—Lu Yizhou... —Los ojos de Terra estaban teñidos de rojo mientras levantaba la cabeza de Lu Yizhou hacia su regazo, su cuerpo entero temblando mientras acunaba al hombre tanto como podía con su marco más pequeño—. Lu Yizhou, despierta...
Los ojos de Lu Yizhou seguían cerrados, sangre rezumando de su nariz, boca y oídos. Terra soltó un sollozo mientras alcanzaba a limpiar la sangre. Pero era inútil, seguía fluyendo y manchando la hermosa aunque pálida cara de su centinela.