En cuanto tío Trev y Amy tomaron asiento en la mesa del comedor, su almuerzo fue servido. Amy estaba abrumada con la diferente variedad de comida que les servían.
Amy miró alrededor del comedor buscando a alguien.
—¿Hay algún otro alimento que quisieras, querida? —preguntó el tío Trev cuando notó que parecía que Amy buscaba algo.
Amy movió sus manos de un lado a otro y dijo:
—No, no, solo me preguntaba quiénes son las otras personas que se unirán a nosotros.
—Ah, somos solo nosotros, querida —dijo Trev secamente.
—P-Pero, ¿qué hay de tus hijas, no van a unirse a nosotros?
—No, están estudiando en el extranjero.
—Entonces, ¿por qué hay tanta comida? —Amy miró cada plato. La porción no era tanta, sin embargo, cuando contó había alrededor de 8 platos en total y solo eran dos en la mesa.