```
—Realmente le creció un par de orejas. Orejas puntiagudas de gato con pelaje negro y esponjoso en la punta.
—Volvió a suceder —Oliver pensó aturdido—. La primera vez que ocurrió, Oliver aún podía atribuirlo a tener suerte. Su médico incluso había dicho que esto era un hecho muy raro, casi nunca visto antes. ¿Pero la segunda vez? Y ambas veces, estaba en presencia del Alfa, haciendo... ejem, cosas traviesas que implicaban acción que los dejaba a todos sudorosos y cansados. ¿Qué pasaría ahora si tuviera sexo con el Alfa algunas veces más, comenzaría a mostrar más y más signos bestiales? Podría ser posible —Oliver parpadeó somnoliento—, pero aún necesitaba más observaciones para estar seguro. Bostezó, incapaz de formular cualquier idea científica en su mente. No cuando el calor de Lu Yizhou era sólido detrás de su espalda con su nudo todavía atorado dentro del trasero de Oliver.
