con otra mujer.
Al ver a la persona que hablaba, Rei se llenó de confusión y no pudo evitar preguntar:
—¡Sandra! ¿Qué te trae por aquí? —Su mente oscilaba entre cuestionar si este encuentro era solo un producto de su imaginación o una realidad.