Once años después.
La Mansión Lu había estado llena de actividad desde la mañana. Los jardineros podaban los árboles, los chefs profesionales trabajaban arduamente en la cocina y los sirvientes iban y venían decorando la casa para el próximo decimosexto cumpleaños del Joven Maestro. Aunque aún faltaban algunos meses, el Maestro de la casa había ordenado que empezaran a preparar.
Esto era especial porque era la fiesta de la mayoría de edad de Ren Zexi. Por fin dejaría atrás su infancia y se convertiría en un adulto oficial. También era la fiesta en la que Lu Yizhou nombraría legalmente a Ren Zexi como su sucesor.
El lujoso aroma de la comida flotaba en el aire y, en medio del ajetreo, Lu Yizhou se sentaba en el sofá con una tableta en sus manos, hojeando el mercado de valores. Once años no habían logrado dejar su huella en él. Seguía viéndose igual; encantador, hermoso y exquisito. Con un traje de tres piezas azul oscuro que envolvía su cuerpo alto y proporcionado, era como Adonis, su presencia era casi de otro mundo.
No, tal vez incluso más, pensó Ren Zexi mientras parado en la cima de las escaleras, mirando a Lu Yizhou con una mirada ardiente. Se veía incluso mejor, como el vino que sabe más fino con la edad, rebosante del atractivo de un hombre maduro y exitoso. Quienquiera que posara sus ojos en él, definitivamente quedaría hechizado. Al menos, eso fue lo que le sucedió a él hace todos esos años.
Respiró hondo e intentó calmar su corazón furiosamente acelerado. Con una sonrisa para ocultar cuán locamente enamorado estaba del hombre, descendió la escalera, tarareando una melodía cualquiera.
—¡Buenos días, tío Lu! —corrió hacia el hombre, abrazó sus hombros por detrás y le plantó un suave beso en la mejilla.
Lu Yizhou tarareó sin levantar la vista de la tableta. —Ven aquí y siéntate .
Era raro verlo tan serio. El corazón de Ren Zexi dio un vuelco. De ninguna manera... ¿podría ser que el mayordomo An se enteró de que recientemente había lavado su ropa interior por su cuenta y lo reportó a Lu Yizhou? Pero... Pero tampoco podía evitarlo. ¿Quién le pidió que le gustara tanto Lu Yizhou hasta el punto en que el hombre aparecía en sus sueños todas las noches?
—¿Qué pasa, tío Lu? —Ren Zexi se sentó nerviosamente, tragando saliva.
Lu Yizhou reflexionó profundamente. No tenía idea de por dónde empezar.
Hoy era el primer día del tercer año de Ren Zexi en la preparatoria. Esto significaba que se implementaría un nuevo programa en su escuela. Los estudiantes de alta posición social se mezclarían con estudiantes comunes que entraron mediante becas y solo se separarían por calificaciones.
Hoy, Ren Zexi finalmente conocería al protagonista de este mundo, Jing Xuehao.
Lu Yizhou había intentado todo tipo de formas de posponer el programa, al menos hasta que Ren Zexi se graduara, pero parecía que el mundo estaba decidido a que se encontraran al final. No importaba lo que hiciera, siempre habría obstáculos en su camino, impidiéndole cambiar el statu quo.
[666: Ríndete ah... no sirve de nada. Están destinados a conocerse.]
[¿Destinados, eh?]
Lu Yizhou miró al adolescente frente a él. Ren Zexi había crecido para ser un adolescente muy atractivo. Tenía ojos redondeados y luminosos en forma de almendra, pestañas largas, nariz de puente alto y labios carnosos y enrojecidos. Junto con un cabello oscuro suave y esponjoso y un marco delgado y esbelto, era una figura que haría girar cabezas.
Ren Zexi era incluso más exquisito que cualquiera que Lu Yizhou hubiera visto jamás. Tenía un aura diferente que atraía subconscientemente a las personas hacia él, era misterioso. No era de extrañar que siempre fuera reclutado como modelo cada vez que caminaba por la calle.
Once años. Lu Yizhou había criado al niño tímido y vergonzoso para convertirse en un chico confiado, refinado y carismático. Ya no era el villano herido, deprimente y melancólico. Que perdiera ante el protagonista así como así sería una lástima.
Después de todo, este era el niño que había criado durante más de una década. Por supuesto que tomaría el lado de Ren Zexi y lo ayudaría lo mejor que pudiera. Su corazón no estaba hecho de piedra y once años tampoco era poco tiempo. Afecto era una exageración pero digamos que se había encariñado con el chico.
A pesar de eso, al final todo era solo un simulador, así que debía mantenerse con la cabeza fría.
[666: No puedes decirle nada sobre el protagonista, Anfitrión. Solo puedes hacer todo tras bambalinas.]
[Cállate. Me lo has dicho innumerables veces.]
Lu Yizhou tamborileó los dedos en sus brazos. —Ya estás en tu tercer año, ¿eh? El tiempo vuela. —dijo.
Ren Zexi asintió desconcertado, sin entender a qué se refería. —Sí. En un rato, ya seré un adulto... —murmuró, extendiéndose un tenue rubor rosa por sus mejillas.
Lamentablemente, Lu Yizhou estaba demasiado absorto en sus propios pensamientos para notar la mirada significativa de Ren Zexi. Decepcionado, los hombros del adolescente se hundieron.
—Bien. Escúchame correctamente. —Lu Yizhou finalmente logró decidir lo que iba a decir. Miró a los ojos a Ren Zexi con toda seriedad, sin darse cuenta de que la mirada intensa hacía que el corazón del adolescente palpitara. —Eres mío, la persona de Lu Yizhou. Pase lo que pase, recuerda que siempre te respaldaré, así que no tienes que sentirte... inferior a algunas personas. Además, si hay alguien que te gusta, dímelo y veré qué puedo hacer.
La última frase fue añadida tras considerarlo. Después de todo, el inicio de la caída de Ren Zexi fue cuando se enamoró de la protagonista femenina del mundo, Meng Yun. Algunas ideas empezaron a formarse en la mente de Lu Yizhou. ¿Y si... dejara que Ren Zexi conociera a Meng Yun antes que Jing Xuehao? Quien empezaba primero siempre tendría la mayor ventaja, ¿verdad?
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de cómo el cuerpo de Ren Zexi se tensó y un destello de shock cruzó por sus ojos. ¿Por qué... Lu Yizhou sacaba esto de repente? ¿Se había enterado el hombre de sus sentimientos inapropiados? No... no debería ser. Siempre se había asegurado de ocultarlo bien. No quería que Lu Yizhou lo odiara o, peor aún, lo abandonara en cuanto supiera que el niño que había acogido bajo su ala comenzó a desarrollar pensamientos inapropiados por él...
Ren Zexi se obligó a decir con un tono rígido —No me gusta nadie... .
Lu Yizhou finalmente levantó la vista hacia él y notó lo nervioso que estaba. Una fina sonrisa se formó en los labios del hombre —Solo digo .
Oh. Dios. Mío. El corazón de Ren Zexi dio un vuelco. ¿¡Cómo podía alguien ser tan sexy cuando sonreía?!
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —Lu Yizhou presionó su palma en la frente de Ren Zexi—. Hmm, un poco caliente. ¿Atrapaste un resfriado?
—No, acabo de tomar un baño caliente, por eso. —Él bajó la mano de Lu Yizhou y la sostuvo fuertemente—. Tío Lu, no tienes que preocuparte por eso .
Lu Yizhou se quedó sorprendido —Eh... ¿Qué?
—Si... digo si —mordió sus labios y se armó de valor para continuar—. Si me quedo soltero toda mi vida, ¿qué harías?
[666, ¿qué diablos pasa por la mente de este niño otra vez? ¿Vió algún drama de televisión anoche? ¿Por ejemplo, uno con un final triste?]
[666: Anfitrión, lo siento pero después de una década, 666 aún no ha sido equipado con habilidades de leer la mente QAQ. He enviado la solicitud innumerables veces al Dios Administrador pero ¡siempre soy rechazado! Pero juzgando por los datos completos de Ren Zexi que he recopilado durante años, ¡debe estar ocultándote algo! ¡Gasp, no me digas... que ya conoció a la protagonista femenina?! ¿Se enamoró de ella por eso está preguntando esto de una manera indirecta?!]
[¿Cómo no sabes sobre algo tan importante? ¿No es tu trabajo vigilarlo?]
—¿Te gusta alguien? —preguntó Lu Yizhou.
—¿Qué—? —La cara de Ren Zexi se enrojeció al instante como un tomate—. ¿Qué? ¿Qué me gusta? ¿Cómo—cómo voy a gustar de alguien?
Lu Yizhou sacudió la cabeza, divertido. ¿Cuándo se daría cuenta Ren Zexi de que era un mentiroso terrible? Parecía que efectivamente se habían encontrado sin que él lo supiera. Bueno, de esta manera todo sería más fácil.
—No mientas —le dio un toquecito en la frente al chico—. ¿Cuántos años crees que nos conocemos?
Ren Zexi se llevó la mano a la frente y bajó la cabeza, un rubor carmesí bajó hasta su cuello. Esto era demasiado embarazoso... ¿Desde cuándo se había dado cuenta Lu Yizhou de sus sentimientos? Pero... pero también estaba feliz. Si el hombre lo estaba preguntando, ¿significaba eso que no le repugnaba tanto como Ren Zexi había imaginado, verdad?
Su corazón comenzó a latir más rápido tanto de alegría como de emoción. Nervioso, dijo:
—Bueno, no sé si esa persona siente lo mismo por mí o no. ¿Tú qué piensas? ¿Tengo una oportunidad...?
Lu Yizhou bufó. —¿Por qué no vas a tener? Ten un poco más de confianza en ti mismo, Zexi —era ridículo, ¿en qué era el protagonista mejor que Ren Zexi de alguna manera? Se aseguraría de que Ren Zexi resultara el vencedor al final.
Al escuchar la respuesta positiva de Lu Yizhou, Ren Zexi se atragantó con su aliento, los bordes de sus ojos se enrojecieron. Si hubiera sabido que Lu Yizhou lo aceptaría tan fácilmente, ¡no habría intentado estúpidamente ocultar sus sentimientos durante cinco años!
El conocimiento de que Lu Yizhou le daría una oportunidad lo abrumó tanto que no pudo aguantarse más y se lanzó hacia adelante para darle al hombre un fuerte abrazo. Estaba fuera de sí de felicidad. Enterró su cabeza en los hombros de Lu Yizhou, inhalando profundamente. —Gracias... Muchas gracias...
Lu Yizhou le palmeó la espalda. —... Niño tonto.
[Se emociona tan fácilmente. ¿Le gusta tanto la protagonista femenina?]
—Fufufu, míralo. ¿No es la cosa más linda del mundo? Está locamente enamorado. Aaaah, el amor adolescente... 666 también quiere experimentarlo una vez —comentó el 666.
La última frase del sistema era extraña en más de una manera, así que Lu Yizhou optó por ignorarla como de costumbre.
—T—Tío Lu, ¿puedo—? —¿llamarte por tu nombre? Siempre había querido hacer eso pero lamentablemente, solo podía pronunciar el nombre de Lu Yizhou en su sueño más loco o cuando estaba solo y haciéndose una paja con la idea de ese hombre.
Paciente, Ren Zexi... No seas demasiado codicioso. Pasitos. Sí, tenía que ir paso a paso para que Lu Yizhou no huyera espantado por el intenso anhelo que Ren Zexi sentía por él.
—¿Podrías qué? —preguntó Lu Yizhou al no escuchar la continuación de su frase.
Ren Zexi negó con la cabeza tímidamente. —¿Puedes... llevarme a la escuela hoy?
—Por supuesto —aceptó Lu Yizhou a tal petición simple. Después de desayunar juntos, viajaron en el coche de Lu Yizhou con Ah Shen—su leal guardaespaldas—como conductor. Lu Yizhou trabajaba como de costumbre, dejando a Ren Zexi inquieto en su asiento.
—Esto realmente no es justo... —Acababa de confesar sus sentimientos —, ¿cómo podía Lu Yizhou estar tan tranquilo y sereno? ¿Era este el encanto de un hombre maduro?
—Ya ni siquiera se molestaba en ocultar la descarada mirada que dirigía hacia Lu Yizhou. El ardiente amor, deseo y anhelo era evidente para todos.
—Jefe, Joven Maestro, hemos llegado —anunció Ah Shen.
—En —respondió Lu Yizhou y dejó a un lado la tablet para girarse hacia Ren Zexi—. Estudia bien. No olvides lo que dije antes.
—Lo sé —infló sus mejillas Ren Zexi, haciendo pucheros. No estaba dispuesto a ser el único que estaba excesivamente consciente, así que en un arrebato de enojo, se inclinó hacia adelante para morder la punta de la nariz de Lu Yizhou y abrió la puerta al siguiente segundo, sin darle tiempo a reaccionar—. ¡Nos vemos, Ah Shen!
—Ah, e—está bien, nos vemos... Joven Maestro —balbuceó Ah Shen.
La puerta se cerró de golpe y Ren Zexi se alejó corriendo rápido como un rayo. Lu Yizhou se tocó la nariz, atónito. ¿Por qué ese mocoso lo había mordido de repente?
[666: Espera, dejarme ver si hay algo relacionado con este comportamiento en la Biblioteca del Dios Administrador. "Morder la nariz"... esto—]
666 casi se atraganta con su inexistente aliento. "Diez formas de calmar a tu amante que hace pucheros", "Cómo darse cuenta de que tu media naranja se está haciendo la difícil", "Cómo hacer que su corazón lata más rápido", etcétera...
¿¡Pero qué demonios eran estos libros?! ¡Ninguno era acertado! Afortunadamente no lo dijo en voz alta, ¡si no su Anfitrión se enfadaría otra vez!
[666: No hay nada útil, ¡Anfitrión! Espera un momento, 666 preguntará a otros sistemas.]
Lu Yizhou se masajeó las cejas. [Olvídalo entonces.]
—Ejem, Jefe —Ah Shen asomó por el espejo del parabrisas y preguntó con timidez—. ¿Lo has enfadado? ¿Debería hacer como que no he visto nada?
—Cállate —espetó Lu Yizhou y miró por la ventana hacia la espalda que se iba achicando de Ren Zexi—. Vamos ya.
N/D: La definición misma de un sistema cavando un hoyo para su Anfitrión, jaja.
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