—¿Hermano? —parpadeé, antes de terminar de digerir la palabra.
—¿Hermano? ¿Como en... Azma Ra Zir'Kal, el Señor Demonio de la Lujuria? —miré de nuevo al Íncubo con los ojos sorprendidos y agrandados. Estaba moviendo frenéticamente la vista hacia la puerta, la expresión cobarde finalmente correspondía al rostro.
—Hey, hermanas, ¿pueden ayudarme a salir de esto...? —¡Cierra la boca! —le ladré. Saber quién era solo me dio una sorpresa inicial, y lo que me llenó después de eso fue aún más asco.
Porque ahora, sentía que este Íncubo lo hizo simplemente para faltarle al respeto a Natha, y a mí. Debería haber sabido lo que significaba para un Señor colarse en la cámara de otro Señor. Natha había tenido cuidado de no provocar un conflicto interreino al no entrometerse con la política de Lujuria pero esto, ¿qué estaba pensando este zopenco?