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N/D: en caso de que te lo hayas perdido, hay un cambio en la escena y ahora están solos en la habitación de Theodore (sin padres mirando jaja)
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Theodore observó a Raphael a través de sus pestañas, su mente aún rondaba en el evento anterior y no podía sacarse de la cabeza la verdadera forma del vampiro. Aquel cabello plateado y ojos carmesí, Theodore estaba seguro de que lo atormentaría en sus sueños a partir de ahora; sin embargo, no podía asegurar si serían buenos sueños o pesadillas.
Estar solos solo aumentaba la incomodidad de la situación. Más aún cuando Raphael no hablaba y solo se apoyaba contra la pared para mirarlo. Theodore no tenía idea de lo que estaba pensando. Era ridículo. Esta era su propia habitación, ¿entonces por qué estaba aún más nervioso que el vampiro?
Cruzó los brazos y miró directamente a los ojos de Raphael en un intento de ejercer impulso. —Entonces, ¿realmente eres un vampiro? —Theodore maldijo entre dientes. Claro que lo era. ¿Qué clase de pregunta estúpida era esa? Había visto claramente lo penetrantes que eran esos ojos rojos sangre. Era un tipo de rojo que rara vez veía, incluso más puro y brillante que el tono más profundo de la rosa roja. La realización le cayó de golpe. —¿Eres un sangre pura?
—Lo soy —respondió Lu Yizhou con voz tranquila.
Theodore estrujó su cerebro para recordar la lección de sangre pura que había recibido antes, pero se le hacía difícil, especialmente cuando miraba a esos ojos que habían vuelto a ser plateados pero que todavía eran magnéticos y cautivadores. Theodore tragó saliva y los ojos de Raphael se desplazaron hacia abajo para seguir el movimiento, enviando escalofríos por su espalda. Quería decirle a Raphael que dejara de mirarlo pero al mismo tiempo, también estaba eufórico por recibir toda la atención del vampiro. —¿C—Cuántos años tienes?
Escuchó al hombre suspirar. —Ha pasado tanto tiempo que ya no puedo recordarlo.
—¿Es... eso así? —Theodore tamborileó sus dedos sobre su brazo y antes de poder pensar, las palabras salieron. —Entonces, ¿por qué estás aquí como un sirviente? Eres un Rey, deberías vivir rodeado de lujo —entrecerró los ojos y soltó una risita incrédula—. No me digas... ¿realmente has venido por mí?
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Lu Yizhou guardó silencio mientras reflexionaba sobre cómo responder. No tenía problemas en admitirlo pero después de la pregunta de Callen anteriormente, se volvió un poco extraño decir que la razón por la que estaba aquí era de hecho Theodore. ¿Qué pensaría el adolescente de él? ¿No se repugnaría más de lo que ya estaba?
Cada segundo que pasaba hacía que Theodore estuviera más y más inquieto. ¿Por qué no podía decirlo? Si... Si lo confirmaba, ¿qué haría Theodore? Una cosa era cierta, estaría feliz, tan feliz que todo lo demás le parecería insípido en comparación. Su paciencia rápidamente alcanzó su límite y casi pierde los estribos cuando el sonido de un estómago rugiendo resonó en la habitación, largo y lleno de vigor. Theodore se paralizó. —Tú…
—Mis disculpas —Lu Yizhou frunció el ceño. Se tomó la frente y se enderezó, con la intención de terminar la conversación aquí—. Parece que tendremos que hacer esto otro día. Esta noche, es un poco
¿Raphael tenía hambre…? Theodore parpadeó varias veces. —¿Cuánto tiempo hace que no comes? ¿No acabo de compartir mi comida contigo esta maña—? —sus palabras se desvanecieron y sus ojos se tornaron reflexivos—. ...¿No puedes comer comida humana?
—Joven Maestro... —dijo Lu Yizhou impotente.
—Dímelo honestamente —Theodore apretó los puños—. No puedes comer comida humana, ¿verdad? —todo este tiempo, siempre había forzado a Raphael a comer delante de él y se sentía satisfecho cuando veía que la comida entraba en la boca del hombre—. Él era un vampiro de sangre pura y para un sangre pura, la comida humana era como mierda de vaca, Ben se lo había dicho una vez. Theodore palideció. ¿Qué había hecho...?
Lu Yizhou soltó un suspiro. —Deberíamos
—¡Dímelo! —Theodore gritó con fuerza, la mandíbula tensa por la aprensión.
Lu Yizhou lo miró en silencio y luego asintió levemente, lo que hizo que el cuerpo de Theodore se relajara al instante. —No puedo digerir esos alimentos pero está bien mientras los vomite.
Una risa irónica escapó de los labios de Theodore mientras se frotaba la cara. —Y todo este tiempo he pensado que estaba siendo de gran ayuda —levantó la vista de golpe, con los ojos enrojecidos—. ¿Por qué no me rechazaste? ¿Te resultaba divertido verme así?! ¿Me tenías lástima
—¡No! —Lu Yizhou se giró y se le acercó. Se inclinó al nivel de los ojos de Theodore y subrayó con toda seriedad:
— Nunca te he tenido lástima ni me he reído de ti antes. Joven Maestro... —Bajó la mirada y sus pestañas temblaron suavemente—. Creo que eres muy amable. Ben tiene razón. Eres un niño muy bueno
—¡No soy un niño! —interrumpió enojado.
El vampiro pareció sorprenderse y luego se rió, el sonido suave y aterciopelado que le hizo cosquillas en la piel:
— Está bien, no eres un niño. Lo que quiero decir es que simplemente no podía rechazar tu amabilidad, Joven Maestro —dijo con una fina sonrisa en su rostro.
—¿Por qué…? ¿Por qué Raphael no podía rechazarlo? ¿Por qué era tan amable y gentil? ¿Por qué seguía aquí con Theodore? ¿Por qué se había convertido en su sirviente? Claramente era un rey que debería estar por encima de los demás y, sin embargo, aquí estaba, atrapado haciendo tediosas asignaciones y siguiendo órdenes ridículas de un arrogante joven maestro humano…
Theodore se mordió los labios, su corazón latiendo cada vez más fuerte. Raphael lo hacía todo por él. Él era quien había hecho que Raphael se quedara. Theodore todavía no tenía idea de cuál era el propósito de Raphael, pero como maestro, debería responsabilizarse del bienestar de su sirviente, ¿verdad? Tomó una decisión y con una inhalación profunda, comenzó a desabotonarse la camisa.
Los ojos de Lu Yizhou se agrandaron al ver la escena —¿Qué...?
—Tienes hambre, ¿verdad? —La voz de Theodore temblaba, al igual que sus dedos. Su propia voz le sonaba extraña en sus oídos, pero eso le daba igual. Mirando a los ojos plateados del vampiro, Theodore se bajó la camisa, revelando su cuello mientras apartaba su cabello—. ¡Adelante!
Los ojos de Lu Yizhou se dirigieron a su cuello y oyó claramente al vampiro tragar saliva. Pero en el siguiente segundo, se había alejado unos metros —Detente. No tienes idea de lo peligroso que es —dijo, con la cabeza palpitante de doler.
Theodore forzó las palabras a través de los dientes apretados —¿No quieres? Estaba tan nervioso. Rayos, ya estaba hecho un desastre en este momento. Podría colapsar en cualquier instante y morir de vergüenza. Esta era la primera vez que intentaba bajar su orgullo, algo que nunca había hecho por nadie antes y era tan mortificante que deseaba que el suelo lo tragase.
Pero este era Raphael. Su Raphael.
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—Ha… —Lu Yizhou se pellizcó las cejas, su expresión grave y pesada—. No. Te lo digo en serio, Joven Maestro. Hace tanto que no como. No tienes ni idea, podría romperte el cuello de un mordisco y beberme tu sangre.
—Llámame Theo —se levantó—. ¿...Qué?
—Dije, llámame Theo. No Theodore. Te doy permiso para eso —Theodore caminó hacia la mesa y agarró el cuchillo para frutas y, bajo la mirada atónita de Lu Yizhou, se cortó en las yemas de los dedos. Se encogió y se mordió los labios por el dolor. Rara vez había sentido dolor antes y odiaba el dolor como temía a la muerte. Sin embargo, ahora, mientras la sangre manaba de la herida abierta, se llenaba de emoción y euforia, especialmente al ver que los ojos de Lu Yizhou lentamente se tornaban carmesí. Sus pelos se erizaron y tembló—. Ven aquí. ¿O prefieres que se desperdicie?
Presionó sobre la herida y una gota de sangre colgaba de sus dedos, a poco más y caería al suelo. Pero entonces, Lu Yizhou estaba frente a él en el siguiente segundo, presionándolo fuertemente contra la mesa. El cuchillo se le cayó de la mano y cayó al suelo con un estrépito. Se quedó sin aliento cuando la boca del vampiro envolvió su dedo sangrante, succionando y lamiendo con fervor —¿Es delicioso? —preguntó, su respiración se tornó pesada. Era extraño. Raphael era quien bebía sangre, sin embargo, era como si pudiera sentir la satisfacción y euforia que sentía el hombre. Estaba intoxicado, completamente.
—Theo... —la voz de Lu Yizhou era ronca mientras decía—. Una de sus manos agarró la mesa detrás de ellos con fuerza en un intento por mantener su cordura y la dura madera de caoba se desmoronó bajo la fuerza—. Empújame lejos. Ahora.
Theodore lo atrajo aún más cerca en lugar de empujarlo, sus ojos encendidos de deseo. Una vez más, bajó el cuello de su camisa para mostrar su cuello, temblando cuando Lu Yizhou dejó ir su dedo con un pop y dirigió su atención allí, hechizado —Dije... —el cabello de Theodore fue jalado desde atrás y jadeó agudamente, su cuello arqueado hermosamente como un cisne—no, era un cordero, un cordero sacrificado que se ofrecía voluntariamente al diablo. Lu Yizhou frunció la nariz ahí y olfateó, sus hombros tensos como una cuerda de arco estirada a su límite—. Empújame lejos ahora, Theodore. De lo contrario, no sabré lo que podría hacer.
—¿Por qué sigues hablando? Tu cuerpo es más honesto que tu boca —enlazó sus brazos alrededor de los hombros de Lu Yizhou y le susurró al oído—. Soy tuyo para que te deleites. Ahora muerde, Raphael.
Fue como si el último hilo que mantenía la cordura del vampiro se rompiera en ese momento. Gruñó profundamente y clavó sus colmillos en el cuello de Theodore, provocando un grito agudo del adolescente.
Theodore respiraba pesadamente mientras miraba al techo, sus ojos brumosos y atontados. El denso olor a sangre impregnaba el aire, mezclado con el dulce y embriagador aroma de la rosa. Era misterioso pero a la vez atractivo. La comisura de los labios de Theodore se curvó hacia arriba mientras pasaba los dedos por el pelo de Lu Yizhou que gradualmente cambiaba a plateado puro, presionando la cabeza del hombre más cerca —Así es... —murmuró con un suspiro—. Deberías beber. Bebe tanto como quieras…
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