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Chapter 16 - Capítulo 15: Relato del pasado

—Sharon: Silphie, abre una entrada a su espacio mental, ve a verificar si se encuentra bien.

— Silphie: ¡ok! De inmediato.

"Así que él es el sucesor que has estado esperando"... Palabras que resonaron en la mente de Sharon.

Silphie se acercó y desapareció sambullendo su cuerpo en la frente de Arthur. Pareció entrar en un túnel oscuro, un punto de luz al final que aumenta su brillo rápidamente, al llegar, la luz llenó toda su visión de blanco por un momento. Un espacio completamente vacío, en el cielo una Luna roja y en el suelo un lago rojo, en el centro del lago una esfera completamente blanca que palpita cómo latidos de un corazón.

¿Qué es ésto? Pensó Silphie, con cara de sorpresa al darse cuenta que en la mente de Arthur además de lo que vió, era la completa nada, un blanco brillante que provoca mareos si diriges tu mirada hacia algún punto.

Se dirigió a la esfera blanca, asumiendo que Arthur se encontraba encerrado en ella.

— Silphie: ¡Arthur!, ¡Arthur! Debes salir de ahí o quedarás encerrado en tu mente para siempre y nadie podrá salvarte.

Silphie perdió la cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que llegó e intentó sacar a Arthur de la esfera, golpes, magia o cualquier otra cosa era inútil.

Mientras tanto...

¡Ahhg! No puedo salir de aquí, no tengo idea de cuánto tiempo ha pasado desde que entré a éste lugar. Eran los pensamientos de Arthur.

Nuevamente se sentó con las piernas cruzadas, ésta vez el líquido blanco que antes sólo cubría algunos centímetros, ahora tenía al menos hasta 5 centímetros más arriba de sus talones. Sentado le llegaban a cubrir la mitad de sus piernas.

Ésta vez el sentimiento al concentrarse era totalmente diferente, a su alrededor sentía cómo si corrientes de aires ingresaban a su cuerpo y salían de su cuerpo en forma de sudor blanco, que poco a poco llenaba la esfera donde estaba encerrado.

Para él habían pasado al menos 3 semanas dentro de la esfera, aunque no tenía cómo verificar el tiempo, estuvo calculando los tiempos según el tiempo de sueño.

En esas 3 semanas todo había cambiado, el cuerpo de Arthur había cambiado, pasó de ser un debilucho delgado a un hombre joven delgado con un cuerpo fuerte y músculos marcados.

El líquido blanco ya cubrió hasta la mitad de la esfera unos pocos centímetros por debajo de su cintura.

Ya no sentía ningún beneficio o progreso después de 3 días intentando sentir la energía, pero lo que antes era un viento refrescante en la cara, ahora era como un simple soplido en su oído, audible pero imperceptible.

¿Debería intentar romper la esfera? Dudó por un momento Arthur.

Se acercó a la pared de la esfera y con un fuerte puñetazo intentó romper la capa externa. Se escuchó un Swish y después de ello un sonido de piedras cayendo en el agua.

Arthur había atravesado la pared de la esfera y había caído un par de metros en un charco rojo que parecía ser sangre.

— Silphie: ¡Arthur! Ya era hora de que salieras, ¡estuve esperándote por al menos 3 horas!

— Arthur: ¿3 horas? Pero, si acabo de vivir al menos 3 semanas dentro de esa esfera. Además de eso, ¿Dónde estamos? ¿Cómo es que ya no estamos en la cueva?

—Silphie: Mmm, se podría decir que todavía seguimos en la cueva, más precisamente dentro de tu cuerpo, en tu mundo mental. Eso que ves ahí es tu núcleo, aunque, es extraño ver un núcleo color blanco.

— Arthur: ¿Mi núcleo?, ¿quieres decir que todo éste tiempo he estado dentro de mi núcleo de Aurora?

— Silphie: exactamente, pero es extraño, no entiendo el significado de tu mundo mental, debería representar aquello que más anhelas. Alguien tan enérgico y curioso cómo tú, ¿cómo es posible que tengas un mundo tan vacío y solitario?

— Arthur: oh, así que es eso, entonces éste lugar representa mi más grande anhelo. Jajajaja, ahora entiendo.

— Silphie: ¿Ja? ¿Estás bien?, ¿no se te ha salido un tornillo?

— Arthur: Si, todo está bien, ahora debemos buscar una manera de salir de aquí.

— Silphie: eso no es ningún problema, yo me iré por dónde vine, pero tú, todavía tienes algo que hacer aquí, ya pude verificar que estás bien así que te dejo.

Silphie se convirtió en una mota de luz y salió a una velocidad increíble, atravesando el espacio y desapareciendo del lugar.

Arthur se dió la vuelta y dirigió su mirada a la luna sangrienta, apretando su puño fuertemente, mientras que algunas lágrimas brotaban de sus ojos inconscientemente.

— "Madre, te juro con mi vida que lograré salir de éste lugar y buscaré venganza por todas las vidas de la familia que fueron sacrificadas cruelmente aquel día, no descansaré hasta ver cómo todos los culpables sean atravesados con mi propia espada".

Se acercó al charco de sangre en el suelo y en el reflejo pudo ver las siluetas de todos y cada uno de los seres queridos que murieron aquel día. "Vengarme es mi más grande anhelo, están aquí para obligarme a recordar el porqué debo seguir luchando cada día". Saltó hacia el lago y cayó en las profundidades.

Decenas de manos y jalan de él, arrastrándolo hacia el fondo del lago, Arthur no se resistió, por el contrario, se sintió aliviado, hace tiempo que no sentía las manos de sus seres queridos, aunque sabía que ellos solamente eran parte de sus recuerdos, su determinación creció, sintió una energía que provenia del fondo del lago y que llenó su alma de energía, salió disparado del lago, su cuerpo brillaba con un tono blanco y su núcleo creció unas 3 veces su tamaño anterior.

Haaa- suspiró en forma de alivio "ya puedo sentir la salida", dijo mientras daba un salto hacia arriba y desaparecía en la distancia del espacio.

— Sharon: hola príncipe durmiente.

— Arthur: ¿Qué sucede? Estoy de vuelta, pero, ¿Qué fue lo que me pasó?... ¡El té!

— Sharon: Je je, parece que fue un éxito.

—Arthur: ¿Un éxito?

—Sharon: déjame explicarte. Ésto que ves aquí, es una flor llamada Narcissus Aurorus, es una flor rara que sólo crece en lugares con abundante fuente de energía Aurora y en algunos casos desarrollan habilidades elementales cuándo nacen alrededor de un cristal de aurora elemental.

El té que te has bebido es una poción de fortalecimiento de base, ayuda a los caballeros de categoría 8 y 7 a estabilizar su aura y avanzar en la manipulación de la energía aurora, en algunos casos incluso elevando su categoría 1 o 2 escalones más arriba.

—Arthur: entonces, lo que he experimentado ha sido parte del efecto del té. Pero todavía no entiendo, porqué no me dijiste nada antes.

— Sharon: Mmm, ¿Beberías una droga que puede poner en riesgo tu vida? Sabiendo que proviene de una mujer a la que llaman bruja y es la primera vez que la conoces.

_ Arthur: ahora que lo dices, tiene sentido. Es algo que no aceptaría. Pero, ¿Porqué lo has hecho?

— Sharon: la flor Narcissus Aurorus sólo florece 2 veces al año y se puede hacer té con sus pétalos sólo hasta 3 horas después de ser recolectadas.

Me temo que las hice florecer días antes de tiempo solo para mostrarte lo hermosas que son y para que conocieras a Silphie.

— Arthur: ¿Por mi? Pero, ¿Qué hice yo para que tengas que mostrarme la existencia de un gran árbol mágico de aurora y al espíritu Silphie?

— Sharon: haaa, sabía que preguntarías, he preparado la información para poder explicarte desde todo desde el inicio.

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Reino Mercia hace aproximadamente 300 años.

— Jasmine: Mi señora, el carruaje está listo para partir.

— Seredine: Gracias Jas, por ser tan confiable, avísales que en un momento partiremos

— Jasmine: enseguida, mi señora.

*Suspiró profundo*, Diosa de la vida Sylthia, te ruego me brindes tu protección ésta noche, para poder proteger la vida de miles de hombres, mujeres y niños que habitan éstas tierras, frutos de tu creación que anhelan vivir la vida que tú le has regalado, bendice a los hombres que me acompañan en ésta lucha y otorgales la fuerza y sabiduría, te lo pido con todo mi corazón.

Seredine se levantó del suelo después de su oración y se dirigió al carruaje con pasos firmes y una voluntad inquebrantable.

Esa tarde las calles estaban particularmente vacías. Un carruaje recorría lentamente la calle principal hacia la mansión del señor de la ciudad Memphis.

El atardecer ese día se tiñó de un naranja intenso y la luna sangrienta se posaba sobre las colinas dando un brillo sombrío a la ciudad.

— jinete encapuchado: Señora, los preparativos están listos, esperamos su señal para comenzar.

— Seredine: entiendo, ve a tu puesto y espera el momento adecuado para actuar.

El jinete avanzó junto al carruaje justo cómo los demás guardias de Seredine, hasta llegar a la entrada de un pasaje en el que desapareció dejando atrás el silencio de la noche.

Finalmente el carruaje llegó a su destino, en la entrada de la mansión se encontraba un Mayordomo esperando pacientemente su llegada.

El carruaje se abrió lentamente, revelando la hermosa figura de la duquesa, desde su pierna que llevaba unas zapatillas del más fino cuero, cubierto totalmente con incrustaciones de piedras de aurora, lo que le daba un brillo único, parte de su pierna se revelaba al bajar el primer escalón, su vestido elegante de color Azul brillante en la parte superior, color que se degradaba hasta sus piernas que tomó un color azul marino cubierto con piedras brillantes, lo que hacía parecer un cielo nocturno despejado.

La mirada de todos se fijó en aquella mujer, que al estar de pie frente al carruaje, logró que los presentes entrarán en un estado de hipnosis por algunos segundos.

— Mayordomo: S... Se... Señora, por favor acepte mis más sinceras disculpas. Habló cortésmente mientras inclinaba su cuerpo de manera pronunciada, evitando cualquier contacto visual, pues anteriormente no pudo evitar observarla con ojos de deseo, ella se percató de eso y podría morir si así lo ordenaba.

— Seredine: no te preocupes, solamente guíame con tu señor, no tenemos tiempo que perder.

— Mayordomo: Mi nombre es Basco, soy el mayordomo principal de la mansión del señor de la ciudad, la llevaré inmediatamente, por favor. Respondió, antes de darse media vuelta e inclinarse mientras señalaba el camino.

Seredine, pasó a su lado y entró a la mansión después de dar unos diez pasos, volteó atrás, dando una última mirada al carruaje mientras se alejaba, su determinación le dictaba que ya no había vuelta atrás, era el momento de apostar todo para ganar.