Chereads / AURORA: LUNA DE SANGRE / Chapter 18 - Capítulo 17: Busqueda

Chapter 18 - Capítulo 17: Busqueda

Una hora antes, en el centro de la ciudad.

---

El hombre encapuchado se separó del carruaje de Seredine y entró un pasaje oscuro en medio de la ciudad, se encontró con varios hombres encapuchados y vestidos de negro a menos de 300 metros de la mansión.

— Señor, la mercancía está en camino, debemos partir ahora según las ordenes de la señora. Dijo el encapuchado recién llegado.

— Bien, tenemos que llevar a cabo ésta misión sin ser descubiertos, no puede haber ningún error, ya todos saben cuál es su tarea, yo me encargaré del segundo piso, los demás se encargarán de buscar en todo el primer piso, no dejen que los descubran, en caso de ser descubierto, eliminen al objetivo antes que de aviso de su presencia.

— ¡Entendido! Respondieron todos en voz baja.

— ¡Prepárense!... ¡En marcha!

— Señor, ¿Está seguro de que este plan funcionará?

— No hay tiempo para dudar, ya el plan está en marcha, no debemos perder el tiempo pensando, sólo podemos actuar y lograr nuestros objetivos, encárgate de preparar al ejército y tomar la ciudad después del punto de culminación lunar.

— Entendido señor, partiremos de inmediato.

— Espere mi llegada mi señora, conseguiré las pruebas para probar la traición de Mathew e iré a rescatarla inmediatamente.

---

De vuelta a la mansión, oficina del señor de la ciudad.

Después de una hora de conversación, se podía notar que el trato entre ambos había cambiado mucho.

— Seredine: jajaja señor Mathew, no es necesario, ¿sabe... Puedo sentir que el olor del incienso es magnífico, no puedo dejar de inhalar una y otra vez, y parece que cada vez me encanta más. Oh, me había olvidado, yo también he traído algunas velas aromáticas para la ocasión.

— Mathew: Oh, perfecto, muéstrame que cosas interesantes has traído.

Seredine se acercó a su bolso y sacó 4 velas decoradas con patrones de flores y detalles en oro, mostrándolas con alegría mientras sonreía coquetamente.

— Seredine: éstas velas son traídas por un mercader que es parte de la familia Valens, quién viaja especialmente desde el Reino de Dantes. Es un artículo muy raro que se usa para iluminar reuniones nocturnas entre nobles, amigos y parejas de Familias ricas, me gustaría que me ayude a encenderlas y apagar las lámparas para poder disfrutar el momento.

— Mathew: Wow, interesante, no sabía nada al respecto, déjame ayudarte con eso.

Se acercó y tomó 2 velas, una la colocó en un cenicero de su escritorio y la otra la colocó en una lámpara en el librero.

Seredine tomó una, la colocó en la mesa del té, otra la colocó en la ventana y cerró las cortinas.

— Mathew: muy bueno el detalle de las velas, da una sensación más... Romántica. Dijo en tono suave después de hacer una pausa.

— Seredine: ahora que lo mencionas, tienes razón, ha ha ha, no me había percatado de ese detalle.

— Mathew: bueno, ya que está todo listo, aprovechemos el buen ambiente, hablemos de negocios, anteriormente me habías hablado de la situación de la región, que tal si hablamos un poco de eso, es algo que me agobia continuamente y no me deja dormir.

— Seredine: tienes razón, la situación no es la mejor, la región está sumida en la hambruna y el cobro excesivo de impuestos, tenemos que buscar el bienestar del... Seredine comenzó a sentirse mareada inesperadamente.

— Mathew: vaya, había demorado más de lo que pensaba en hacer efecto, definitivamente los magos tienen más resistencia a los venenos cómo dicen los libros.

— Seredine: ¡T... Tú! ¿Qué es lo que has hecho?

— Mathew: no es nada, se podría decir que, solamente estoy apresurando las cosas un poco, jajajaja, soltó una carcajada malvada elevando la voz.

— Seredine: desgracia.... do, mmh ¿Qué me has hecho? Mmmhh. Seredine comenzó a sudar y a sentirse mareada, sus párpados comenzaron a vacilar lentamente, un calor intenso comenzó a surgir desde su estómago, su cuerpo comenzó a retorcerse de manera extraña, la ropa se sentía incómoda, queriendo arrancarla de su cuerpo y sentirse libre.

— Mathew: sabía que venías a mí tan necesitada, tu pobre cuerpo que desea la compañía de un verdadero hombre, uno que te dé placer y no te deje a un lado por atender los problemas de los plebeyos.

— Seredine: ¡Tú! T...te quieres aprovech..aaah.

Matthew se acercó lentamente, colocó su mano sobre la mejilla de Seredine acariciándola lentamente. ¡Mmmhh! un gemido, ¡Paf! un golpe se escuchó en la mansión.

— Seredine: ¡¿Qué me has hecho?!

— Mathew: Mmm, nada que no te hayas imaginado que podría pasar, estando tu y yo solos en mi mansión, sólo hice algunos preparativos para que ésta noche sea inolvidable. Dijo mientras cruzaba su mano por la cintura de Seredine, la levantó y presionó contra su cuerpo.

Seredine podía sentir la respiración de aquel hombre en su oído, pero no podía hacer nada, no tenía fuerzas para alejarlo y aunque intentó luchar, su cuerpo se sentía demasiado caliente.

Al sentir el contacto de su cuerpo con la piel de aquél hombre, aumentó la sensibilidad provocada por la droga, su cuerpo actuaba de forma contraria a cómo ella quería, estaba perdiendo la consciencia, entrando en un estado primitivo de placer.

---

Media hora antes, en la habitación principal de la mansión.

Toda la habitación se encontraba desordenada, los gabinetes abiertos, la ropa en el suelo, el ropero vacío, una pequeña estantería de libros en el piso los libros abiertos.

Una sombra salió rápidamente de la habitación e ingresó a la siguiente, haciendo lo mismo una tras otra.

— Mathew, ¿Dónde has escondido las cartas e informes de Nórdic? Tengo que encontrarlos rápido y salvar a la Duquesa.

Después de 5 minutos buscando en cada habitación, no encontró nada que lo pudiera relacionar con el complot de los señores del norte de Mercia.

— ¡Maldición! Cómo es posible que en todo el segundo piso no haya podido encontrar nada. ¿Dónde pudo haber escondido todos los documentos de sus tratos y cartas?

En ese momento pasó algo por su mente. Las dimensiones del segundo piso.

—¡Eso es!, pensó mostrando un brillo único en sus pupilas, cómo si se hubiera dado cuenta de algo maravilloso.

Corrió por todo el pasillo e ingresó en algunas habitaciones, media las distancias con sus pasos y finalmente, hizo una pausa.

— Hay una habitación secreta entre la habitación de Matthew y las escaleras, no es muy grande, pero está muy bien oculta. Analizaba la situación calmadamente, mientras hacía un sonido de lechuza, que recorrió las escaleras hasta el primer piso, momentos después, algunos de sus compañeros subieron junto a él en silencio.

Con una seña clara, explicó la situación, todos asintieron sin pronunciar una palabra, comenzaron a buscar la entrada a la habitación secreta inmediatamente.

Uno de ellos entró en la habitación principal y estuvo moviendo todos los objetos que estaban en la pared, buscando activar algún mecanismo que les permita entrar en la habitación secreta.

Otros dos, estuvieron juntos urgando en las paredes del pasillo.

El líder bajo las escaleras, asumiendo que podría haber una entrada en algún lugar.

—¡Señor! Pss psss, dijo uno de los hombres en forma de susurró.

—¿Qué sucede?

— No pudimos encontrar nada, la pared y la habitación están selladas, no hay nada que nos ayude a entrar.

— Comandante, mejor sería ir a rescatar a nuestra señora y retiramos por ahora. Para volver con más tropas la próxima vez.

— Joseph: eso no es posible, si nos vamos ahora, habremos desperdiciado la oportunidad que nos ha dado la Duquesa, ella está poniendo su seguridad en riesgo para que nosotros podamos obtener pruebas y llevar a los señores de la ciudad a la corte imperial, ésto hará que los demás señores nos apoyen y envíen tropas. De otra manera podríamos provocar una guerra de poder en nuestro territorio.

Las consecuencias de una guerra en un territorio que se encuentra en crisis, sería demasiado catastrófico.

— Capitán Tiehny: Sigamos buscando, si en 10 minutos no encontramos nada, nos retiramos.

— Joseph: Correcto, no perdamos más tiempo discutiendo aquí, debemos apresurarnos.

— Caballero Higor: entendido señor, buscaré en la habitación del primer piso, quizá haya alguna escalera escondida hacia la habitación oculta.

— Joseph: dispersar. Dió la orden, mientras dirigió su mirada a la ventana, observando el edificio de la oficina principal del señor de la ciudad.

Todos los caballeros tomaron rumbos distintos, aunque ya tenían un plan trazado, la preocupación de Joseph no podía dejar de crecer, había algo que lo tenía inquieto, estaba preocupado por Seredine, tenía el presentimiento de que algo malo le iba a suceder si no se dirigía hacia dónde estaba inmediatamente.