—¿Qué te parece la nueva portada? ¿Está bien o volvemos a la antigua?
—¿Qué has dicho? —Estas palabras arrogantes y despectivas resonaron en los oídos de Xue Tianao. Normalmente, él no toleraría tal comportamiento despreciativo de la otra persona. Incluso si no recurría a la violencia, al menos respondería con palabras mordaces. Sin embargo, esta vez, después de escuchar esas palabras, Xue Tianao permaneció en silencio, su mirada fija en el hombre de cabellos negros que se iba envolviendo gradualmente, irradiando un aura cada vez más oscura.
—No, para ser precisos, Xue Tianao estaba mirando el arma suspendida al lado de Xiao, que se parecía tanto a un arma de fuego como a un bastón... —Esa arma... —La forma familiar, la gema azul inquietante y el aura ominosa que la rodeaba...
En un instante, los recuerdos enterrados profundamente en su mente durante más de treinta años afloraron a la superficie.
