Anton despertó con una sonrisa, sintiendo una sensación de felicidad y calidez por haber podido compartir la cama con Mary durante toda la noche.
Esa sonrisa en su rostro desapareció al instante cuando se volteó, solo para encontrarse con que el lado de la cama de Mary estaba vacío. Confusión y preocupación llenaron sus pensamientos, preguntándose dónde podría estar y por qué no estaba allí con él.
Alarmado, salió rápidamente de la cama y revisó el armario y el baño, con la esperanza de encontrar a Mary. Sin embargo, para su desánimo, ella no estaba por ningún lado. Su preocupación se intensificó mientras se preguntaba a dónde podría haber ido y por qué se había ido sin dejar rastro.