Esta era la primera vez que el rey de parásitos había sido sometido a tal tortura. Deseaba poder desmayarse, maldecir a los trece ancestros del general o despegarse del cuerpo de Merrick y adherirse al del general en su lugar, succionando las materias de su cerebro mientras se deleitaba con la súplica desesperada del hombre. Sin embargo, no pudo hacer ninguna de esas cosas. La silla retumbaba con violencia mientras su cuerpo se convulsionaba. Trató de abrir la boca tanto como fuera posible para dejar entrar aire fresco, pero eso solo resultó en un asqueroso rastro de baba que le escurría por la mandíbula.
Lu Yizhou sacudió sus manos que habían tocado el calcetín y miró al presidente con asco. Dejando que Merrick disfrutara del sabor de su propio calcetín hasta saciarse, Lu Yizhou se dirigió al centinela que había intentado matarlo y lo arrastró frente a la cámara, empujando sus hombros hacia el asiento que él había ocupado antes.
