Para este momento, solo puedo pensar en lo feliz que me siento. Todos mis amigos finalmente han despertado sus poderes, aunque ahora significa que estaré solo por un mes más. Bueno, al final podré reunirme con ellos, o eso creo.
No, es verdad, todos son transferidos a clases diferentes en cuanto obtienen poderes, Rodrigo es un velocista, Sandra es sanadora y la verdad no sé a que clase la transfieran, Diana es telepática y Emily es Timekeeper. No sé qué poder tenga yo, muero de ganas por descubrirlo.
Me levanto de mi cama con mucha motivación. Es hora del desayuno, tomo un baño, me visto casual, pues, es día libre. Según escuché del doctor Marco, los mutantes que sí lograron despertar sus poderes serán liberados tras medio día. Justo para el almuerzo, por supuesto, yo tengo que pensar muy bien en qué hacer hasta que todos mis amigos salgan.
Camino al comedor, desayuno como de costumbre y voy a la biblioteca. El particular aroma de este lugar inunda mis fosas nasales, adoro el olor a libros y madera combinado con ese aroma a líquido de limpieza de lavanda. Me fascina como siempre consiguen mantener la biblioteca con este aroma tan adictivo.
Me muevo entre los pasillos buscando algo nuevo que leer. Entonces, encuentro una novela Julio Verne, la tomo y me dirijo hasta una mesa con mi libro, la verdad es que nunca pensé conseguir una novela de este famoso escritor aquí.
Me siento en una silla de madera con una base de colchón, sin embargo, había ignorado que había una chica aquí también, su cabello es negro, pero tiene mechones de tono verde. Su piel es algo clara, sus ojos son color miel, y sus labios finos, pero rosados, así mismo, puedo ver sus mejillas cundidas de pecas.
Mi mirada se pierde en sus ojos que me miran fija e inexpresivamente. Ella viste un pantalón negro ajustado con rasgaduras y una blusa blanca con un fragmento azul marino en sus hombros.
"Buenos días", digo.
Ella sonríe gentilmente y suspira.
"Buenos días, Eric. ¿Verdad?", dice.
¿Eh? ¿Cómo sabe mi nombre?
Rasco mi cabeza por un momento.
"¿Cómo sabes mi nombre?", pregunto.
Ella cierra su libro, estaba leyendo un libro de literatura española.
"Todos te conocen, fuiste el primer lugar de todo tercer semestre, en realidad, fuiste el primer lugar de toda la escuela, nadie alcanzó el promedio de perfección. Y no solo eso, también derribaste a David, creo que lo segundo es lo que más hace que te conozcan", responde.
Ciertamente cualquier persona recordaría ese suceso.
"Bueno, tiene sentido", digo.
Ella sonríe y recarga su rostro sobre su mano derecha en la mesa.
"Y dime, Eric. ¿No eres un mutante activo aún verdad?", pregunta.
"No, solo soy un novato, el siguiente mes podré participar", respondo.
"Se me hace una tontería, muchos participaron en esta prueba y solo tenían un par de días antes que tú aquí", dice.
Tiene un punto, también siento algo molesto tener que esperar dos meses para poder participar.
"Bueno, pero las condiciones son que debo esperar mi turno dos pruebas luego de mi llegada", digo.
Ella mueve sus ojos lentamente dejándolos en blanco por un momento, entonces, sonríe y estira su mano hacia mí.
"Me llamo Camila, un placer, Eric. Soy Camila Méndez", dice.
Sujeto su mano y la saludo, pero, su mano es realmente suave, además, ahora que presto atención, su aroma es bastante agradable.
"Eric Jaeger", digo.
Ella abre sus ojos de par en par como dos tazones de sopa.
"¿Dijiste Jaeger?", dice, soltando mi mano.
"Sí, ¿algún problema?", pregunto.
"No, es que, vaya, luego de Emily, jamás pensé que alguien aquí fuera de la clase alta", responde.
"¿Alta? ¿Emily? Bueno, sabía que ella pertenece a una familia de dinero", digo.
"Bueno, sí, pero no importa, supongo", dice ella, acomodando su cabello.
"Camila, ¿eres una mutante activa?", pregunto.
Ella sonríe y cruza sus brazos.
"Claro, soy muy activa", responde.
Muestro una cara de confusión, sin embargo, cuando me doy cuenta, mi playera se está levantando lentamente.
"¿Eh?", expreso, poniéndome de pie rápidamente.
"¿Qué fue eso?", pregunto bastante nervioso.
Ella sonríe pícaramente.
"Soy una mutante que posee telequinesis", responde.
Bueno, tiene sentido, pero ¿por qué levantar mi playera? La verdad me he incomodado algo, así que me levanto de mi asiento y tomo mi libro.
"Bueno, Camila, fue bastante lindo platicar contigo, creo que me retiro", digo.
Ella toma su teléfono y me muestra un código QR.
"Escanéalo, luego platicamos por mensaje", dice, guiñando su ojo.
Solamente lo escaneo, la agrego a mi agenda de contactos y me marcho rápidamente del lugar. La verdad es que me parece extraño todo esto, prefiero no pensar en ello.
Paso toda la mañana en mi habitación, y justo a las 12 logro escuchar que las campanadas suenan en todo el instituto. Salgo de mi dormitorio y puedo ver a muchos caminando rumbo al exterior, por supuesto, los sigo.
"¿Sabes qué pasa?", pregunto a un chico a lado de mí.
"Nada nuevo, solo que ya es la reunión preliberación de mutantes, nos dan indicaciones sobre el fin de semana y entonces los mutantes que recién despertaron sus poderes son liberados", responde.
Así que finalmente saldrán.
Tomamos lugar en el domo principal y el director está tras el púlpito, mientras que a sus espaldas puedo ver a Emily, Rodrigo, Sandra, Diana y muchos chicos más, de pie con sus uniformes del diario.
"Buenas tardes, población estudiantil. Como ya es bien sabido, las pruebas han concluido, teniendo como resultado favorable a muchos estudiantes que ahora forman parte de las clases especiales para mutantes. Solo me queda decir que, a partir de ahora, todos ellos son bienvenidos y aceptados como parte de nuestra comunidad. Asimismo, cabe mencionar que el día de mañana se llevará a cabo el día de puertas abiertas, donde podrán salir del instituto".
"Las indicaciones son sencillas, no deben causar desorden, deberán comportarse en todo momento, ocultar sus poderes y usarlos solo de ser necesario, las puertas se abren a las 7:00 horas, dándoles exactamente 24 horas para regresar, en caso de no hacerlo, todos serán cazados por el escuadrón élite de nuestro instituto. Eviten meterse en problemas, y, sobre todo, disfruten su libertad. Sin más que decir, felicidades a los nuevos mutantes y les deseo un excelente fin de semana".
El director se quita del púlpito, todos aplaudimos, y comenzamos a movernos en todas direcciones, yo, por supuesto, fui rápidamente con mis amigos. Caminé velozmente hasta el estrado y subí los escalones, pues ellos seguían platicando entre sí.
"Interesante, bueno, ¿y qué estoy pensando?", pregunta Sandra.
"Dices que el doctor Marco es apuesto", responde Diana.
"¡Sí puedes leer mentes!", exclama Sandra con sorpresa.
Me acerco hasta ellos y toco el hombro de Rodrigo.
"Hey, ¿cómo están?", pregunto.
Sandra me mira y corre a abrazarme.
"¡Eric! ¡Soy una sanadora! Si un día te lastimas dime y yo te curo", dice, abrazándome con fuerza.
"Sí, sí, ahora suéltame, aprietas mucho", digo, intentando quitarme a Sandra.
"Oigan, ustedes seguramente conocen más esta zona que yo, ¿vamos a celebrar mañana?", pregunto.
"Claro", responde Diana.
"Conozco un buen bar".
¿Eh? No tomo alcohol, bueno, he bebido, pero, no en grandes cantidades, solo para brindis o cosas de ese estilo.
Mientras platicamos e intento quitarme a Sandra, Emily me mira fijamente con una expresión algo molesta, es como si me mirase con rencor.
"Emi", digo, logrando quitarme a Sandra de encima.
Cuando doy un paso hacia ella, puedo ver que tiene las letras SSR grabadas en su uniforme.
"¡Vaya, te dieron el rango más alto!", exclamo con euforia.
"¡Eso es, felicidades!".
Estiro mi brazo hacia ella colocando mi puño, ella lo mira por un momento y lo choca, pero, en cierta forma, lo hace sin timidez, aunque mantiene ese rostro tenebroso.
"Ay, Eric, parece que no te sabes las nuevas noticias", dice Sandra.
¿Eh? Qué noticias.
"Yo tengo hambre, vámonos a comer, dejemos solos a Eric y Emily", dice Diana tomando a Sandra y Rodrigo de los brazos y llevándoselos a fuerza.
"Los esperamos en el comedor", dice sonriendo.
¿Por qué nos dejan solos? ¿Ocurre algo malo?
Mi mirada se devuelve hacia Emily, ella juega con su cabello y no me mira de frente. Ella definitivamente luce diferente.
"¿Qué pasó, Emily?", pregunto.
Ella suspira y me mira con una expresión algo apenada.
"Eric, perdón, no quería que pensaras que estoy molesta o algo, es que, no sé como decirlo, ese día me miraste con miedo", responde, hablando con una inmensa fluidez y sin tartamudear.
¿Eh? ¿Qué significa esto? Ella realmente es diferente.
"Descuida", digo, entre tartamudeos.
"Emily, ¿qué te pasó?", pregunto.
Ella sonríe y se acerca a mí.
"Mi poder oculto me impedía relacionarme con las personas, afectaba mi mente, eso fue lo que el doctor Marco me dijo, además, de que dicha enfermedad en mi sangre también desapareció repentinamente en cuanto obtuve mis poderes", responde.
No lo puedo creer. O sea que esa timidez solo era una resultante de su poder oculto. Entonces podré sanar por completo en cuanto despierte mis poderes.
"Eso es… ¡increíble!", exclamo, abrazándola.
Ella muestra una expresión de asombro y entonces me abraza de igual forma, hundiendo su cara en mi clavícula. Creo que esto es extraño, la verdad es que jamás pensé que ella pudiera llegar a abrazarme sin decir nada.
"Eric, dime, ¿por qué me miraste con miedo?", pregunta ella.
Los recuerdos de aquella noche en el hospital cruzan por mi mente, no puedo evitar sentirme realmente asustado de nuevo, pero, trato de controlarme, no quiero asustarla o molestarla de nuevo o que me mire así otra vez.
"Bueno, es que, estaba asustado, todo el tiempo se detuvo, fue increíble", respondo.
Ella me mira por sorpresa.
"Eric, nadie más a parte de mí y el director nos dimos cuenta de que el tiempo estaba detenido, ¿tú como podrías?", dice.
¿No debería?
"Eh, no lo sé. ¿Qué tiene?", pregunto.
Ella me mira con un rostro serio, la verdad es que ver expresiones así en ella es bastante agradable.
"Eric, solamente los mutantes de tipo Timekeeper pueden percibir las deformaciones temporales, el resto de mutantes o personas jamás lo notan", responde.
Si dice eso, entonces significa que yo soy un mutante de ese tipo. No, no tiene sentido, definitivamente no tiene ningún sentido, yo no he despertado mis poderes aún, algo debe estar ocurriendo, algo, definitivamente algo.
Llevo mi mano a mi frente y la golpeo ligeramente.
"Eric, no tiene caso que pensemos en ello, la verdad no tiene tanta importancia, ahora, ¿por qué no vamos a comer?", dice, con un rostro alegre.
Su flequillo cubre su ojo izquierdo, pero, esa sonrisa, hace que mi corazón se acelere, siento que en alguna forma me he sonrojado.
"¿Eric?".
"Ah, sí, perdón, vamos", respondo, espabilando.
Así, nos reunimos con los chicos en el comedor. Comimos como de costumbre, pero, en cierta forma, no podía ocultar mi mirada expectante en el pecho de todos. Emily tiene un bordado de 'SSR', Diana el bordado de 'S', Sandra tiene el 'A', y Rodrigo tiene el 'SR'.
La verdad es que es sorprendente, para este momento todos ya tienen poderes en sus expedientes. Según me contaron, en las pruebas finales en el laboratorio les realizaron pruebas de estrés sumamente inofensivas mientras los monitoreaban con muchas herramientas tecnológicas, pues, existen mutantes que pueden poseer hasta cinco poderes diferentes.
Las pruebas finales son únicamente para verificar que no despierten otra habilidad. Aparentemente, ninguno de ellos despertó nada.
Me gustaría tener dos poderes.
"Eso es imposible, el desgaste energético que te provoca es brutal, no es sano", dice Diana, dándole un sorbo a su jugo.
Eh.
Es verdad, Diana puede leer la mente, maldición, lo había olvidado.
"No creo que sea ético leer la mente de las personas todo el tiempo, Diana", dice Rodrigo.
"Supongo que te preocupa que me entere lo que haces en las noches pensando en Sandra", dice Diana.
Rodrigo, golpea la mesa con fuerza usando ambas manos y muestra un rostro lleno de vergüenza.
"¡Cierra la boca!", exclama.
Sandra lo mira pícaramente y se le acurruca a un costado.
"Dime, dime. ¿Qué haces pensando en mí?", dice Sandra.
"Eres una idiota, aléjate, o te lo haré a ti", dice Rodrigo, empujando a Sandra.
Volver a reunirme con mis amigos me da una gran felicidad, no lo sé, pero, la verdad es que me siento muy cómodo. Además, ver que Emily ahora puede hablar como si nada con nosotros me llena de paz.
Su sonrisa es hermosa, sus ojos son hermosos, ella es hermosa. Su piel tersa y su cabello sedoso, ella realmente es perfecta.
Emily, eres realmente preciosa.
Emi me mira repentinamente, nuestras miradas se cruzan y se mantienen fijas, no puedo dejar de ver sus ojos, mi corazón se acelera, siento que va a explotar, ¿qué es esto? ¿Por qué me emociono?
¡Mierda!
Entonces, Emily desvía su mirada sonriendo a la nada, luego carraspea y mira a Diana, quien la observa expectante.
"No te preocupes, no diré nada", dice Diana, guiñándole el ojo derecho.
El sábado llegó muy rápido, mi alarma me despierta las 6 de la mañana, quiero estar listo para las 7 poder salir de aquí y aprovechar cada segundo de libertad. Hemos desarrollado un plan entre todos, saldremos a desayunar en la ciudad, según Sandra, en el centro de la ciudad hay un puesto de antojitos deliciosos, muero de ganas por probar algo que no sea tan saludable como la comida de aquí.
Luego de desayunar, iremos a pasear en el parque y otros lugares que encontremos agradables, aunque, la verdad planeo comprarme un parasol, en este lugar puedo desarrollar cáncer de piel o algo por el estilo; hay demasiado calor y el sol quema como el infierno.
Tras darme una buena ducha y arreglarme lo mejor posible, salgo de mi dormitorio. Me he rociado de mi mejor perfume, no sé, pero quiero que Emily me huela bien. ¿Le gustará mi atuendo? ¿No me veo ridículo? Mierda, no es momento para pensar en ello.
He tomado una camisa guinda, un pantalón blanco y mis zapatos negros de vestir para ir con ellos, aunque, creo que tal vez es muy elegante para esto.
Espero a todos en la entrada, poco a poco comienzan a llegar, Rodrigo viene en bermudas azules, una playera ligera color gris y tenis deportivos. Diana trae un vestido ligero de tirantes y Sandra llega con un pantalón azul de mezclilla rasgado de las piernas, una blusa negra y una gorra roja.
Solo falta Emily, miro hacia todos lados, pero no la encuentro, las campanas suenan y el guardia abre las puertas, ahora todos podemos salir. Pero ella no llega, me comienzo a poner nervioso, sin embargo, por fin llega, llamando toda mi atención.
Mi boca puedes imaginarla tocando el suelo por completo mientras mis ojos saltan de mi rostro. Emily llega con un vestido blanco, una chaqueta de mezclilla encima y una especie de diadema de flores, así como sandalias.
"Hola a todos, perdón, es que me dormí un poquito", dice ella.
In… creíble…
Emily me mira expectante, como si quisiera escuchar algo de mí.
"¡Emi, te ves hermosa!", exclama Sandra.
"La verdad ese atuendo te va muy bien", dice Diana.
Es… hermosa… es realmente perfecta, Emily te ves tan hermosa. Mierda, eres como un rayo de sol en medio de una tormenta.
"Emily, eh, te ves hermosa", digo, tartamudeando.
"Gracias", dice ella, con una gran sonrisa en su rostro y acomodando su cabello tras su oreja derecha.
Emily mira a Diana y ella solo le sonríe asintiendo.
Es verdad, Diana puede leer mi mente. Carajo, debo dejar de pensar en cosas así.
"Pues en marcha, tenemos un largo itinerario", dice Diana.
Salimos del instituto y nuevamente pude ver el exterior de este lugar. La verdad es que no soy mucho de mirar hacia afuera, como digo, todo el instituto está rodeado de árboles realmente altos, por supuesto, solo los muros del frente cuentan con rejillas, los demás son muros de más de cinco metros de altura.
Los taxis en esta ciudad son blancos con naranja, a diferencia de mi ciudad que son blancos con verde. Nuestro día comenzó caminando hacia el centro de la ciudad. El calor por la mañana es casi nulo, el aire corre muy fresco por todos lados y muchas casas están decoradas de Halloween y Día de Muertos.
"¿Qué tan lejos está el centro?", pregunto.
"A 5 minutos caminando, a este paso", responde Diana.
La verdad es que vamos muy lento, lo que significa que el centro está realmente cerca de aquí. Muchas casas son bastante grandes y algunas son lujosas, para ser una ciudad pequeña que dice estar marginada pues no lo parece tanto, simplemente parece ser solo una ciudad pequeña y ya.
Aunque el calor aplasta toda la ciudad, la verdad es que hay muchos árboles, no parece ser una zona desértica, hay demasiada vegetación, y las personas parecen cuidar los árboles. Es tan temprano y hay demasiado movimiento por todos lados, en mi ciudad a esta hora no hay personas caminando por allí, ni siquiera por que es fin de semana.
Tras unos minutos llegamos al centro de la ciudad. Pude ver de cerca los edificios gemelos que se veían a la distancia cuando llegué a la ciudad, aún lo recuerdo, incluso siento algo de nostalgia.
Son de color naranja, tiene un letrero que dice '
"Vamos, ya estamos cerca del negocio de comida", dice Diana.
"Eric, vamos", dice Emily, tomándome de la mano, haciendo que camine más rápido con ellos.
La verdad es que quiero admirar la ciudad en su más mínimo detalle, no me interesa lo demás, solamente quiero observar todo. Nunca había venido a este punto del país. Por supuesto, muchos negocios ya están activos a esta hora, es increíble como aquí todos son tan trabajadores.
Los negocios de comida abundan por todos lados, incluso hay uno a lado del palacio municipal.
"Quiero retirar dinero", digo.
"¿Qué banco?", pregunta Sandra.
"Banco Comercial", respondo.
"Ah, vamos entonces, está del otro lado del palacio", dice.
Todos cruzamos por los pasillos exteriores del palacio municipal, cruzamos la calle y llegamos al banco. Retiré dos mil pesos y caminamos hacia el mismo sentido, pero sobre esta calle. Cruzamos el mercado municipal, a diferencia del que hay en Xalapa, este se ve un poco más pequeño. Tras dos cuadras más, finalmente llegamos al negocio.
"Vengan, aquí hay una mesa grande", dice Diana.
Todos nos sentamos y desde mi lugar puedo ver el menú pintado en un muro.
Chiles rellenos, naturales o con mole. ¿Eh? ¿Con mole? ¿Qué sentido tiene eso? ¿No es ridículo? ¿Por qué le pondrías mole a un chile relleno? ¿Tacos de cochinita con papa? Suena rico.
Entonces, una mujer se nos aproxima.
"Buenos días, chicos. ¿Qué les doy esta vez?", pregunta con un tono amigable.
"Buenos días, doñita. Yo quiero dos chiles con mole y dos tacos de papa", dice Sandra.
"A mí deme tres empanadas y un chile con mole", dice Diana.
"Yo quiero tres chiles con mole y tres tacos de papa", dice Rodrigo.
Emily se mantiene viendo el menú todavía un momento más, pero finalmente se decide.
"No lo he probado, pero, quiero un chile con mole por favor, y cuatro empanadas", dice.
¿Chiles con mole? Vamos, es ridículo, aunque, si ellos lo piden debe saber bueno. Al diablo, pediré eso.
Diana se ríe de mí y cubre su boca con su mano.
Jódete.
Ella deja de reírse, mirándome seria y mostrándome su dedo medio.
"Señora, yo quiero dos chiles rellenos con mole y tres tacos de cochinita con papa", digo.
"Claro, ¿de tomar?", pregunta ella.
Diana y Sandra pidieron
Tras unos cinco minutos, nos entregaron nuestra comida. Mi plato tiene dos chiles rellenos con tortilla doble formando una especie de taco, completamente bañado en mole y con queso rallado encima. Todos toman sus chiles y comen como si fuera un taco. Creo que tengo que hacer lo mismo.
Muerdo mi chile con mole y el sabor inunda mis papilas gustativas. La mezcla de sabores es increíble, es delicioso, no es mole de pasta, es mole natural, es mole artesanal, que delicioso sabe.
Perdóneme, cocinero o cocinera, esto está delicioso, perdón por haber juzgado mal este platillo. Quiero llorar por lo delicioso que sabe y juzgué sin siquiera haber probado esto.
Sigo comiendo con tanto apetito, y entre conversaciones graciosas, terminamos de comer. Estaba lleno, quería vomitar incluso. Tras tomarnos un respiro conversando entre todos, pedimos la cuenta. Luego, nos retiramos del negocio. Era muy temprano aún, pero, fuimos al supermercado, decidimos ir caminando, pues, no estaba realmente lejos, además, nos serviría para que lo que comimos tomara lugar en nuestro estómago.
"¿Qué te parece el lugar?", pregunta Emily.
"Me parece increíble", digo.
"Es una ciudad pequeña, es verdad, pero, la comida aquí es increíble".
"Opino lo mismo, yo nunca he salido del instituto, si deseo salir le digo a mis padres que vengan por mí, pero, esta vez consideré correcto salir con ustedes", dice Emily sonriendo.
O sea que ella jamás salió del instituto, es su primera vez en la ciudad como yo.
Caminamos por diez minutos y finalmente llegamos al supermercado, una cadena nacional de tiendas de alto prestigio. Compramos botanas, artilugios, entre otros objetos para tener en nuestros dormitorios. La verdad solo compré unas cuantas frituras y dulces. Algo que me llamó la atención fueron algunas figuras de acción, en mi casa solía tener muchas figuras, creo que puedo decorar aquí también.
Compro unas cuantas de mis super héroes favoritos, pero, me parece gracioso que ahora estoy comprando figuras de personas con poderes ficticios cuando conozco personas que sí los tienen en la vida real.
"¿Te gustan las figuras de acción?", pregunta Emily.
"Sí, ¿crees que es algo raro?", pregunto.
"No, para nada", responde ella con una sonrisa.
Pagamos nuestros productos y salimos del supermercado, para este momento ya había pasado una hora, son las nueve de la mañana, hay muchas personas en todos lados, todos los negocios ya están abiertos, en las calles fluyen cientos de vehículos privados y de transporte público.
"Ya deben haber abierto la plaza, vamos", dice Diana.
"¿Qué tan lejos está?", pregunto.
"No mucho, pero vamos a terminar demasiado cansados si seguimos caminando, creo que lo mejor es que tomemos un taxi", responde.
Ante esto, tomamos un taxi en la parada de autobús, todos nos subimos, pero, pude ver las claras intenciones de Rodrigo de cargar a cualquiera de las chicas.
"No, yo te cargo a ti", dije.
Rodrigo me miró con una expresión de decepción y tristeza, sé perfectamente que nunca está pensando algo bueno. Finalmente, nos subimos al taxi, yo cargué a Rodrigo, Emily y Sandra se sentaron cada una en un asiento. Mientras que Diana se sentó en el asiento de enfrente.
Es algo fuera de las reglas de transporte público, se prohíbe que en un taxi vayan más de cuatro personas, en Xalapa si son más de tres te cobran incluso más de lo normal, pero aquí parece que se pasan las normas por donde no les da el sol.
Rodrigo me miró con resentimiento en todo el camino, pero prefiero eso a que toque a alguna de las chicas con malas intenciones. Entonces, llegamos a la plaza. A unos cincuenta metros de esta se encuentra una franquicia de pizzas bastante conocida. El estacionamiento de la plaza es bastante grande, y aunque la plaza parece que no es muy grande se ve bastante bien.
Aquí hay otro supermercado, pero entramos directo a la plaza. En el centro de esta hay muchas mesas con asientos y negocios de comida hacia la izquierda, mientras que hacia la derecha hay negocios de ropa, una zona de juegos y un pasillo que parece tener más negocios.
"¡Hay que jugar!", exclama Sandra, corriendo rumbo a la sala de juegos.
Todos entramos al lugar, ellos ya han venido aquí antes, pues Diana saca una tarjeta de la sala y se aproxima al mostrador.
"Quiero recargar saldo, por favor", dice.
Bueno, no son muchos juegos, pero, creo que yo debo pagar la recarga.
Me acerco a Diana y entrego mi tarjeta de débito.
"Por favor, tome el dinero de mi tarjeta para la recarga", digo.
"Eric, son 300 pesos", dice.
"Diana, tengo más de 20 000 pesos en la cuenta, relájate", digo, con una gran sonrisa.
Ella me mira con sorpresa y mira hacia otro lado.
"Pues ya que insistes".
El empleado toma mi tarjeta, la inserta en la terminal y luego realizo el pago poniendo mi NIP.
Pasamos cerca de cuatro horas jugando hockey de mesa, bolos, también jugamos en los simuladores de carreras y otros más.
"Tengo hambre", dice Sandra.
"Sí, yo igual comienzo a tener algo de hambre", dice Emily.
Antes de entrar a la plaza me pareció ver el letrero del cine hasta el final del estacionamiento.
"¿Y si entramos al cine?", pregunto.
Todos se miran mutuamente.
"Bueno, me parece bien", dice Diana.
Todos concuerdan, y entonces caminamos hacia el final del pasillo, llegamos a un kiosco de crepas, helados y otros dulces más, por supuesto, hacia la izquierda estaba el cine. El kiosco pertenecía al cine, por lo que compramos unas crepas y un par de frappés. Luego llegamos a la taquilla del cine y compramos los boletos para una función de terror que comenzaría diez minutos más tarde, por lo que ya estaban dejando entrar a la sala. También compramos palomitas, nachos, refrescos y unas cuantas salchichas.
Los asientos que escogimos fueron en los del fondo, la verdad se disfruta mucho este tipo de asientos entre amigos, y veo que ellos lo saben. Estar con todos ellos realmente me hace feliz, la sensación que tanto extrañaba, ser libre, vivir como una persona normal, definitivamente me siento como si nunca hubiera sufrido ese incidente.
¿Arrepentirme de lo que ocurrió? No, gracias a eso he encontrado nuevos y mejores amigos.
Tras la función de cine, salimos y caminamos hasta un billar-bar cercano donde podemos estar todos juntos, digo, no sé que edades tengan todos, pero siento que el más próximo a cumplir 18 años soy yo.
En cuanto entramos, pudimos notar el olor a cigarro por todos lados mientras música de muchos géneros sonaba a todo volumen, era una sala grande con al menos seis mesas de billar, estaba casi lleno. Había desde jóvenes hasta adultos bebiendo alcohol, fumando, platicando y jugando. Había dos mesas libres, así que nos acercamos a la barra para alquilar una entre todos. La hora costó 45 pesos, algo estándar.
Tomamos los tacos y nos acercamos a una mesa todos juntos.
"¿Si quiera saben jugar billar?", pregunto.
"Claro, Rodri, Sandy y yo venimos aquí la última vez, además, no soy tan santa como crees", dice Diana.
"Yo no sé jugar, pero, si me enseñan puedo aprender rápido", dice Emily.
Anteriormente jugaba billar con mis amigos en casa de uno de ellos. Su padre tiene una mesa y la usábamos siempre que nos reuníamos, así que realmente sé jugar.
"Somos cinco, por lo que jugar por equipos no resulta conveniente, juguemos por colores", digo.
"¿Colores?", dice Sandra.
"Sí, cada uno escoge un color y tiene que meter todas las demás. Las reglas son sencillas, si metes una bola pero metes la blanca, es decir, si te ahogas, la bola que metiste regresa a su lugar y el siguiente jugador debe tomar la bola blanca teniendo la oportunidad de tirar desde donde le guste", digo.
"Si metes por error la bola ocho entonces pierdes de manera inmediata. Si alguien mete todas las bolas de tu color pierdes. Y si metes alguna bola propia no pierdes, pero, le cedes el turno al siguiente jugador. Yo quiero el color verde" digo.
Emily escogió las moradas, Diana las amarillas, Sandra las azules y Rodrigo las rojas. Dejando las naranjas y las marrones como vidas extras para aquellos que perdieran primero.
La partida comenzó, Diana me cedió a mí el primer tiro, rompí la estructura principal y las bolas rodaron por toda la mesa, sin embargo, solo logré meter una marrón, dándome la oportunidad de repetir el siguiente tiro.
"Vamos, mete la verde, está muy cerca del agujero", dice Rodrigo golpeando ligeramente la mesa.
Solamente libero una pequeña sonrisa egocéntrica, me recuerda tanto a esos juegos con mis colegas de la preparatoria, el intentar provocarme para meter mis propias bolas.
Disparé la bola blanca y golpeó una morada, pero no logré meterla.
"Bueno, ¿quién sigue?", pregunto.
"Va Emily, por ser nueva en este lugar también", dice Diana.
Emily tomó el taco, pero apenas y podía sostenerlo, digo, no es que pese demasiado, pero si no tienes fuerza suficiente puede que sea una molestia. Tras explicarle la forma correcta de sujetar el taco, Emily lanza la bola y logra pegarle a una amarilla, pero, no pudo meterla.
Entre risas, chistes y anécdotas, el tiempo pasó muy rápido, la noche cayó y no nos dimos cuenta, no sé cuánto tiempo llevamos aquí, pero sí sé que más de dos horas. Diana nos ganó todas las rondas, es imposible vencerle, me pregunto si ella venía a este lugar antes de entrar al instituto.
Decidimos dejar de jugar, detuvimos el tiempo de renta, pagamos la mesa de juego y nos sentamos en una mesa normal para pedir algunas bebidas y botanas.
"Creo que es bastante bueno el lugar", digo.
"Sí, solía venir aquí con mis amigos", dice Diana.
Lo suponía.
"Pues que genial", dice Emily, tomando su vaso de bebida.
"Es fantástico, salir del instituto, poder vivir una vez al mes como una persona normal, aunque, tengamos que regresar, dudo que podamos alquilar un hotel".
Podemos, para que regresemos temprano, hay que aprovechar todo el tiempo.
"Puedo pagar las habitaciones, debemos disfrutar todo el tiempo posible, no debemos depender del instituto incluso en nuestro tiempo libre", digo.
"Pero sería abusar de tus ingresos, Eric", dice Emily.
"Ella tiene razón", dice Rodrigo, mirándome algo molesto.
"Eres nuestro amigo, no nuestro cajero automático, no importa, ya luego ahorraremos para pagar todos juntos, ya mucho has gastado por nosotros".
Escuchar a Rodrigo decir eso realmente me sorprende, considerando que es un idiota todo el tiempo.
"Son mis amigos, y si quiero hacerlo no debería ser una molestia, créanme, he gastado más dinero de lo que creen con mis antiguos compañeros", digo, bebiendo de mi bebida.
"Tú lo has dicho, con ellos, no con nosotros. ¡Nosotros somos diferentes!", exclama Diana, golpeando la mesa con fuerza.
¿Está ebria? Es verdad, ahora que lo recuerdo, ella pidió una paloma, maldita sea, solo un vaso y ya está borracha.
"Digo que hagamos un brindis", dice Sandra.
"Por estar todos juntos. Nada ni nadie nos podrá separar, somos el grupo de los novatos, ¿qué les parece ponernos un nombre?".
¿Nombre? Para empezar, solo ellos tienen poderes activos, eso me hace sentirme un poco mal. Pero, si hay que ponerle un nombre a nuestro grupo…
"¿Qué les parece La Fuerza Jaeger?", dice Rodrigo.
¿Mi apellido? No, que molesto.
"No, no por favor", digo entre risas.
"Vamos, está bueno", dice Sandra.
"No usen mi apellido", digo, terminando mi bebida.
"¿Por qué no entonces El Escuadrón J?", dice Emily, mirándome fijamente.
Es obvio que sigue usando la J por mi apellido, pero, yo no quiero ser la cabecera, ni siquiera sé que tipo de poder tengo como para que me nombren el líder.
"Sí, suena bien, por ahora Diana es la líder, pero, cuando Eric despierte sus poderes podremos ver si es apto para tomar el manto", dice Sandra.
"¡Me parece genial!", exclama Rodrigo.
Bueno, si tanto insisten.
Seguimos consumiendo bebidas y botanas, Diana dejó de beber, y poco a poco regresó a la sobriedad. Me levanto de mi asiento mientras todos platican y bromean, quiero meditar un poco a solas.
Me dirijo hacia la entrada y tomo aire fresco fuera del lugar. La noche es estrellada, algo nublada, la luna está llena, es hermosa realmente.
"¿Ocurre algo?", pregunta Emily.
"No, todo bien, solo que, realmente me siento feliz, y quería disfrutar algo del aire de aquí afuera antes de regresar al instituto", respondo.
La noche está algo gélida, Emily sale sobando sus manos.
"Eric, gracias", dice ella.
"¿Por?", pregunto, completamente desorientado.
"Por todo, desde que llegaste te portaste muy bien conmigo, eres una persona fantástica, no solo conmigo, también con los demás. Me alegra que seas mi amigo", dice.
Ella entonces acomoda su cabello detrás de su oreja con su mano derecha, haciéndolo lentamente.
"La luna está hermosa hoy", dice.
Mi mirada regresa al cielo.
"Sí, hoy es- ".
La sensación de algo extremadamente suave se pega a mi mejilla izquierda, entonces, escucho claramente como alguien me da un beso y se retira. No puedo evitar sorprenderme, no esperaba esto. Lentamente miro hacia Emily quien me mira de reojos mientras sonríe.
"Gracias, de verdad, me has sacado de un lugar donde no podría haber escapado sola", dice.
Ella me ha dado un beso en la mejilla, mierda, mi corazón se acelera rápidamente. Creo que voy a morir. Su rostro bajo la penumbra es realmente hermoso, ¿qué es esto? ¿Es amor? ¿Qué rayos es esto? Quiero besarla, necesito hacerlo. Lentamente me acerco a ella, pero entonces, el romance termina con el sonido de un vehículo frenando de golpe.
"Eric, vámonos", dice ella, mostrando un rostro bastante serio repentinamente mirando detrás de mí.
Espabilo y me giro hacia mis espaldas. Una camioneta tipo suburban arriba a gran velocidad y varios hombres bajan con fusiles de asalto en mano.
¡No es posible!
"¡Eric, muévete!".
Emily me toma de la mano y me lleva dentro del billar a gran velocidad hasta nuestra mesa.
"¡Vámonos, llegaron sujetos armados!", exclama Emily con una voz temblorosa.
Diana se pone de pie rápidamente y toma dinero de su cartera para dejarlo en la mesa.
"¡Mierda, hay que irnos!", exclama Rodrigo.
No puedo pensar en nada, entonces, los hombres entran al lugar y apuntan a todos ladas las personas. Mi mente se pone completamente en blanco, no puedo moverme, Emily está paralizada la igual que los demás. Todas las personas en el lugar se ponen de pie y gritan por miedo mientras levantan sus manos.
"¡Estamos aquí por dos pinches motivos! ¡El primero es que venimos buscando al Güero!", exclama uno de ellos.
Ahora que presto atención, puedo ver que usan chalecos antibalas, sus rifles son AK-47 y otros modelos que no conozco, así mismo, cubren sus rostros con pasamontañas.
"¡Y el segundo es que venimos a cobrar lo que te corresponde, pinche viejo pendejo! ¡Paga o te jodemos aquí y ahora, pendejo!", exclama el sujeto, cortando cartucho.
Tengo que hacer algo, mierda.
Mi corazón se acelera de nuevo, comienzo a sentir como punza y se retuerce justo como en aquel partido. Sujeto mi pecho con fuerza mientras que mi cuerpo se debilita y caigo sobre mis rodillas al suelo.
"¡No les voy a pagar nada y háganle como quieran, pinches narcos pendejos, ya le llamé a los militares, se los va a cargar su puta madre!", exclama un anciano obeso, saliendo de la cocina con una pequeña pistola en mano.
El sujeto armado que parece ser líder de todos se empieza a reír y le apunta con su rifle.
"Como eres pendejo, esos güeyes me pelan la verga a mí y a mi gente", dice, tocándose la entrepierna con la mano izquierda.
"Eric", dice Emily demasiado alterada, tomándome de la mano y ocultándome detrás de nuestra mesa.
Mi corazón no cede, siento que voy a desmayarme de nuevo aquí.
"Pues ya mamaron, pendejos, ¿no pagas? Te carga la verga", dice.
Entonces, todos apuntaron y comenzaron a disparar a todos lados, el ruido ensordecedor inundaba todo el lugar sin problema alguno, el anciano cayó al suelo tras recibir un impacto directo en el abdomen. Todas las personas fueron acribilladas, Emily se tiró al suelo sobre mí, Rodrigo, Diana y Sandra saltaron hacia los lados evitando ser alcanzados por las balas.
La balacera duró cerca de dos minutos sin parar, destruyeron mesas, muros, las mesas de billar quedaron hechas trizas. Las detonaciones realmente me dejaron aturdido y sordo por un momento. Pero, todo finalmente se detuvo.
Con un zumbido en mis oídos me doy cuenta de que tengo a Emily sobre mí, no puedo ver nada más que hacia la barra, entonces uno de esos sujetos se dirige hacia el anciano que está tendido en el suelo.
"Te dejaré vivir, esa herida no te hará nada. Ahora, dile al Güero que lo voy a buscar y lo voy a matar. No voy a descansar hasta despedazarlo y entregarle su cabeza a su familia", dice, dándose la vuelta y caminando de regreso con sus amigos.
Tras unos segundos, escucho que encienden la camioneta y se van a gran velocidad del lugar. Todo mi cuerpo tiembla, no puedo moverme como quiero.
Tras intentarlo, logro mover a Emily de encima de mío, todo el suelo está lleno de cuerpos, escombros y sangre.
"¡No…!", exclamo, con una voz enmudecida.
Mi corazón sigue apretándose con fuerza mientras late velozmente, por lo que me sujeto del pecho con fuerza.
¡Es verdad, chicos!
Miro hacia frente de mí, y puedo ver los cuerpos de Sandra, Diana y Rodrigo en el suelo con impactos en sus costillas y espaldas.
"¡No!", exclamo.
Parecen moverse todavía, aún puedo llamar a la ambulancia. Con mis manos temblorosas tomo mi teléfono y escribo el 911 en mi aplicación de llamadas. Mi respiración está igual que mi cuerpo, apenas y puedo mover mis brazos.
"Eric", dice Emily, respirando ásperamente.
Mi mirada se dirige hacia ella, entonces, observo como en su espalda tiene una gran mancha roja y de su boca se escurre una gran cantidad de sangre. La herida se encuentra sobre uno de sus pulmones.
"¡Mierda!", exclamo, aventando el teléfono y tomando a Emily en brazos.
"¡Emily, no por favor!", exclamo.
Ella tose mientras intenta respirar y me toma del rostro.
"Vete, busca ayuda, pero, no te metas en problemas, no menciones qué viste, estos sujetos son peligrosos", dice, en medio de una respiración excesivamente áspera.
"¡No, no por favor! ¡Emily, no me dejes!", exclamo.
Ella intenta sonreír mientras respira por su boca, su mirada es tan amable como siempre, mierda.
¡Debe haber algo que pueda hacer! ¡Dios, por favor, ayúdame! ¡Quién sea! ¡Se los ruego! ¡Por favor!
"¡Gagh!", grito al sentir una fuerte punzada en mi pecho.
Las manos de Emily se deslizan lentamente hasta que caen al suelo, pero, ella simplemente no deja de respirar de esa forma, está perdiendo la consciencia.
"¡Por favor, Dios!", exclamo, abrazando con fuerza a Emily.
"Perdóname, Eric, no debí traerlos aquí...", dice Diana, con una voz débil, mirándome mientras esta tendida en el suelo.
¡Debe haber algo que pueda hacer! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por qué siempre tengo que sufrir yo! ¡No te he hecho nada como para que me trates así, Dios! ¡Eres un demonio, no un Dios! ¡Por qué yo! ¡Por qué ellos! ¡Por qué nos castigas así!
Mi mente se pone en blanco repentinamente, el dolor de mi pecho desaparece, no escucho nada más que una especie de zumbido agudo en mis oídos, entonces, todo se pone oscuro. Me siento somnoliento y poco a poco puedo escuchar el sonido de mi alarma sonar.
¿Eh?
"… ¿Qué pasó?", pregunto, abriendo mis ojos lentamente.
Estoy en mi dormitorio, puedo ver que estaba durmiendo, pero ¿qué fue lo que pasó?
"…"
Rápidamente reacciono y tomo mi teléfono y detengo la alarma, es sábado, es como si el tiempo hubiera regresado atrás.
"Es… imposible", digo.
Me pongo mis tenis rápidamente y salgo de mi habitación corriendo a toda velocidad, entro a los dormitorios de mujeres ignorando a la vigilante, entonces, llego al dormitorio de Emily y golpeo la puerta con fuerza.
"¡Emily, abre!", exclamo mientras mi respiración permanece algo agitada.
Ella abre la puerta con miedo, y entonces entro, cerrándola tras mi paso.
"¿Estás bien?", pregunto muy exaltado.
"Sí, lo estoy. ¿Y tú?", pregunta ella, tartamudeando.
"Sí, claro, espera. ¿Soñaste algo raro?", pregunto.
"Eric… ¿realmente fue un sueño?", pregunta ella, mirándome muy preocupada.
Es imposible que dos personas sueñen lo mismo, pero, realmente se sintió como haber vivido todo eso, todo fue tan real, dudo que fuera un sueño, se siente justo como aquella ocasión en el hospital. Es exactamente como si el tiempo hubiera regresado atrás.
¿Qué diablos significa esto?