—Las largas pestañas de Ren Zexi temblaron mientras rodeaba con sus brazos los anchos hombros de Lu Yizhou. Su mente se quedó en blanco y todos sus nervios se concentraron en la suave sensación en sus labios. Eran los labios de Lu Yizhou... los labios con los que había soñado durante años...
—No pudo evitar besar al hombre con más intensidad, jadeando. Su corazón casi explotó por el amor y el cariño que sentía. "Me gustas, Tío Lu... Te amo, te amo tanto... ¿Qué debería hacer?"
—Lu Yizhou salió de su ensueño al escuchar la voz de Ren Zexi. Empujó al adolescente con más fuerza de la esperada, tomando a este por sorpresa tanto que tropezó hacia atrás y cayó de culo. Sin embargo, a Lu Yizhou no podría importarle menos. Su mente era un caos. Poniéndose de pie, se cubrió la boca con el dorso de la mano, con los ojos furiosos clavados en el atónito Ren Zexi —¿Qué estás haciendo?!
—Ren Zexi se quedó boquiabierto, desconcertado. Rara vez Lu Yizhou elevaba el tono. Podía contar las veces que el hombre lo había hecho en los últimos once años con una mano. Tres veces. La primera fue cuando lo acosaron en la escuela primaria, la segunda cuando se toparon con un paparazzi chismoso que quería tomarle una foto a Ren Zexi y la tercera en la empresa. Todas esas veces... nunca habían sido dirigidas hacia Ren Zexi.
—Su corazón tembló —¿Por qué... Por qué estás tan enojado?
—Lu Yizhou apretó los labios con fuerza, su ritmo cardíaco aumentando con tal frecuencia que dolía. Intentó mantener la cabeza fría pero el recuerdo del beso seguía volviendo una y otra vez, perturbando su compostura —¡Ya te dije antes que no se te permite besarme en los labios otra vez! ¿No te acuerdas de eso?!
—Ren Zexi se apresuró a levantarse, con incredulidad en sus ojos —¿Por qué sacas a relucir el pasado?! ¿No se me permite besarte? ¿Por qué?!
—[Notificación del sistema: ¡Advertencia! ¡Advertencia! La condición del Anfitrión es inestable. ¡Por favor, descanse de inmediato!]
—¿Preguntas por qué? —Lu Yizhou se burló con incredulidad y se masajeó las cejas—. ¿Crees que esa es una pregunta que se debería hacer? ¿Qué diablos te pasa?
Dolor y aprensión destellaron a través de los ojos de Ren Zexi, tan vívidos e impactantes que enviaron olas de shock a través de la mente de Lu Yizhou.
[666, ¿qué coño está pasando...?!]
Sin embargo, el sistema que normalmente era ruidoso y animado no se encontraba por ningún lado. La única cosa que resonaba en su cabeza era una estúpida notificación del sistema.
[Notificación del sistema: ¡Advertencia! ¡Advertencia! La condición del Anfitrión es inestable. ¡Por favor, descanse de inmediato!]
Ren Zexi dio un paso atrás, una capa de niebla cubriendo sus ojos. Sus labios temblaron violentamente mientras una risa burlona escapaba de su boca. —¿En serio preguntas eso cuando claramente conoces mis sentimientos? Lu Yizhou, ¿eres cruel o realmente no tienes idea? Incluso he— —Se armó de valor para levantar la cabeza y mirar a los ojos de Lu Yizhou, pero lo que encontró no fue nada excepto un choque extremo, ira y un atisbo de confusión. Al instante, el corazón de Ren Zexi se hundió—. No me digas que, ¿tú no tienes idea en absoluto...? ¿Cómo puede ser esto? La última vez, me alentaste y me dijiste que fuera más confiado en mí mismo!
—Eso —Lu Yizhou se sostuvo la frente y se apoyó en el sillón, su cabeza latiendo de dolor—. Pensé que estabas hablando de alguien más...
—¿Alguien más...? —La mente de Ren Zexi se quedó en blanco. Entonces, ¿todo este tiempo, Lu Yizhou nunca lo supo? Cuando pensó que el hombre finalmente se había dado cuenta de sus sentimientos y le daría una oportunidad, ¿todo era solo su propia imaginación? La felicidad que sintió cuando fantaseaba sobre su futuro, la emoción, la anticipación y la dicha, ¿todo era una... mentira?
No. No podía aceptarlo...
—Zexi, sinceramente no sabía —dejó escapar un largo suspiro—. Eres mi familia y
—¡Cállate! —Ren Zexi gritó y sin dar tiempo a Lu Yizhou para reaccionar, golpeó la puerta abierta y salió corriendo.
—¡Ren Zexi! —Lu Yizhou lo persiguió sin pensar. No podía dejar al adolescente solo, no cuando estaba demasiado alterado como para pensar con claridad.
El pasillo estaba vacío y el sonido de pasos resonaba desde la dirección de las escaleras. Lu Yizhou maldijo y corrió tras él, alcanzándolo apenas cuando Ren Zexi ya había bajado la mitad de las escaleras. —¡Ren Zexi, detente ahorita mismo!
La conmoción que causaron en la biblioteca ya había atraído la atención de los sirvientes. Aturdidos, fueron a buscar al Mayordomo An que ya descansaba en su habitación. An Kequ se apresuró a llegar y por coincidencia vio a Ren Zexi que bajaba las escaleras con lágrimas corriendo por su rostro.
—¿Qué está pasando? —preguntó con ansiedad, pero los sirvientes no dieron otra respuesta excepto, "El Maestro y el Joven Maestro están discutiendo".
Al escuchar el grito de Lu Yizhou, Ren Zexi efectivamente se detuvo en seco. Apretó los puños con fuerza, los ojos borrosos de lágrimas.
—¿A dónde quieres ir, Zexi? —Lu Yizhou intentó recuperar su aliento con esfuerzo. Solo correr por unos segundos fue suficiente para dejarlo sin respiración. Su pecho se sentía tan pesado que no podía respirar. —Ya es tarde. Vamos, si tienes algo que decir, te escucharé
—¿Qué hay para decir? —Ren Zexi gritó en medio de los sollozos—. ¡Ya he dicho todo lo que quería decir! Su corazón dolía con tanto dolor. Quería abandonar ese lugar ya mismo —en cualquier parte, siempre y cuando no estuviera Lu Yizhou— cuando la siguiente frase del hombre sonó, el contenido era como la última paja que rompió la espalda del camello.
—Ren Zexi, si aún me consideras un tío en tu corazón, quédate donde estás.
—Ja... —Ren Zexi soltó una risa despectiva, las lágrimas que se deslizaron en su boca eran amargas y astringentes, limpiando el toque de dulzura que había sentido antes durante el beso—. ¿Tío...? Lu Yizhou ah, Lu Yizhou. Realmente eres cruel... —Su garganta se contrajo dolorosamente y gritó con todas sus fuerzas, las palabras que nunca quiso decir, las palabras que desgarraban el dolor directamente al punto más profundo de su alma—. ¡Desde el principio, nunca te he considerado mi tío, y mucho menos mi familia!
Después de eso, bajó las escaleras tan rápido como pudo, ignorando los llamados de Lu Yizhou y el esfuerzo de los sirvientes por calmarlo. Eso fue, hasta que los gritos de Butler An resonaron por el aire, llenos de tanto horror y pánico. —¡MAESTRO LU!
Ren Zexi se volvió por reflejo y la vista frente a él fue como un cubo de agua fría que se derramó sobre su cabeza, apagando instantáneamente su enojo y tristeza, reemplazándolos con un miedo que nunca antes había experimentado.
Lu Yizhou se agarró el pecho, sus cejas fruncidas en dolor. Su tez, que ya de por sí era pálida, se volvió cenicienta y un tono azulado coloreó sus labios. Jadeó el nombre de Ren Zexi antes de que sus piernas cedieran debajo de él.
[Notificación del sistema: ¡Advertencia! ¡Advertencia! El peligro de la condición del Anfitrión ha superado el umbral crítico. La operación de recuperación está en curso. Iniciando apagado en tres... dos... uno...]
Al final, lo último que vio antes de que todo se volviera oscuro fue a Ren Zexi extendiendo la mano hacia él con mucho temor y desesperación.