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Henry soltó todo lo que llevaba y se sujetó a Amy, quien parecía estar a punto de caer al suelo.
—¿Dónde te duele? —Henry aulló en pánico mientras inspeccionaba su cuerpo, pero externamente no vio nada mal con ella.
—¡ARGH! H-Henry... Es demasiado... —Amy gritó de dolor, le dolía toda la espalda y el estómago. Perdió fuerza en las rodillas y sus piernas colapsaron totalmente.
Henry llevó a Amy de regreso a su campamento, frustrado porque no sabía qué le estaba pasando ni qué debía hacer. La colocó suavemente sobre el flotador azul que había llevado allí. Vio a Amy sudando intensamente, sus labios estaban blancos y se sujetaba el vientre.
—Amy, ¿te duele el estómago?
—S-Sí... —Amy murmuró débilmente, el dolor había comenzado a disminuir pero aún estaba allí.
—Tsk, debe ser el caracol. Empeoró tu intoxicación alimentaria por las chips de plátano. Lo siento, amor, no debería haberte dado ese caracol.