Los días continúan pasando, las clases son entretenidas. No hay un solo día en el que no platique con las chicas y Rodrigo, la verdad es que me llevo muy bien con todos, incluso esa tristeza que cargaba en mi interior ha desaparecido casi en su totalidad. Hace un par de días pude ver un partido de fútbol en un torneo que hubo, fue emocionante, sentí la adrenalina fluir por mi cuerpo como antes. Las ganas de entrar al campo invadieron mi mente, me sentía con unas inmensas ganas de regresar a jugar, sin embargo, no podré hacerlo hasta ver mi corazón recuperado.
Estando aquí he visto más mutantes, suelen entrenar en el gimnasio, la verdad es que es increíble verlos, aún no puedo creer que todo sea real, en verdad siento que todo es un sueño. Pude ver a algunos chicos moviéndose un lugar a otro en un parpadeo. Otros podían hacer crecer plantas del suelo, algunos pueden controlar cosas con la mente, generar hielo, agua o fuego, también hay unos cuantos que pueden expandir el suelo o convertir la tierra o rocas en muros o diferentes cosas que deseen.
Mi relación con Emily no ha avanzado mucho, pero de manera definitiva ya puede hablar normalmente conmigo, parece que solo hay tener algo de paciencia con ella. Diana y Sandy se llevan bien con ella de igual forma.
Mi cabello ha crecido algo, no sé si haya algún peluquero o algo por el estilo aquí. Necesito un corte nuevo.
Me encuentro en clases, es lunes por la mañana, tras haber tomado mi desayuno como usualmente lo hacemos fui a mi aula con mis amigas. Me he vuelto más popular, todos aquí me conocen, ya sea por lo que ocurrió con David, pero no hay un solo día que alguien que no conozco me salude de forma amistosa, así mismo, he visto a David, pero nunca me mira, es como si me ignorase, tal vez recibió alguna orden de no acercarse a mí o simplemente me tiene miedo.
Las clases de Física han comenzado, hoy tengo examen parcial, no me siento sin confianza, sé perfectamente que con mis conocimientos podré hacerle frente a cualquier ejercicio que pregunte este profesor.
Él entrega las hojas, son solo seis preguntas.
"Cada pregunta vale 10 puntos, recuerden que el parcial se rige en 60% de su calificación por examen y 40% por actividades", dice.
Los ejercicios son sumas de vectores, electrostática, permeabilidad eléctrica y análisis de circuitos eléctricos. Fuera de lo que ya sabía, aquí mismo terminé de mejorar mis conocimientos con las clases, sé que pasaré con 100, pero, me preocupa Emily.
Diana dice que Emily siempre solía ir reprobando materias, pero no creo que esta vez sea así, la vi estudiando con mucha intensidad, incluso puedo verle ojeras en su lindo rostro, digo esto mientras giro mi mirada hacia ella.
"Son las 08:15, tienen hasta las 09:50 para entregar, comiencen", dice el profesor.
De forma inmediata tomo mi lápiz y comienzo a resolver mis ejercicios. Todo es tan fácil, la ventaja es que tenemos las fórmulas en el pizarrón, solo es saber usarlas, saber sustituir datos, saber aplicar reglas algebraicas y leyes de exponentes.
Tras casi 40 minutos termino todo, es fácil pero el proceso es largo para cada ejercicio, así, me levanto y entrego mi hoja.
"Excelente, Eric, no dudé que fueras el primero", dice el profesor sonriendo.
"Puedes retirarte si gustas", dice.
A esto me doy la vuelta y comienzo a preparar mis cosas, sin embargo, Diana se pone de pie, según sé ella ha sido la más inteligente del salón en todo este tiempo, espero que esté lista para sufrir un desplazamiento ya que el nuevo genio soy yo.
Tomo mis cosas y salgo del salón dirigiéndome hacia mi casillero para dejarlas un momento e ir a dar una vuelta. Voy caminando por el pasillo cuando algo me golpea con una gran fuerza y salgo volando unos cuantos metros hasta que caigo al suelo sobre mi trasero.
"¡Mierda!", exclamo.
El dolor era intenso, pero aún más importante, ¿choqué con algún muro invisible o qué carajos?
Mi mirada se fija sobre un chico usando el short y playera deportiva, sentado en el suelo con una expresión de dolor.
"¡Ay, ay, ay!", exclama el chico.
Su cabello es negro y largo hasta el hombro, pero usa una diadema, su piel es algo blanca, es delgado, pero sus piernas son bastante musculosas y definidas. Entonces reacciona y me observa en el suelo.
"Mierda, perdón viejo, ¿estás bien?", pregunta.
Él se pone de pie y me ayuda a levantarme con su mano derecha, así, me pongo de pie.
"Sí, estoy bien", respondo, limpiando mi trasero.
"Perdón amigo, es que llevo prisa", dice.
Mis ojos se posan en su pecho y puedo ver la letra S, es un mutante de uno de los rangos más altos y es un velocista.
"Mucho gusto, me llamo Daniel, luego hablamos, nos vemos", dice, desapareciendo de la nada, no sin antes dejar un impulso de aire en el lugar que me tambalea.
"Increíble", digo.
La verdad es que ver mutantes así aún me llena de sorpresa, entonces, una mano se posa en mi hombro.
"¿Qué tipo de poder quisieras?", pregunta Diana.
"Honestamente no lo sé", respondo.
Nunca lo había pensado, pero, me encantaría tener algún poder como detener el tiempo, digo, es la mayor fantasía de un chico de 12 años, ¿no? No necesito decirte el por qué, simplemente lo sabes.
Pero no por eso, imagina que detonan una pistola contra tu ser más querido, si detuvieras el tiempo podrías salvarlo y todavía quitarle el arma al criminal.
"Yo quisiera poder volar", dice Diana.
Es verdad, ahora que lo menciona, no he visto a nadie volar.
"Ahora que lo dices, ¿no hay mutantes con la habilidad de volar?", pregunto.
"Sí, pero no lo hacen mucho que digamos, digo, tienen restringida la altura de vuelo, no más de cinco metros ya que a una distancia más alta podrían ser vistos por la gente en la calle", dice ella.
Tiene sentido.
"Además, en el gimnasio no pueden volar mucho que digamos, pero no has prestado atención, andan por allí siempre levitando, les da pereza caminar".
Caminamos juntos hasta los casilleros, ella tiene el suyo frente al mío.
"Este fin de semana serán las visitas", dice Diana.
"¿En verdad?", pregunto, mientras guardo mis cosas.
"Sí, de hecho, están pegando los carteles en todos lados", dice.
Miro a mis costados y puedo ver a unos sujetos vestidos de blanco pegando carteles en los muros de los pasillos.
¡Mis papás vendrán! Eso es fantástico.
"Genial, eso es fantástico, ¿cómo lo sabías?", pregunto.
Diana cierra su casillero y se gira hacia mí.
"Porque es así, en una semana ocurren todos los parciales durante tres días seguidos, el viernes se publican los resultados, el fin de semana es la visita, y el lunes comienzan las pruebas, así mismo, ese fin de semana tras las pruebas nos dejan salir", dice.
Así que esa es la forma en que funciona todo aquí. Bueno, la verdad es que no está tan mal.
"Precisamente se hace esto para que los padres vean el desarrollo de sus hijos, así mismo, se les entrega un estudio de tu progreso fisiológico, obviamente basado en tus síntomas de mutante, pero como se reflejan con características normales pues no hay nada que ocultar", dice.
Ambos comenzamos a subir los escalones y entonces nos encontramos a Sandra y Emily.
"Emily, ¿cómo te fue?", pregunto, corriendo hacia ella.
Ella me evita la mirada.
"Bueno, creo que bien, sentí que estuvo difícil, pero, creo que saldré bien", responde, con una voz tartamuda.
"¡Pues a mí me fue bien!", exclama Sandra, mirándome mientras hace un puchero y se para detrás de Diana.
¿Qué le ocurre?
"Me alegro mucho", digo.
Diana comienza a acariciar la cabeza de Sandy.
"No fuera Emily porque te desvives por ella", dice Sandra sin mirarme a los ojos.
"¿Qué quieres decir?", pregunto.
"¡Dedúcelo tú mismo, sonso!", exclama.
No entiendo a las mujeres.
Llevamos solo nuestro lápiz y goma, ya que esta vez tendríamos parcial de Ética.
Los días pasaron, hicimos los parciales, el jueves fue un día libre para descansar tras los parciales, decidí que lo pasaría descansando. Así mismo, platiqué con mis papás, me dijeron que sí vendrían a verme y que incluso me traerían regalos y buenas noticias.
¿Buenas noticias? Supongo que no hay nada que temer, son buenas noticias.
Descargué juegos en mi laptop y ma la pasé jugando, digo, tenía que disfrutar mi día de descanso. Entonces, llegó el viernes, los resultados de cada asignatura se pondrían por clases en nuestros respectivos edificios.
Tras mi ducha y mi desayuno, caminé entre las multitudes para llegar a mi edificio de clases, nunca había visto tantos alumnos juntos a excepción de la hora de comer. Me meto entre todos ellos y logro llegar a las listas.
En el último lugar con calificación global de 5.3 está un sujeto llamado Eduardo.
Bueno, no fue tu momento, amigo mío.
Comienzo a subir rápidamente mi vista en la lista y veo mi promedio global en primer lugar.
"Eric Jaeger Salinas, calificación global, 10", leo en voz baja.
Eso es, amigo. ¡Eso es!
Aprieto mis puños con alegría, entonces, miro el segundo lugar, allí está Diana con un promedio de 9.53, nada mal, pero esta vez gané yo.
"¿Dónde estás, Emily?", pregunto.
Comienzo por descender entre las listas, en la posición número 42, allí está ella.
"Vigil Ruíz Emily – Calificación Global – 7.45".
Eso es, Emi.
Busco entre las listas individuales, Emily no reprobó ninguna materia, eso realmente me hace feliz. Entonces la veo mirando una tabla de calificaciones, ella ya estaba aquí, su mirada es una llena de sorpresa, entonces, veo como se relaja y sonríe amablemente.
Sé que ella se siente mucho mejor ahora. Entonces, ella gira hacia mí, no puedo evitar sonreírle, así mismo, ella también me sonríe. Camino hacia Emily y la tomo de la mano para salir de la multitud.
"Bien hecho, Emi", digo.
"Lo mismo digo", dice, evitando mirarme mientras juega con sus manos.
Parece que a todos nos fue genial. Sin embargo, puedo escuchar un llanto que penetra con rudeza mis oídos. Sandy está tirada en el suelo mientras tira de su cabello.
"¡No es justo, de veras me esforcé!", exclama entre su llanto.
"Oye, no te preocupes, aún falta un parcial más, te ayudaré a estudiar", digo.
Ella deja de llorar y se pone de pie rápidamente para abrazarme con fuerza.
"¡Muchas gracias, de verdad, eres el mejor!", exclama.
Esta chica no tiene remedio.
"Ya, ya, pero suéltame que me hostigas", digo, mostrando un rostro incómodo.
Ella me suelta y me mira tan sonriente como un bello rayo de sol en un gélido invierno.
Con eso, todos comienzan a caminar hacia los edificios principales.
"¿A dónde van?", pregunto.
"Ven, es la reunión de cada mes, el director y la subdirectora nos dan indicaciones y avisos", dice Diana.
Entre las multitudes caminamos rumbo al domo principal, todos nos formamos frente al estrado y varias personas suben al estrado. Hay un púlpito en medio del estrado y todas esas personas se paran detrás de este.
El director se pone a la cabecera, pero a sus lados puedo ver a Marco, a dos mujeres, una de ellas es morena, tiene el cabello lacio, teñido de un rojo intenso y recogido con una coleta que le llega hasta sus hombros, pero sobre su frente se cuelga un flequillo y aparentemente sus ojos son marrones, su labial es de un tono vino, es de complexión delgada, un poco alta. Tiene un cuerpo bastante desarrollado y viste un pantalón negro acampanado y una blusa con cuello manga larga de color azul dejando ver un poco su escote y zapatillas azul rey.
La otra mujer es de piel blanca, rubia, delgada, un cuerpo medianamente desarrollado, cabello corto hasta el cuello, su corte es un estilo hongo, ella viste una blusa blanca manga larga, un pantalón marrón acampanado y zapatillas negras. Puedo ver que usa un labial rojo no tan oscuro y parece ser que sus ojos son verdes.
Hay otro hombre, pero se trata del asistente del director.
El director se pone de pie tras el púlpito y prueba el micrófono con unos toques ligeros, entonces, se aproxima a este para comenzar a hablar.
"Buenos días, jóvenes. El segundo parcial fue un éxito para todos, el índice de reprobados ha disminuido considerablemente respecto a los periodos pasados. Enhorabuena para todos", dice, para proceder a aplaudir.
Todos aplaudimos de igual forma y el ruido inunda todo mi entorno.
"Como bien saben, este fin de semana se llevará a cabo el tiempo de visitas familiares y seres queridos. Para los que vivirán su primer tiempo de visitas las reglas son sencillas, no se debe mencionar en absoluto lo que realmente ocurre aquí. Recuerden que somos una facción de la humanidad que convive en secreto con la sociedad".
"Un día de visitas por alumno, dejando la mitad de los alumnos para el sábado y el resto para el domingo. Así mismo, quiero recordarles que el lunes comenzarán las pruebas de activación de poderes, aquellos que llegaron después de las pruebas anteriores no podrán realizarlas hasta el mes de noviembre".
"No obstante, también debo mencionarles que el día de libre pastoreo se llevará a cabo con normalidad el próximo sábado a las 7 de la mañana, como de costumbre, tendrán 24 horas para salir de las instalaciones y disfrutar de sus alrededores".
Bueno, entonces, ¿qué día vendrán mis papás? ¿mañana o el domingo? Creo que deberé preguntarles.
El director continúa hablando sobre números relacionados con el índice de reprobados, nos motiva a continuar estudiando o solicitar REI.
Tras eso, la subdirectora toma el micrófono, se trata de la mujer rubia.
"Buenos días, jóvenes, solo para felicitarlos, han hecho un trabajo excelente. Así mismo, para recordarles que en sus dormitorios ya se encuentran los horarios de visita médica familiar con el doctor Marco o la doctora Fabiola, así como sus auxiliares, precisamente para que no anden molestando a los demás familiares, recuerden, aquí somos rectos y tenemos modales", dice.
La reunión termina con un aplauso general y ahora podríamos retirarnos, entonces voy a mi dormitorio y en cuanto abro la puerta me doy cuenta de que en el suelo hay una nota.
"Jaeger Salinas Eric, cita programada para el sábado a las 12:30 horas".
Bueno, al menos es a medio día.
El sábado finalmente llegó, la verdad es que estoy emocionado, ver a mis padres nuevamente luego de un mes. Me levanto temprano para darme una ducha, tomo una camisa manga larga blanca, un pantalón beige, mis zapatos formales, y me visto.
¿Debería usar manga larga? Aquí siempre hace un calor horrible. Bueno, qué importa.
Me rocío algo de perfume y salgo del dormitorio, puedo ver a muchos chicos platicando como de costumbre, pero en ropas civiles. Son las 07 horas con 35 minutos, la entrada se permitirá a las 08 horas. ¿Qué rayos hago? Estoy nervioso, mi cuerpo tiembla y en cierta forma no puedo controlarme, no puedo evitar sonreír.
Salgo de mi edificio y camino hacia la entrada principal en donde hay algunos grupos de jóvenes como yo y enfermeros auxiliares. Miro a través del portón y puedo ver muchos autos afuera, así como personas con parasoles de pie esperando el momento en que se les permita entrar.
De la nada, una mano se pone sobre mi hombro derecho y me giro, una chica de piel algo morena me sonríe.
"Diana", digo.
"¿Feliz por ver a tu familia?" pregunta.
"Mucho, ya quería verlos", respondo, con una gran sonrisa en mi rostro.
"Pues disfruta el momento, amigo", dice.
Ella se va con otro grupo de chicos, parece que solamente yo tengo un pequeño grupo de amigos en este lugar, incluso ella que parece ser una chica muy seria tiene bastantes amigos.
El tiempo pareció ir tan lento que un minuto parecían quince, sin embargo, exactamente a las siete horas con cincuenta y nueve minutos, el vigilante salió de su lugar y caminó hasta el portón para abrirlo.
Exactamente en el momento que él inserta sus llaves, la campana suena, nunca la había escuchado, la verdad es que suena como las campanas de una iglesia, que, por cierto, no vi nunca. Puede que estén usando bocinas para reproducir el sonido.
Los padres comenzaron a entrar a las instalaciones. Todos y cada uno de ellos se reúnen con sus hijos, es una inmensa cantidad de personas, incluso opto por hacerme a un lado, no quiero estorbar o ser aplastado por ellos.
Mi mirada se mueve de un lado a otro intentando buscar a mis padres, sin embargo, no los encuentro. Mientras los busco, puedo encontrar a Diana con sus padres, un hombre de mediana edad, alto, de piel morena y cabello negro y una mujer de mediana estatura, piel algo clara, cabello castaño, ambos abrazándola.
¿Dónde están? Me pregunto, entonces, veo nuevamente hacia la entrada y alcanzo a ver un auto verde bastante lujoso, puede que mis padres hayan comprado un nuevo vehículo, sin embargo, parece algún nuevo modelo de Mercedes. El auto se estaciona y de este sale una pareja, un hombre alto, cabello rubio y corto, piel blanca y ojos azules, mientras que del otro lado sale una mujer bastante hermosa de cuerpo bien desarrollado, de cabello negro, largo y sedoso, y con ojos marrones, su piel es clara como la nieve.
El hombre viste un traje gris y la mujer un vestido azul ajustado, ambos cruzan la calle y el hombre coloca su brazo para que la mujer lo tome. Ambos entran y caminan entre la multitud, pasan cerca de mí y el hombre expide un aroma bastante elegante y varonil mientras que la mujer un aroma a mujer muy femenina y madura.
Mi mirada los sigue, y puedo ver que cerca de un arbusto en una pequeña barra de concreto Emily se encuentra sentada, esos sujetos se acercan a ella y Emi inmediatamente se pone de pie para recibirlos con un abrazo.
"Increíble, así que son sus padres", digo.
Emily se ve tan hermosa, un vestido azul pastel hasta medio muslo con holanes en el pecho y pliegues en todo el diseño. Me quedo mirándola un rato, parece que incluso con sus padres es tímida, entonces, ella mira hacia mí y cruzamos miradas, me incomodo y giro rápidamente mi mirada hacia otro lado.
Debe pensar que soy un acosador.
Mi mirada nuevamente se dirige a la entrada y esta vez veo llegar una camioneta Suburban blanca con cristales polarizados.
Yo conozco ese vehículo.
Sin embargo, se va de largo, puede que no haya lugar cerca. Mi corazón comienza a latir rápidamente, creo que estoy a punto de desmayarme aquí, pero, tras unos minutos, puedo ver a mis padres entrar por el portón.
"…"
Permanezco en silencio, quiero correr hacia ellos, pero mis piernas no reaccionan. Mi madre mira a todos lados buscándome mientras mi padre observa con asombro a la cantidad inmensa de personas que hay en el lugar.
Finalmente, mi mirada se cruza con las de mis padres.
"Eric", dice mi madre en una voz enmudecida.
Ella comienza a caminar rápidamente hacia mí y en sus últimos pasos termina corriendo para abrazarme con fuerza.
"¡Mi bebé! ¡Mi niño! ¡Te hemos echado de menos!", exclama.
El aroma de mi madre huele a su perfume de siempre. Mi padre se acerca a mí y nos abraza a ambos. No lo sé, pero solo en este momento me siento muy feliz.
"Pa', ma', los extrañé mucho", digo.
"Y nosotros a ti, hijo", responde mi padre.
Tras unos instantes más, finalmente me sueltan.
"Vamos hijo, vamos a un lugar más tranquilo", dice mi mamá.
"Pero, espera, todavía hay un par de sorpresas", dice mi papá.
Mi mamá empieza a reír pícaramente y mis ojos se posan en la entrada. Puedo ver a Ao entrando con una hermosa mujer a su lado, ella tiene el cabello corto y negro con puntas quebradas teñidas de azul, piel clara, ojos azules y labios rosados.
Esa mujer es la novia de mi primo, Amelia, la verdad es que se me hace raro que ella esté aquí, pero no importa, mi familia está aquí.
Ao me mira con una gran sonrisa y se aproxima a nosotros. Sin embargo, puedo ver un rostro femenino detrás de ellos bastante conocido. Mi corazón parece detenerse, un vacío en mi abdomen me golpea y todo mi alrededor se ensordece.
"¿No es una linda sorpresa, hijo?", pregunta mi madre.
Mi culpa, no les dije que esa mujer me había destrozado el corazón. Daniela está aquí, y no lo sé, pero mi cuerpo entero está temblando. Ella me mira fijamente a los ojos, sin embargo, evade mi mirada y muestra un rostro algo incómodo.
"¡Viejo, mírate! ¡Ya no luces mal!", exclama Ao, tocándome el hombro de golpe.
En cierta forma, eso logra hacerme reaccionar y olvidar esa sensación crítica.
"Ao, qué gusto verte", digo, abrazándolo por un momento dándonos mutuamente un par de palmadas en la espalda.
Amelia se acerca a mí y me saluda de beso en la mejilla.
"Eric, qué gusto verte de nuevo, luces tan bien", dice.
"Amy, el gusto es mío, que bueno verte", digo.
¿Esas eran las sorpresas? Se hubieran ahorrado la última honestamente.
"¿Vamos a un lugar más tranquilo?", pregunta mi madre.
"Claro", digo.
Todos salimos de allí y nos dirigimos a las jardineras donde hay asientos y mesas, todos nos sentamos en una y comenzamos a platicar.
"¿Cómo te ha ido aquí?", pregunta Ao.
"Bueno, nada mal, ya tengo amigos, la verdad es que ha sido entretenido, hay de todo aquí", respondo.
Les cuento todas mis vivencias a excepción todas aquellas que incluyen mutantes o peleas, digo, decirles que hay gente con superpoderes y que me peleé con uno de ellos sería imposible de creer, además, el director dijo claramente las reglas.
Menciono a Rodrigo, el suceso que aconteció en los vestidores y mi familia comenzó a reírse a carcajadas, también menciono a Sandra, Diana y Emily, mis amigas cercanas, sin embargo, de alguna forma todo lo que digo de Emily y Sandra hace que Daniela me mire con más seriedad y que mis padres me sonrían y se miren entre ellos lanzándose alguna miradilla extraña.
"En general, todo ha ido bien", digo.
"¿Y cómo va tu proceso de rehabilitación?", pregunta mi madre.
En todo este mes aquí, la verdad es que ni siquiera he tenido alguna revisión intensa, nada fuera de lo común, a excepción por las clases de actividad deportiva donde poco a poco he ido mejorando mi respuesta cardíaca.
"Bueno, poco a poco de ido mejorando, ya puedo trotar por 10 minutos y descansar 1 en bucle para darle cinco vueltas a toda la pista de correr", digo.
"Qué bueno hijo, ya verás que pronto podrás salir de aquí", dice mi madre.
"Sí má", digo.
Entonces, escucho mi estómago rugir y siento como un vacío se forma en mi abdomen.
"Oigan, vamos a desayunar, deben tener hambre", digo.
Caminamos hacia el comedor donde algunas cuantas familias ya se encuentran allí, toda mi familia estaba fascinada por el instituto, los entiendo, es increíble que sea tan grande.
Al llegar al comedor el desayuno era omelette, fruta picada, y el clásico café y jugo de naranja. El otro menú tenía tostadas de tinga en lugar de omelette, pero todos ordenamos omelette.
Tras recibir nuestras órdenes nos sentamos en una mesa.
"Es increíble, todo es muy higiénico", dice mi padre.
"Sí, la verdad ya me acostumbré, pero todo me pareció fascinante cuando llegué aquí", digo.
Todos continuamos platicando, Ao ya se graduó, solo tiene que recibir su título que llegará en tres meses, pero ya está trabajando con mi padre y mi tío en la empresa. Al final Ao logró terminar su carrera un año antes de lo planeado.
"Es bueno escuchar eso, Ao", digo.
"Y tenemos dos buenas noticias más", dice Ao.
Amelia levanta un poco su mano izquierda dejándola a un lado de su rostro, mostrándome sus dedos, entonces, puedo ver un anillo con un gran diamante en su dedo anular.
"…"
"¿Es en serio?", pregunto.
Daniela miraba sorprendida a Amelia.
"¡Sí!", dice Amelia con alegría dando unos pequeños saltos.
"¡Vaya! ¡Genial, felicidades, me alegro mucho por ustedes!", exclamo.
"La boda será en abril, esperamos que ya estés fuera de aquí para que puedas acompañarnos o al menos que puedas asistir", dice Amelia.
"¡Así será!", exclamo.
"¿Y la otra noticia?", pregunto.
Amelia se sonroja un poco, y Ao me da un sobre.
Yo lo abro con un poco de desconfianza y veo una especie de ultrasonido. No sé que rayos es, pero definitivamente hay una especie de mancha pequeña allí. Entonces, veo que Amelia se pone de pie y pone su mano en su vientre.
"No…", digo.
"Sí", dice Amelia con un rostro lleno de alegría.
"¡Esto es fantástico! ¡Voy a ser tío!", exclamo.
"¿Cuánto tiempo tienes?", pregunto con euforia.
"Cinco semanas", responde Ao con un rostro lleno de alegría.
La verdad es que no me esperaba que sucediera tan pronto, ambos tienen 21 años, pero, ciertamente, cuando no tienes preocupaciones económicas como muchas personas en el mundo, tener un hijo a temprana edad incluso no es tan mal visto.
No puedo evitar alegrarme y camino hasta ellos y los abrazo a ambos.
"Muchas felicidades, en verdad, les deseo lo mejor", digo.
Daniela tomaba de su café mientras mi familia festejaba las buenas noticias. Tras un rato, regresamos a la normalidad.
"¿Y dónde está Kim?", pregunto.
"La pobre se enfermó, quiso ir a comer a un lugar de poca confianza y bueno, ya sabes", dice mi madre.
"Es una pena, quería verla", digo.
Tras el desayuno, les muestro a todos el plantel; los edificios de clases, los gimnasios, y los dormitorios, entonces, decido llevarlos a mi habitación.
"Vaya, que ordenado", dice mi mamá.
Puede que no lo parezca, pero nunca he sido tan desordenado, aún así, estar aquí me ha convertido todavía en una persona más responsable.
"Ay, los regalos", dice mi mamá.
"No te preocupes, amor, yo voy, Ao acompáñame", dice mi papá.
"Vamos, tío", dice Ao.
Rápidamente ellos salen de la habitación.
Mientras ellos no están, les enseño mis calificaciones, mi madre sonríe con orgullo, pues estoy en el primer lugar. Les digo que la verdad todo ha sido fácil, y tras un rato mi padre llega con Ao con una caja enorme. Ellos la colocan con cuidado en el suelo y me piden que la abra.
Al abrirla puedo ver todavía más ropa que probablemente no quepa en mi armario. Pero en el fondo puedo ver libretas, lápices, bolígrafos y una consola de videojuegos.
"No era necesario todo esto, ma', de verdad", digo.
"Hijo, yo solo pensé en la ropa", dice entre risas.
Mi mirada se fija en mi padre quien evita mirarme.
"Eh, sí, bueno, eres un chico, necesitas distracciones, un adolescente, eh, sí, ah y esto es lo que también quiero darte, un regalo que solo un padre podría darle a su hijo", dice, metiendo su mano en su bolsillo y dándome una tira de al menos 15 condones.
"¿Eh?", digo, sin entender nada.
Mi madre la da un golpe a mi padre en la cabeza con furia.
"¡Deja de darle esos consejos!", exclama.
"Amor, tiene 17, estoy seguro de que pronto va a querer volverse un hombre, es mejor usar protección a lamentarte nueve meses después", dice entre risas.
No puedo evitar reírme, por supuesto, guardo los condones en mi bolsillo, pero, puedo ver a Daniela mirándome fijamente con un rostro extraño, parecía sorpresa combinada con algo de molestia.
Las horas comenzaron avanzando y llegó el momento de mi visita médica familiar, quien me atendió fue Marco, nos explicó como mi corazón ha ido avanzando y que efectivamente, si sigo así dentro de poco podré salir, pero que para mí es mucho, ya que tomará cerca de 12 meses recuperar una condición decente, sin embargo, como debo egresar al menos en un semestre par, es decir, en cuarto o sexto, no podré hacerlo hasta sexto semestre.
Mis padres hicieron algunas preguntas más como si mi corazón afecta algo más en mi cuerpo y él dijo que no, que la única complicación podría darse en el sexo, pues al tener que bombear más sangre hacia mi miembro mi corazón podría verse afectado, pero de allí en fuera ninguna.
Bueno, supongo que seguiré siendo virgen un tiempo.
La cita médica terminó y cuando estábamos saliendo de la oficina, Marco tocó mi hombre y me dijo al oído.
"Esa chica, esa chica tiene algo para ti", dice.
Yo me giro hacia él con una expresión de confusión y él solamente me guiña el ojo derecho mientras sonríe.
Qué doctor más pesado, hombre.
Finalmente, recorrimos los pasillos de los edificios de clases y les mostré a mis padres mi posición en las listas de resultados parciales, ambos se pegaron a mí y acariciaron mi cabeza.
La tarde avanzó, almorzamos juntos y regresamos a mi dormitorio, entre pláticas, bromas y anécdotas, el atardecer llegó.
"Hijo, ¿por qué no vas con Dani allí afuera?", pregunta mi mamá, guiñándome un ojo.
"Mientras yo te acomodaré tu ropa en tu ropero".
Vamos, ma', no me haga esto.
"¿Vamos?", pregunto.
Daniela asiente y me sigue.
Ambos salimos de mi dormitorio y caminamos hacia el exterior, el viento otoñal de esta zona es fresco pero la temperatura no disminuye mucho que digamos, todo nuestro entorno se pinta de tonos amarillentos y naranjas por el sol ocultándose en el horizonte.
No puedo decir nada, la verdad es que me siento muy incómodo con ella.
"¿Por qué me miras así, Eric?", pregunta Daniela.
Ni siquiera la he estado mirando.
"¿Así como?", pregunto.
"Con miedo", dice.
Entonces me giro hacia ella, Daniela estaba mirando el suelo, no quería verme fijamente, pero su rostro estaba lleno de tristeza. Ella lleva un vestido de pliegues hasta las rodillas de color blanco con listones rosados mientras su cabello va suelto y únicamente lleva una diadema. Los pliegues se mueven con el viento al igual que su cabello mientras las hojas marrones de los árboles se arrastran por el suelo.
"Perdón, Daniela, es que, no me siento cómodo, y supongo que tú menos", digo.
Los arbustos están a nuestros costados, estamos en medio de un pasillo por el cual podríamos estorbarle a alguien, y ella ignora ese detalle, aún así, simplemente salta hacia mí y me abraza.
"Sí, es incómodo, pero, es incómodo porque siento que nuestra relación ya no es la misma", dice ella mientras su cabeza se posa sobre mi hombro.
Es obvio. Me rechazaste, no es cómodo para ninguno.
"Descuida, Dani, todo está bien", digo, alejándola de mí.
"¿Y cómo ha estado Fernando?", pregunto.
Daniela hace un gesto algo molesto.
"Él y yo terminamos, la verdad es que solamente quería sexo y no nada formal", responde.
Sí, esa es la clase de tipo que es Fernando.
"Lo siento mucho", digo.
"¿Realmente has estado bien?", dice ella, acercándose a mí nuevamente y tomando mi hombro.
"Sí, la verdad es esa, he mejorado mucho", respondo, intentando soltarme sin ser grosero.
"Me arrepiento de muchas cosas", dice, soltándome.
Por fin, no me gusta que te me pegues.
Daniela se acerca mucho a mí, pone sus manos en mi pecho y de la nada se pone de puntas para darme un beso en los labios. Su bálsamo sabe a melón, me gusta, pero ella no. No se cómo reaccionar, entonces, la tomo de los hombros y la alejo de mí.
"¿Eh? ¿Eric?", dice completamente confundida.
Me esperaba algo de esto.
Dejo salir un suspiro profundo y logro ver que a unos cuantos metros, Emily está de pie mirándonos fijamente, su expresión es una de sorpresa por completo, pero, en cierta forma, su boca no está abierta, solo sus ojos, su cabello se mueve con el viento y cubre un poco su rostro mientras yace allí estupefacta.
"E… Emily", digo.
Daniela se gira y puede verla.
"¿Ella es Emily?", pregunta.
¿Por qué me siento mal? ¿Por qué? Mierda, tengo que decirle que es un error.
Emily camina hacia nosotros.
"Ah, Emily, ella es una amiga, ella…", digo, sin embargo, Emily me ignora por completo y cruza a un lado de nosotros como si un árbol le hablase.
¿Eh? ¿Qué fue eso?
No puedo mirar hacia atrás, no quiero, ella me ignoró, ¿por qué lo hizo? ¿Qué pasó aquí? Mierda, tengo demasiado estrés, mi corazón palpita demasiado rápido.
"Eric, ¿por qué no correspondiste mi beso?", pregunta Daniela.
Mi estrés y enojo comienzan a fusionarse, pero, me contengo de insultarla o alzarle la voz.
"Daniela, cuando te amé no me quisiste, te he superado, ya no es tu momento conmigo, lo siento, pero solo te puedo dar una amistad", digo.
Ella solloza y agacha su mirada.
"Entiendo, llegué tarde supongo", dice.
Daniela se limpia algunas lágrimas para luego mirarme sonriendo.
"Lo siento mucho", dice.
"Regresemos".
Simplemente asiento con mi cabeza y regresamos al dormitorio, pero, en todo momento antes de entrar al edificio busqué a Emily con la esperanza de verla, simplemente desapareció.
Mi familia terminó de arreglar todo y luego se marcharon no sin antes dejarme una tarjeta de crédito con un límite de cincuenta mil pesos, la verdad es que me viene bien ya que pronto tendremos el día que nos permitirán salir de las instalaciones.
Mi familia se despidió de mí, Daniela también, no sin antes dejarme una carta con aroma a su perfume. Tras eso, todos se fueron y mi habitación se queda sola, la verdad es que ahora se siente un entorno deprimente.
Me aviento a mi cama y me pongo a pensar en lo ocurrido.
¡Eres un imbécil, Eric! ¡No debiste dejar que te besara!
Pataleo en mi cama mientras hago una rabieta, pues, hace ya un tiempo que dejé de pensar en Daniela, pero ¿qué significa Emily para mí? ¿Por qué me duele tanto que me haya ignorado? ¿Por qué me duele que ella haya visto el beso? ¿Por qué me duele el alma ante su indiferencia? Las ganas de llorar inundan mi mente, y la verdad es que no puedo ser fuerte y las lágrimas se escurren por mis mejillas.
"Emily", digo, llevando mi brazo derecho a mi rostro cubriéndome los ojos.
Es verdad que amé en su momento a Daniela, si ella hubiera hecho esto hace un mes atrás me habría hecho la persona más feliz del mundo, pero ahora incluso me parece que me deja como una segunda opción. Yo no soy un vagabundo que recibe las sobras de lo que las demás personas no quieren.
Creo que hice lo correcto, no, definitivamente hice lo correcto.