Victor y su familia llegaron a casa sin contratiempos. La tranquilidad de la noche los envolvía mientras entraban. Victor, aún con José en brazos, llevó a su hijo a la cuna y lo acomodó con cuidado. Observó al bebé por unos momentos, buscando consuelo en su inocente respiración rítmica.
Luci, visiblemente cansada, se apoyó en el marco de la puerta, observando a Victor con una mezcla de amor y preocupación. Victor, notando su presencia, le dirigió una sonrisa suave.
- Ve a dormir, Luci. Te ves agotada -dijo con voz baja y serena, intentando no despertar al pequeño José.
Luci asintió lentamente, acercándose a Victor y colocando una mano en su mejilla. - Solo si tú prometes descansar también. Has estado bajo mucha presión.
Victor la miró a los ojos, reconociendo la verdad en sus palabras. - Lo haré. Solo necesito un momento para aclarar mi mente.
Luci lo besó suavemente en la mejilla antes de dirigirse al dormitorio. - No te tardes demasiado. Te necesito a mi lado.
Victor asintió y la observó irse, luego volvió su atención a José. Sus pensamientos volvían una y otra vez a los recientes eventos, a las batallas internas y externas que había enfrentado. La sonrisa de su hijo lo anclaba al presente, dándole una razón para luchar contra los demonios internos.
Finalmente, se permitió un suspiro profundo y se dirigió al dormitorio, donde Luci ya estaba acurrucada bajo las sábanas. Se deslizó junto a ella, envolviéndola con un brazo, y sintió cómo su cuerpo se relajaba en su presencia.
- Gracias por estar aquí, Luci -murmuró mientras cerraba los ojos.
Luci, medio dormida, respondió suavemente. - Siempre, Victor. Siempre estaré aquí.
Victor, con esa promesa en mente, permitió que el cansancio lo venciera. Por primera vez en mucho tiempo, sintió una chispa de esperanza en medio de su tormenta interna, una esperanza que le daba fuerza para enfrentar otro día.
Después de dos horas de sueño inquieto, Victor se levantó en medio de la madrugada. Se dirigió al baño en silencio, tratando de no despertar a Luci ni a José. Una vez allí, encendió la luz y miró su reflejo en el espejo. Sus ojos cansados y la cicatriz en su mejilla izquierda le recordaban las recientes batallas, tanto internas como externas.
Mientras se lavaba la cara, las palabras de Nine Sharon volvieron a su mente: "Eres Victor por ser el sujeto de la profecía o era la profecía de Victor y todo lo que conlleva a hacer fuerte." La traición de su antiguo amigo aún pesaba en su corazón, y esas palabras resonaban con una inquietante verdad.
Se quedó allí, con el agua fría goteando de su rostro, mirando su reflejo. La pregunta que Nine Sharon había planteado no era fácil de responder. ¿Era él quien daba sentido a la profecía, o era la profecía lo que le había dado sentido a su vida? ¿Era su destino ser fuerte, o su fuerza había forjado su destino?
Victor tomó una toalla y se secó el rostro, tratando de aclarar sus pensamientos. Sabía que no podía quedarse estancado en esas dudas. Tenía una familia que proteger y un futuro que construir.
De repente, sintió una presencia familiar en su mente. Evil Victor, siempre al acecho, susurró burlonamente: "¿Realmente crees que puedes encontrar la respuesta a eso, Victor? Siempre serás un peón de tu propio destino."
Victor cerró los ojos, apretando los puños. - No seré un peón de nadie. Ni de una profecía, ni de ti.
Con una determinación renovada, decidió dejar de lado las dudas y concentrarse en lo que podía controlar: su presente y su futuro. Abrió la puerta del baño y regresó a la habitación, donde Luci y José dormían tranquilamente. Observó a su esposa y a su hijo, encontrando en ellos la motivación para seguir adelante.
Victor se acostó de nuevo, abrazando a Luci suavemente. Mientras cerraba los ojos, se prometió a sí mismo que encontraría la manera de ser el hombre que su familia necesitaba, sin importar las dudas o los desafíos que enfrentara.
A la mañana siguiente, el sol traería un nuevo día, y con él, nuevas oportunidades para redimirse y fortalecer su espíritu. Y aunque las palabras de Nine Sharon seguirían resonando en su mente, Victor estaba decidido a escribir su propia historia, una que no estuviera definida por profecías ni traiciones, sino por su voluntad de luchar por aquellos que amaba.
Victor se levantó temprano, antes de que su esposa y su hijo despertaran. Se vistió en silencio y salió de la casa, necesitando un poco de aire fresco para despejar su mente. Mientras caminaba por el tranquilo vecindario, la luz del amanecer comenzaba a iluminar el cielo, pero no lograba disipar la pesadez en su corazón.
A medida que avanzaba, sintió una leve presión en el área del cerebro donde se genera el estrés, seguida de una punzada aguda. Se detuvo un momento, llevándose una mano a la cabeza, tratando de calmar el dolor. Las palabras de Nine Sharon, la traición, las batallas y las pérdidas se mezclaban en sus pensamientos, haciéndolo sentir abrumado.
"Eres Victor por ser el sujeto de la profecía o era la profecía de Victor y todo lo que conlleva a hacer fuerte."
La frase resonaba una y otra vez en su mente. Sentía como si una sombra oscura estuviera siempre presente, lista para consumirlo en sus momentos de debilidad. Suspiró profundamente y continuó caminando, buscando en la serenidad de la mañana una forma de calmar sus pensamientos turbulentos.
Caminó hasta llegar a un pequeño parque. Se sentó en un banco, observando cómo el sol se alzaba lentamente en el horizonte. Mientras observaba el cielo, trató de recordar los momentos felices de su vida, momentos antes de que todo se complicara tanto. Pensó en su infancia, en los juegos con Nine Sharon antes de la traición, en los días tranquilos en su planeta natal.
Pero sobre todo, pensó en su familia. Luci y José eran su ancla, la razón por la que seguía luchando. Recordó las palabras de Luci: "Sé que estás luchando. No estás solo en esto."
Victor sabía que tenía que encontrar una manera de controlar su estrés y superar sus miedos. No podía permitirse ser consumido por la oscuridad dentro de él, no cuando tenía tanto por lo que luchar.
Decidido, se levantó del banco y se dirigió de regreso a su casa. Sabía que el camino hacia la paz interior no sería fácil, pero estaba dispuesto a recorrerlo. Mientras caminaba, sintió una chispa de esperanza. Con el apoyo de su familia y sus amigos, estaba seguro de que encontraría la fuerza para enfrentar cualquier desafío.
Cuando llegó a casa, el sol ya estaba completamente en el cielo, iluminando todo con su calidez. Victor entró en la casa en silencio, encontrando a Luci y José aún dormidos. Se acercó a la cuna de José y observó a su hijo dormir tranquilamente.
"Lo haré por ellos," pensó Victor. "Encontraré la manera de superar esto. Por Luci, por José, y por mí mismo."
Con una nueva determinación en su corazón, Victor se preparó para enfrentar el día, sabiendo que cada paso hacia adelante lo acercaba a la paz que tanto anhelaba.
Evil Victor, aprovechando un momento de vulnerabilidad de Victor, tomó el control de nuevo. Con una sonrisa siniestra en su rostro, se dirigió a la cocina y tomó un trozo de papel y un bolígrafo. Escribió una nota rápida a Luci, tratando de imitar la caligrafía de Victor:
"Luci, me he enterado de unas runas que pueden cumplir deseos. Voy a buscarlas para asegurar nuestro futuro. No te preocupes por mí, volveré pronto. Con amor, Victor."
Dejó la nota en la mesa de la cocina, en un lugar donde sabía que Luci la encontraría fácilmente. Luego, con una mirada de determinación en sus ojos rojos, salió de la casa sin hacer ruido.
Una vez fuera, Evil Victor miró al cielo y se lanzó al vuelo, dejando atrás el vecindario y a su familia. Su objetivo estaba claro: encontrar las runas que cumplirían deseos. Si conseguía esas runas, tendría el poder absoluto para moldear el destino a su antojo, sin importar las consecuencias.
Mientras volaba a gran velocidad, la mente de Evil Victor se llenaba de pensamientos oscuros y planes de poder. La búsqueda de las runas se convertiría en su misión, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para conseguirlas.
Con cada kilómetro que dejaba atrás, Victor se sumía más y más en la oscuridad, pero una pequeña chispa de su verdadero ser aún luchaba por emerger. Sabía que tendría que luchar con todas sus fuerzas para recuperar el control y proteger a su familia de la amenaza que Evil Victor representaba.
Pero por ahora, Evil Victor volaba hacia lo desconocido, con una ambición desmedida y un deseo de poder que lo guiaba en su búsqueda.
Evil Victor, con una determinación inquebrantable, voló a través de los límites del universo, entrando en un multiverso desconocido. Su búsqueda lo llevó a un planeta cubierto de vastos océanos, habitado por seres inteligentes que vivían en reinos marinos. Al descender, el agua cristalina le ofreció una vista impresionante, pero no se dejó distraer. Sabía que encontrar la runa sería un desafío monumental.
Al llegar a la superficie del océano, tomó un momento para adaptarse a la presión y la temperatura. A medida que se sumergía, sentía una ligera punzada en su cabeza, una señal de que Victor aún luchaba por el control. Pero Evil Victor no se detendría. Su objetivo estaba claro, y ningún dolor ni resistencia interna lo detendría.
Bajo las aguas, el reino marino se desplegaba ante él con una magnificencia inimaginable. Palacios de coral, criaturas bioluminiscentes, y una compleja red de caminos submarinos formaban el paisaje. Era como adentrarse en un hotel de lujo sin saber qué habitación te tocaría o qué peligros acechaban detrás de cada esquina.
Manteniéndose siempre en alerta, Evil Victor se movió con cautela, observando a los habitantes del reino marino. Estos seres, con su apariencia majestuosa y sus movimientos gráciles, lo miraban con curiosidad y desconfianza. Sabían que él no pertenecía a su mundo, y su presencia generaba una tensión palpable.
Mientras exploraba, Evil Victor encontró un templo antiguo, escondido entre los arrecifes de coral. La arquitectura del lugar sugería que era un sitio de gran importancia, posiblemente el hogar de la runa que buscaba. Sin embargo, el acceso al templo estaba fuertemente custodiado por guerreros marinos armados con lanzas y tridentes.
Evaluando la situación, Evil Victor decidió que un enfoque directo sería demasiado arriesgado. En lugar de eso, utilizó su astucia y habilidades para moverse sigilosamente, evitando a los guardias y buscando una entrada menos vigilada. Cada paso que daba lo acercaba más a su objetivo, pero también aumentaba el riesgo de ser descubierto.
Finalmente, encontró una entrada secundaria al templo, un túnel estrecho que parecía haber sido olvidado con el tiempo. Avanzó con precaución, sus sentidos en alerta máxima. Sabía que el camino hacia la runa no sería fácil, y que los peligros acechaban en cada esquina.
Al llegar a la cámara central del templo, sus ojos se fijaron en una piedra brillante en el centro de una plataforma elevada. La runa, con sus grabados antiguos y su energía palpable, irradiaba un poder inmenso. Evil Victor sintió una mezcla de euforia y ansiedad al acercarse.
Pero justo cuando extendió la mano para tomar la runa, una barrera de energía lo detuvo. La runa estaba protegida por un hechizo antiguo, y necesitaría toda su fuerza y astucia para superarlo. Mientras se preparaba para desactivar la barrera, no podía evitar sentir la creciente resistencia de Victor dentro de él, luchando por recuperar el control.
Evil Victor estaba decidido a obtener la runa, pero sabía que la verdadera batalla aún no había comenzado. Con un último vistazo a la runa, se preparó para enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino, sabiendo que el poder que buscaba estaba al alcance de su mano.
Varias personas del reino marino, alertadas por la presencia del intruso, se movilizaron rápidamente para detenerlo. Al ver a Evil Victor en la cámara central del templo, su determinación se convirtió en acción mientras avanzaban hacia él con sus armas listas.
Evil Victor, al notar el creciente número de adversarios, sonrió con una frialdad aterradora. Con un gesto rápido, generó una bola de energía en la palma de su mano. La esfera brillaba con una intensidad peligrosa, y él la lanzó con precisión hacia el grupo de guerreros que se aproximaban.
La ráfaga de energía se movió con velocidad y precisión, impactando a varios de los atacantes. Los golpes eran devastadores, derribando a los guerreros y dejándolos incapacitados. Con un movimiento de su mano, Evil Victor controlaba la bola de energía, dirigiéndola hacia cualquier otra amenaza que se acercara. Los guardianes del templo no tuvieron oportunidad de reaccionar antes de ser golpeados.
Con un último gesto, Evil Victor hizo desaparecer la bola de energía, dejando a los guerreros del reino marino desorientados y derrotados. Su sonrisa de triunfo se ensanchó al ver la escena de caos que había creado.
"¿Eso es todo lo que tienen?" murmuró con desprecio, avanzando hacia la plataforma donde la runa brillaba intensamente.
Los habitantes del reino, viendo la derrota de sus guerreros, se retiraron con miedo y confusión. Evil Victor aprovechó la oportunidad para acercarse aún más a la runa, sintiendo su poder resonar en el aire.
Sin embargo, al dar el paso final hacia la plataforma, la barrera de energía volvió a activarse, lanzando un destello de luz que lo hizo retroceder momentáneamente. Pero esta vez, estaba preparado.
Concentrándose, Evil Victor canalizó toda su energía y fuerza de voluntad, tratando de desactivar el hechizo antiguo que protegía la runa. Sus ojos se volvieron aún más intensos, y su sonrisa se transformó en una mueca de determinación y desafío.
"Voy a obtener lo que quiero, sin importar el costo," se dijo a sí mismo, mientras la barrera comenzaba a ceder ante su poder.
Mientras tanto, en su interior, la verdadera lucha de Victor continuaba, intentando resistir y recuperar el control. Pero por ahora, Evil Victor estaba decidido a ganar, y nada lo detendría en su búsqueda de las runas que podrían cumplir cualquier deseo.
Finalmente, con un grito de esfuerzo y un último empujón de poder, la barrera de energía se desvaneció. La runa quedó expuesta y al alcance de Evil Victor. Avanzó con cautela, pero con una confianza inquebrantable, y extendió la mano para tomar la piedra brillante.
Evil Victor, con la runa finalmente en su poder, se dio la vuelta para contemplar a los habitantes del reino marino que todavía estaban presentes. Entre ellos, sus ojos se fijaron en la figura de la joven reina marina, una presencia majestuosa y poderosa. La idea de dejar un legado, una marca indeleble en este mundo, cruzó por su mente.
"Es hora," murmuró para sí mismo, una sonrisa siniestra dibujándose en su rostro.
Se acercó a la reina marina con paso decidido. Los guerreros restantes del reino, aunque temerosos, intentaron bloquear su camino, pero con un simple gesto de su mano, Evil Victor los apartó, lanzándolos contra las paredes del templo con una fuerza brutal.
La reina, aunque joven, mantenía una postura digna y desafiante, sus ojos llenos de determinación. Evil Victor se detuvo frente a ella, observando su valentía con una mezcla de admiración y desprecio.
"Deja que el legado de mi raza viva a través de ti," dijo, su voz resonando con un tono de autoridad y amenaza. "De este modo, aseguraré que mi presencia perdure en este mundo, una maldición que llevará mi nombre por generaciones."
La reina, sin perder la compostura, lo miró fijamente. "Nunca me someteré a ti, invasor. Mi pueblo no caerá bajo tu yugo."
Evil Victor sonrió, una sonrisa oscura y peligrosa. "No tienes elección," replicó, y con un movimiento rápido, utilizó la runa que acababa de obtener. La piedra brilló intensamente, emitiendo una luz cegadora que envolvió a la reina marina.
En ese momento, el poder de la runa comenzó a manifestarse, y la esencia de Evil Victor se fusionó con la de la reina marina. Ella sintió una energía oscura y poderosa invadir su cuerpo, una presencia maligna que se imponía sobre su voluntad.
Mientras tanto, el verdadero Victor, atrapado en su propio subconsciente, observaba impotente, luchando por recuperar el control. Sentía la maldad de Evil Victor expandirse, corrompiendo todo a su alrededor. La desesperación lo consumía, pero aún no estaba dispuesto a rendirse.
El ritual culminó, y la luz de la runa se desvaneció. La joven reina marina cayó de rodillas, su cuerpo temblando por el esfuerzo de resistir la influencia de Evil Victor. Pero él ya había dejado su marca. La descendencia que nacería de esa unión llevaría consigo la maldición de Victor, un legado oscuro que persistiría en el tiempo.
Evil Victor, satisfecho con su obra, se giró para marcharse, dejando atrás un reino en caos y una reina marcada por su influencia. Su risa resonó en las profundidades del océano, mientras se preparaba para enfrentar nuevos desafíos y extender aún más su dominio.
Evil Victor, con una mirada de fría determinación, se volvió hacia la reina marina. Su voz resonó con una mezcla de amenaza y desprecio mientras le daba una última advertencia.
"Si te atreves a matar al niño, destruiré este planeta," dijo, su tono firme y peligroso. "¿Entendido?"
La reina, aún temblando por el reciente encuentro, asintió con una mezcla de miedo y furia en sus ojos. No tenía más opción que aceptar la amenaza, consciente del poder que Evil Victor había demostrado.
Con una sonrisa cruel, tratándola como si fuera solo un juguete en su cruel juego, Evil Victor se alejó del templo. La búsqueda de las cinco runas aún continuaba, y estaba decidido a encontrar cada una de ellas, sin importar el costo.
Mientras se alejaba, su mente estaba enfocada en su objetivo. Sabía que las runas contenían poderes inimaginables, capaces de cumplir cualquier deseo. Con cada runa que encontraba, su poder crecía, y con ello, su influencia sobre el universo.
El verdadero Victor, atrapado en su propio subconsciente, luchaba desesperadamente por recuperar el control. Sentía el peso de las acciones de Evil Victor, consciente del daño y la destrucción que estaba causando. Pero en su interior, una chispa de esperanza persistía. Sabía que debía encontrar una manera de detener a su contraparte maligna antes de que fuera demasiado tarde.
Evil Victor, por su parte, se adentró en el vasto universo, decidido a continuar su búsqueda. Cada paso lo acercaba más a su objetivo final, y con cada runa que obtenía, el poder y la oscuridad dentro de él crecían. Estaba dispuesto a enfrentarse a cualquier obstáculo, a destruir cualquier enemigo, para lograr su propósito.
El destino del universo pendía de un hilo, y la batalla entre Victor y su lado oscuro estaba lejos de terminar. Mientras Evil Victor continuaba su búsqueda, una sensación de inevitabilidad lo acompañaba, consciente de que su verdadero desafío aún estaba por llegar.
Evil Victor, con una sonrisa satisfecha, atravesó el umbral de un nuevo multiverso. El planeta que se desplegaba ante él era árido y desolado, con vastas extensiones de tierra y escasos cuerpos de agua. La civilización que habitaba este mundo parecía primitiva, con tecnología rudimentaria y estructuras simples que reflejaban una falta de avance significativo.
Sin perder tiempo, Evil Victor comenzó a caminar hacia la ciudad que se erguía en el horizonte. Su aguda percepción le permitió detectar la presencia de una energía especial, similar a la que había sentido cerca de la runa anterior. Estaba decidido a encontrar esta nueva runa, y sabía que estaba en la ciudad o cerca de ella.
Al llegar a las afueras de la ciudad, sus pasos resonaban con autoridad. La gente de la ciudad, al notar su presencia, se detuvo en sus actividades diarias, observando al intruso con una mezcla de asombro y temor. Algunos intentaron acercarse para preguntar quién era, pero Evil Victor simplemente los ignoró, su enfoque completamente centrado en su objetivo.
Con una expresión de desdén en su rostro, avanzó por las calles, sintiendo la energía de la runa más intensamente a medida que se acercaba. La ciudad estaba construida con materiales simples y carecía de cualquier tipo de defensa avanzada, lo que facilitaba su acceso.
Finalmente, llegó a un antiguo templo en el centro de la ciudad, su estructura erosionada por el tiempo pero aún imponente. Evil Victor podía sentir la presencia de la runa emitiendo una vibración poderosa desde dentro del templo. Sin más preámbulos, atravesó la entrada, empujando las puertas pesadas sin esfuerzo.
Dentro del templo, el ambiente era sombrío y cargado de misterio. Antiguos símbolos y escrituras adornaban las paredes, y el aire estaba impregnado de una energía arcana. Evil Victor avanzó con paso firme, dirigiéndose hacia el altar en el centro del templo donde la runa reposaba.
Al llegar, observó la runa, un artefacto brillante con una energía palpable que resonaba en el aire. Se acercó lentamente, sus ojos fijos en la piedra preciosa. Con una sonrisa cruel, extendió la mano para tomar la runa, preparándose para añadirla a su colección.
Sin embargo, a medida que se acercaba, un grupo de guardianes del templo, armados con armas rudimentarias pero llenos de determinación, hicieron su aparición. Eran protectores de la runa, y al ver la amenaza que representaba Evil Victor, estaban listos para defender su tesoro sagrado.
Evil Victor, sin inmutarse, preparó su energía para enfrentarse a ellos. Sabía que estos guardianes serían un desafío menor comparado con lo que había enfrentado antes, pero cada obstáculo era un pequeño precio a pagar por el poder que estaba a punto de obtener.
Con una expresión de pura maldad, Evil Victor se preparó para la batalla, decidido a obtener la runa sin importar la resistencia que encontrara en su camino.
La heroína, una figura imponente y decidida, se plantó en la entrada del templo junto a su pareja, un joven que la acompañaba con una mirada decidida y un aura de determinación. La pareja se adelantó, bloqueando el camino de Evil Victor hacia la runa.
"No saldrás con vida, villano," proclamó la heroína con voz firme, sus ojos fijos en Evil Victor con una mezcla de coraje y desafío. Su presencia estaba cargada de una energía protectora, y su pareja se mantenía a su lado, listo para combatir.
Evil Victor, con una sonrisa de desdén, se giró hacia ellos mientras sostenía la runa en su mano. Su rostro mostró una mezcla de molestia y aburrimiento ante la interrupción.
"No se pueden callar," dijo Evil Victor con desdén, su voz resonando con un tono de desprecio. "Siempre hay alguien dispuesto a desafiarme. Pero, en fin, seréis solo otro obstáculo en mi camino."
La heroína, sin amedrentarse, se preparó para el combate. "No permitiremos que uses esa runa para tus oscuros propósitos. Nos aseguraremos de que no destruyas más mundos."
El joven a su lado, con determinación en su mirada, se posicionó para ayudar a su pareja. "Juntos, lo detendremos. Por el bien de todos los que están en peligro."
Evil Victor, al ver la resistencia en sus rostros, se preparó para enfrentar a los nuevos adversarios. Con un gesto de su mano, liberó una onda de energía que hizo que el suelo temblara, forzando a los guardianes del templo a retroceder.
"¡Venid entonces! Mostradme lo que podéis hacer," desafió Evil Victor, su poder y maldad emanando con intensidad. "No será suficiente para detenerme."
La batalla se desató en el interior del templo, con la heroína y su pareja enfrentándose a Evil Victor con valentía. Los golpes y ataques resonaban en las paredes antiguas mientras luchaban por proteger la runa y detener al villano. Evil Victor, con una fuerza abrumadora, parecía estar disfrutando del desafío, su risa resonando a través del templo mientras la lucha continuaba.
Evil Victor observó con una sonrisa maliciosa cómo ninguno de los presentes se movía de su posición. Decidido a romper el silencio, lanzó un golpe directo al rostro del chico llamado Juan. El impacto fue tan fuerte que Juan salió volando hacia una pared cercana, rompiéndola en mil pedazos.
Sin perder un segundo, Evil Victor se lanzó tras él, golpeando su estómago con una fuerza devastadora. Ambos atravesaron la pared y salieron disparados, con Evil Victor aún presionando el estómago de Juan. La velocidad y la fuerza del impacto los llevaron a atravesar varios edificios gigantes, dejando un rastro de destrucción a su paso.
Finalmente, llegaron a un edificio donde varias personas estaban trabajando. Los empleados se quedaron paralizados al ver a los dos combatientes atravesar las paredes y aterrizar en medio de la oficina. Evil Victor, con una mirada de triunfo, soltó a Juan, quien cayó al suelo, jadeando por el dolor.
Evil Victor lanzó a Juan contra un muro con una fuerza brutal, haciendo que el concreto se agrietara. Sin perder tiempo, lo tomó del cuello, levantándolo del suelo. Con una sonrisa sádica, se inclinó hacia él y susurró:
-A veces pienso que bien se vería tu pareja embarazada de un hijo mío, ¿no te parece?
Las palabras de Evil Victor resonaron en la mente de Juan, llenándolo de rabia. Con todas sus fuerzas, Juan lanzó un golpe directo al rostro de Evil Victor. Sin embargo, el impacto no tuvo ningún efecto. Evil Victor no mostró ni una pizca de dolor; en cambio, su sonrisa se ensanchó.
-¿Eso es todo lo que tienes? -se burló Evil Victor, apretando aún más el cuello de Juan.
Juan luchaba por respirar, sus manos intentando inútilmente liberar el agarre de hierro de Evil Victor. La situación parecía desesperada, pero la determinación en los ojos de Juan no se desvanecía.
La heroína llamada Katherine voló a toda velocidad hacia su pareja, Juan, con el corazón latiendo con fuerza. Al ver la situación desesperada, no dudó en intervenir. Sin embargo, Evil Victor, con una rapidez sorprendente, soltó a Juan y se giró hacia Katherine.
-¿Crees que puedes detenerme? -se burló Evil Victor, lanzando un golpe directo a la cabeza de Juan.
El impacto fue devastador. Juan salió disparado hacia abajo, atravesando veinte pisos antes de estrellarse contra el suelo. Katherine gritó de desesperación, pero no se detuvo. Con una furia renovada, se lanzó hacia Evil Victor, decidida a salvar a su pareja y detener al villano de una vez por todas.
Katherine, llena de determinación y furia, decidió golpear con todas sus fuerzas a Evil Victor. Se lanzó hacia él, su puño envuelto en energía, y lo impactó directamente en el rostro. Evil Victor, sin embargo, no se movió. Se dejó golpear, su expresión cambiando a una de curiosidad.
-¿Eso es todo lo que tienes? -preguntó con una sonrisa burlona, comprobando si el golpe le había hecho daño o si Katherine era simplemente débil.
Katherine no se dejó intimidar. Retrocedió unos pasos, evaluando la situación. Sabía que tenía que encontrar una manera de superar la increíble resistencia de Evil Victor. Con una mirada decidida, se preparó para su próximo movimiento, sabiendo que la batalla apenas comenzaba.
Evil Victor, con una rapidez asombrosa, decidió golpear a Katherine directamente en el plexo solar. El impacto le sacó todo el aire, dejándola momentáneamente indefensa. Sin darle tiempo para recuperarse, Evil Victor lanzó otro golpe, esta vez directo a la nariz de Katherine, quebrándola con un crujido aterrador.
Katherine salió volando por la fuerza del golpe, impactando violentamente contra una casa más pequeña. La estructura se derrumbó parcialmente, y el polvo y los escombros llenaron el aire. A pesar del dolor y la confusión, Katherine sabía que no podía rendirse. Con esfuerzo, comenzó a levantarse de entre los escombros, su determinación más fuerte que nunca.
Evil Victor se sentó en lo más alto de los escombros, observando a Katherine con una sonrisa cruel. Con una risa burlona, dijo:
-Por lo menos no te va a llegar la factura del gas.
Su risa resonó en el aire, mientras Katherine luchaba por levantarse de entre los escombros. Algunas personas que habían presenciado la escena desde la distancia miraban a Evil Victor con horror, viéndolo como el mal personificado.
Katherine, a pesar de su mal estado, no se dejó intimidar. Con una mirada de determinación, se levantó lentamente, sus ojos fijos en Evil Victor. Sabía que no podía rendirse, no mientras hubiera personas que necesitaban ser protegidas de su crueldad.
Katherine, a pesar del dolor intenso y el estado crítico en el que se encontraba, logró reunir sus fuerzas para enderezar su nariz rota. Con un esfuerzo visible, se levantó lentamente del suelo, su rostro marcado por el sufrimiento pero determinado a continuar.
Cada movimiento le dolía, pero su espíritu no se quebró. Ella se puso de pie con una mezcla de rabia y resolución en sus ojos. La imagen de Evil Victor riéndose a lo lejos solo avivó su deseo de detenerlo y proteger a su ciudad. Aunque sus fuerzas eran limitadas, estaba decidida a seguir luchando.
El desafío era monumental, pero Katherine no podía permitirse rendirse. Se preparó para enfrentarse nuevamente a Evil Victor, con su cuerpo en estado crítico pero su determinación tan fuerte como siempre. La batalla estaba lejos de terminar, y ella estaba lista para dar lo mejor de sí, a pesar de las circunstancias adversas.
Evil Victor, con una mirada fija en una niña a lo lejos, decidió actuar. Se lanzó desde lo más alto de los escombros con una velocidad impresionante. Mientras descendía, el viento rugía a su alrededor, y su figura se convirtió en una sombra oscura que se acercaba rápidamente al suelo.
Con un impacto ensordecedor, Evil Victor aterrizó en la calle, hundiendo el pavimento bajo sus pies. El suelo tembló y se agrietó, creando un cráter alrededor de él. La gente que estaba cerca gritó y corrió en todas direcciones, tratando de alejarse del peligro.
La niña, paralizada por el miedo, miraba a Evil Victor con ojos llenos de terror. Él, con una sonrisa cruel, comenzó a caminar hacia ella, disfrutando del caos que había causado. Cada paso que daba resonaba en la calle, aumentando la tensión en el aire.
Katherine, aún recuperándose de sus heridas, vio la escena desde la distancia. Su corazón se aceleró al ver a la niña en peligro. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia Evil Victor, decidida a detenerlo antes de que pudiera hacerle daño a la pequeña.
Evil Victor, consciente de la presencia de Katherine, se detuvo y giró lentamente hacia ella, su sonrisa burlona nunca desapareciendo.
-¿Crees que puedes salvarla? -se burló, preparándose para el próximo enfrentamiento.
Katherine, con una mirada de determinación, se preparó para la batalla. Sabía que no podía fallar, no mientras hubiera vidas inocentes en juego.
Evil Victor, con una sonrisa fría, crea una bola de neutrones en su mano, la cual se muestra como una esfera de energía densa y brillante. Se acerca a la niña con su expresión cruel y le entrega la bola, con un gesto calculado que asegura que no pueda evitar tomarla.
La niña, confundida y aterrorizada, sostiene la esfera de neutrones con manos temblorosas. A medida que la estrella de neutrones comienza a girar en sus manos, la energía contenida dentro de la esfera empieza a acumularse y desestabilizarse. La intensidad de la energía aumenta, y la niña, incapaz de comprender la magnitud del peligro que sostiene, comienza a sentir la presión creciente.
Evil Victor se aleja del lugar con tranquilidad, dirigiéndose hacia Katherine para continuar su ataque. Mientras tanto, la esfera en manos de la niña sigue girando y acumulando energía. La estabilidad de la estrella de neutrones comienza a colapsar, y la energía acumulada crea una reacción en cadena.
Un resplandor brillante y una onda expansiva de energía se liberan de la esfera. La explosión resultante es de una magnitud devastadora, borrando la mitad de la ciudad en un instante. La onda de choque y la energía liberada arrasan edificios, calles y todo a su paso, dejando un rastro de destrucción y escombros.
El caos y la devastación que sigue a la explosión es un testimonio de la crueldad de Evil Victor y su capacidad para causar estragos sin remordimiento. La ciudad queda en ruinas, con sobrevivientes luchando por comprender la magnitud del desastre y enfrentarse a la amenaza que sigue en pie.
Evil Victor, con una sonrisa cruel, crea un resplandor energético que envuelve a Katherine. Esta energía, cargada de su poder oscuro, actúa sobre ella de una manera devastadora y cruel, dejándola embarazada de manera forzada.
Mientras la luz se desvanece, Evil Victor se dirige hacia Katherine con una actitud despectiva. "No hagas nada con el bebé," le dice con frialdad. "Solo asegúrate de que sobreviva para que pueda experimentar el mismo sufrimiento que tú. Y mientras tanto, destruye todo esto."
Con esas palabras, Evil Victor se aleja de la escena, dejando a Katherine en un estado de desesperación y devastación. El villano se dirige hacia otro planeta en busca de la tercera runa, dejando tras de sí una estela de destrucción y dolor.
La ciudad, aún en ruinas tras la explosión, queda bajo el impacto de sus acciones, con los sobrevivientes enfrentando la catástrofe y tratando de reconstruir sus vidas mientras el villano sigue con su búsqueda implacable.
Evil Victor, decidido a encontrar la tercera runa, se adentra en el siguiente multiverso. Mientras vuela, se acerca a un planeta que, desde el espacio, se asemeja a la Tierra, pero con un aura distinta. A medida que desciende hacia la superficie, nota que este mundo está ambientado en una época medieval, con castillos majestuosos, pueblos fortificados y vastos paisajes naturales.
Las aldeas están hechas de piedra y madera, y los campos están llenos de agricultores trabajando diligentemente. Caballeros con armaduras relucientes patrullan las calles y las murallas de las ciudades, y el aire está lleno del sonido de herreros forjando espadas y comerciantes vendiendo sus productos.
Evil Victor aterriza en las afueras de un gran castillo, sus botas impactando el suelo con un sonido sordo. Al instante, los habitantes cercanos se alarman y retroceden, asustados por la aparición de este extraño ser de poder inigualable.
Con una sonrisa torcida, Evil Victor observa a su alrededor, sintiendo la energía de la runa escondida en algún lugar cercano. Su presencia oscura empieza a extenderse como una sombra, y los caballeros del castillo rápidamente se movilizan para confrontarlo.
Uno de los caballeros, con una capa adornada y una armadura imponente, se adelanta y exclama: "¡Alto! ¿Quién eres y qué buscas en nuestras tierras?"
Evil Victor, sin perder su calma, responde con desdén: "Busco algo que me pertenece. No me interrumpan y tal vez les permita seguir viviendo en su pequeña fantasía medieval."
El caballero, aunque intimidado, no retrocede. Levanta su espada y ordena a sus hombres: "¡Defended el castillo y nuestros hogares! ¡No dejéis que este demonio pase!"
Con una carcajada, Evil Victor eleva su energía, listo para enfrentar a cualquier desafío que se interponga en su búsqueda de la tercera runa.
Evil Victor ríe con burla ante el comentario del caballero. "¿Demonio, dices? Cometen un grave error al desafiarme."
Con un gesto de su mano, Evil Victor conjura llamas de un color rojo y amarillo intenso. Las llamas giran y se moldean rápidamente en la forma de una flecha y un arco. Apuntando directamente hacia el castillo, su voz resuena con amenaza: "Dejen que pase sin obstáculos, o verán este lugar convertido en cenizas."
El caballero, visiblemente nervioso pero decidido a proteger su hogar, vacila un momento. Los soldados y aldeanos observan con miedo y ansiedad, conscientes de que cualquier movimiento en falso podría desencadenar una catástrofe.
"¡Bajad las armas!", ordena el caballero a regañadientes, comprendiendo la magnitud del peligro. "Dejadlo pasar."
Los soldados, aunque reacios, obedecen. Evil Victor mantiene la flecha flamígera apuntada al castillo mientras camina con calma hacia adelante, adentrándose en los terrenos del castillo.
"Sabia decisión," murmura, disfrutando su victoria momentánea.
Mientras atraviesa el puente levadizo y se adentra en el patio del castillo, la energía de la runa se vuelve más perceptible. Evil Victor, con un sentido agudo de su ubicación, se dirige hacia el interior del castillo, ignorando las miradas de odio y miedo de los que lo rodean.
Los pasillos de piedra y las antorchas iluminan su camino mientras se adentra más y más, sintiendo la proximidad de la runa. En una gran sala adornada con tapices antiguos y estatuas, Evil Victor finalmente se detiene frente a un pedestal de piedra, donde la tercera runa yace, brillante y vibrante con poder.
Con una sonrisa de triunfo, extiende su mano para tomar la runa, sintiendo su energía fluir a través de él. "Tres down, dos to go," murmura, mientras el brillo de la runa ilumina la sala. Sin perder tiempo, se prepara para su próximo destino, dejando atrás un castillo lleno de miedo y confusión.
La reina, en su carruaje de regreso al castillo, nota a Evil Victor saliendo de él. Sin pensarlo dos veces, se acerca al intruso y, con furia y autoridad, le propina una cachetada. Evil Victor apenas siente el golpe, una leve sonrisa se dibuja en su rostro mientras apaga sus llamas.
"¿Eso es todo lo que tienes?" murmura con desprecio.
Sin más preámbulos, Evil Victor lanza su puño directo al estómago de la reina con una fuerza brutal. El impacto es tan poderoso que la reina sale volando hacia su carruaje, destrozándolo en el acto.
Los guardias y sirvientes presentes observan con horror, incapaces de reaccionar ante la velocidad y la ferocidad del ataque. La reina, herida y aturdida, yace entre los restos de su carruaje. Evil Victor se acerca lentamente, cada paso resonando con una amenaza silenciosa.
"Este es un recordatorio de quién tiene el verdadero poder aquí," dice fríamente. "La próxima vez, piénsalo dos veces antes de desafiarme."
Con la runa en su poder y su advertencia hecha, Evil Victor se aleja, dejando atrás un castillo en caos y una reina derrotada. Su mente ya está en el siguiente objetivo, la cuarta runa, mientras sigue su camino de destrucción y conquista.
Evil Victor se detiene de repente, recordando su propósito adicional. Sin perder tiempo, se acerca a la reina herida y con un gesto de su mano, la primera runa brilla intensamente. La runa se posiciona frente al útero de la reina, emitiendo una luz que penetra su cuerpo, impregnándola con la esencia que replica la composición de los átomos del semen.
"Considera esto un regalo y una advertencia," murmura Evil Victor mientras observa cómo la luz de la runa se disipa lentamente.
Con su misión cumplida, se da la vuelta y se aleja, dejando a la reina en estado de shock y dolor, sabiendo que ha dejado una marca imborrable en este mundo. Su mente ya está fija en la próxima runa, mientras continúa su camino de destrucción y dominio, llevando el caos a cada universo que atraviesa.
Evil Victor se lanza hacia el próximo multiverso, atravesando las barreras dimensionales con una velocidad increíble. Al llegar al quinto universo, se encuentra flotando en un vasto espacio. Sus sentidos le indican la presencia de un planeta similar a Marte, cubierto de polvo rojo y con un ambiente hostil.
Descendiendo a la superficie del planeta, Evil Victor observa un paisaje desolado y árido. Su mirada se fija en una estructura antigua y parcialmente enterrada en la arena.
"Aquí debe estar," murmura para sí mismo mientras se dirige hacia la estructura.
Al adentrarse, siente la energía de la runa resonando desde lo profundo de la construcción. Determinado, avanza con paso firme, listo para enfrentar cualquier obstáculo que pueda interponerse en su camino hacia la cuarta runa.
Evil Victor pisa una trampa que hace que dos enormes rocas se deslicen rápidamente hacia él desde ambos lados. Con una sonrisa de desdén, levanta sus brazos y destruye las rocas con un solo golpe, haciendo que se desintegren en polvo.
Al observar la civilización a lo lejos, una idea malévola se forma en su mente. "Tal vez deberían pagar por esa trampa," piensa mientras se dirige hacia la comunidad.
A medida que se acerca, los habitantes comienzan a notar su presencia y el aura amenazante que emana. Sin detenerse, Evil Victor levanta una mano y concentra su energía. Una bola de fuego comienza a formarse, crepitando con una energía destructiva.
"Veamos cómo reaccionan ante el verdadero poder," murmura antes de lanzar la bola de fuego hacia la civilización, listo para causar caos y devastación como castigo por atreverse a atraparlo.
Evil Victor detiene su avance al ver a una mujer de 2.07 metros de estatura acercarse. Su porte es imponente, con una expresión decidida y una presencia que irradia poder.
"¿Quién eres tú para enfrentarte a mí?" pregunta Evil Victor, sin dejar de sostener la bola de fuego en su mano.
La mujer lo mira con calma, sin mostrar miedo. "Soy Lyara, la guardiana de esta civilización. No permitiré que destruyas a mi gente."
Evil Victor sonríe con arrogancia. "Interesante. Veamos si puedes detenerme."
Sin previo aviso, lanza la bola de fuego hacia Lyara, esperando ver si realmente tiene la capacidad de proteger a su pueblo.
Evil Victor sonríe y aplaude lentamente, el sonido resonando en el silencio que sigue a la explosión.
"Impresionante," dice, su voz llena de burla y admiración. "No todos pueden sobrevivir a uno de mis ataques. Debo admitir que tienes agallas, Lyara."
Lyara se mantiene firme, su mirada fija en él. "No es cuestión de agallas, es cuestión de proteger a los inocentes de monstruos como tú."
Evil Victor da un paso adelante, su expresión cambiando a una mezcla de desprecio y desafío. "Entonces veamos si puedes protegerlos de esto."
Con un movimiento rápido, crea múltiples esferas de energía y las lanza en diferentes direcciones, dirigidas no solo hacia Lyara, sino también hacia la civilización a lo lejos.
"¡Atrápalas si puedes!" exclama, disfrutando del caos que está a punto de desatar.
Evil Victor camina lentamente hacia la runa, ignorando la devastación que ha causado. Al llegar, la toma y la guarda en una dimensión especial, asegurándose de que cada runa esté segura.
Voltea para mirar a Lyara, quien sigue en pie, aunque con esfuerzo.
"Je," se burla, "se supone que me ganarías."
Lyara, con determinación en su rostro, responde: "No se trata de ganar o perder. Se trata de detenerte a toda costa."
Evil Victor ríe, una risa llena de desprecio y superioridad. "Intentar detenerme es una causa perdida. Pero adelante, inténtalo. Necesito un buen entretenimiento."
Con esas palabras, se prepara para enfrentarse a Lyara una vez más, disfrutando del desafío que ella presenta.
Evil Victor se acerca a Lyara con una sonrisa cruel y, con una rapidez brutal, lanza dos golpes consecutivos en el mismo lugar: el plexo solar. Cada golpe está cargado con una fuerza devastadora, destinada a incapacitarla rápidamente.
El primer golpe hace que Lyara se doble, jadeando y sintiendo una presión intensa en su estómago. El segundo golpe la empuja hacia atrás, causando que se tambalee y caiga de rodillas, luchando por recuperar el aliento.
"¿Qué tal, Lyara?" pregunta Evil Victor con una voz fría y burlona. "¿Te das cuenta ahora de la diferencia entre nosotros?"
A pesar del dolor y la dificultad para respirar, Lyara levanta la vista con determinación, sus ojos aún desafiantes a pesar de la evidente debilidad.
Lyara, en un acto de desesperación, muerde la pierna de Evil Victor con todas sus fuerzas. Él emite un leve grito de sorpresa y dolor, sintiendo el agarre feroz.
Sin embargo, Evil Victor se recupera rápidamente de la sorpresa. Con una expresión de furia, lanza un golpe directo a la sien de Lyara, el impacto es brutal, haciéndola caer al suelo inconsciente.
Evil Victor se sacude la pierna, mirando a Lyara con desdén. "Eso fue una molestia menor," dice con desdén. "Ahora, déjame concentrarme en mi objetivo."
Con Lyara fuera de combate, Evil Victor se vuelve hacia el horizonte, dispuesto a continuar su búsqueda y completar su misión.
Evil Victor, decidido a encontrar la última runa, se lanzó al espacio con una velocidad impresionante. Mientras atravesaba el multiverso, sus ojos se fijaron en un planeta semi-helado que brillaba con un resplandor misterioso. Sabía que la runa estaba cerca, su instinto oscuro se lo decía.
Evil Victor aterrizó en la superficie helada del planeta, sintiendo el frío intenso que lo rodeaba. Sin perder tiempo, activó su habilidad de fuego. Una ola de calor abrasador emanó de su cuerpo, derritiendo el hielo a una velocidad asombrosa. En cuestión de segundos, el paisaje helado se transformó en un mar de agua y vapor.
El calor fue tan intenso que algunos seres vivos, atrapados bajo el hielo, emergieron a la superficie, sorprendidos y confundidos. Entre ellos, seres humanoides con piel pálida y ojos brillantes observaron al recién llegado con asombro y temor. Susurraban entre ellos, convencidos de que Victor había venido por su reina.
Uno de los humanoides, más valiente que los demás, se adelantó y habló con voz temblorosa: "¿Eres tú el que viene a buscar a nuestra reina? ¿Qué deseas de nosotros?"
Victor, con una mirada fría y decidida, respondió: "No estoy aquí por tu reina. Busco algo mucho más poderoso. No interfieran y no sufrirán las consecuencias."
Los humanoides retrocedieron, temerosos de la fuerza y determinación de Victor. Sabían que no podían detenerlo, y solo podían esperar que su reina estuviera a salvo de este intruso implacable.
Mientras los humanoides observaban con temor, una chica aventurera apareció en el lugar. Su nombre era Kyar Jin, conocida por su valentía y espíritu indomable. Al ver a Evil Victor, no dudó en actuar. Con un grito de desafío, corrió hacia él y le lanzó un golpe con todas sus fuerzas.
El impacto resonó en el aire, pero Evil Victor apenas se inmutó. Con una sonrisa fría, devolvió el golpe con una fuerza devastadora. Kyar Jin fue lanzada hacia atrás, cayendo al suelo con un gemido de dolor. A pesar del impacto, se levantó lentamente, su mirada llena de determinación.
"¿Quién eres tú para desafiarme?" preguntó Victor, su voz llena de desdén.
Kyar Jin, respirando con dificultad, respondió: "No permitiré que destruyas este lugar. No mientras yo esté aquí."
Victor soltó una carcajada oscura. "Eres valiente, pero tu valentía no te salvará. No interfieras en mi búsqueda, o sufrirás las consecuencias."
Los humanoides, viendo la valentía de Kyar Jin, comenzaron a murmurar entre ellos. Sabían que la situación era desesperada, pero la presencia de la aventurera les daba una chispa de esperanza.
Evil Victor, con una fuerza brutal, lanzó un golpe directo al abdomen de Kyar Jin. El impacto fue tan fuerte que la chica cayó al suelo, retorciéndose de dolor y quedando incapacitada por un buen rato. Los humanoides observaron con horror, incapaces de intervenir.
Sin prestar más atención a Kyar Jin, Victor caminó hacia el agua que había surgido tras derretir el hielo. Con determinación, se lanzó al agua, sumergiéndose en las profundidades en busca de la última runa. El agua burbujeaba y se agitaba a su alrededor mientras descendía, su objetivo claro en su mente.
Los humanoides, aún conmocionados por la brutalidad de Victor, se acercaron a Kyar Jin, tratando de ayudarla a levantarse. Sabían que la batalla no había terminado y que necesitarían toda la ayuda posible para enfrentar al intruso y proteger su mundo.
Evil Victor, sumergido en las profundidades del agua, canalizó toda su energía oscura y lanzó un poderoso ataque hacia el manto del continente del planeta. La fuerza del impacto fue tan devastadora que perforó la corteza terrestre, creando un sismo de magnitud 10.00. El suelo tembló violentamente, y enormes grietas se abrieron por todo el planeta.
Los humanoides en la superficie cayeron al suelo, luchando por mantener el equilibrio mientras el mundo a su alrededor se desmoronaba. Edificios se derrumbaban, montañas se partían en dos, y el caos reinaba en todas partes. El agua se agitaba furiosamente, creando olas gigantescas que arrasaban con todo a su paso.
Kyar Jin, aún debilitada por el golpe de Victor, miraba con horror la destrucción que se desataba. Sabía que debía hacer algo para detenerlo, pero su cuerpo apenas respondía. Los humanoides, desesperados, intentaban ayudarla a ponerse de pie, conscientes de que ella era su única esperanza.
Mientras tanto, Victor avanzaba implacablemente hacia su objetivo, decidido a encontrar la última runa y completar su misión, sin importar el costo.
Evil Victor, decidido a protegerse mientras continuaba su búsqueda, creó un campo de fuerza bajo él. La energía oscura se arremolinaba a su alrededor, formando una barrera impenetrable que lo protegía de cualquier daño. El campo de fuerza no solo lo mantenía a salvo, sino que también estabilizaba el área inmediata, evitando que el sismo lo afectara directamente.
Mientras avanzaba hacia el núcleo del planeta, el campo de fuerza desintegraba cualquier obstáculo en su camino. Rocas y escombros se desintegraban al contacto, permitiéndole avanzar sin interrupciones. Los humanoides, observando desde la superficie, se dieron cuenta de que Victor estaba cerca de alcanzar su objetivo y sabían que debían actuar rápidamente.
Kyar Jin, aún debilitada pero determinada, se levantó con la ayuda de los humanoides. "No podemos dejar que lo consiga," dijo con firmeza. "Debemos encontrar una manera de detenerlo."
Con renovada determinación, Kyar Jin y los humanoides comenzaron a planear su próximo movimiento, conscientes de que el destino de su mundo dependía de ello.
Evil Victor, con suma facilidad, llegó al centro del planeta. Allí, encontró la runa impregnada en una parte del núcleo. Sin dudarlo, la agarró con una fuerza extraordinaria. El calor extremo quemó su mano y piel, pero Victor, con su poder regenerativo, sanó las heridas al instante.
Con la runa en su poder, levantó su dedo índice y disparó un rayo de energía directamente al núcleo del planeta. El impacto fue devastador, y el núcleo comenzó a colapsar lentamente, desestabilizando todo el planeta.
Victor ascendió rápidamente a la superficie, emergiendo entre el caos y la destrucción. Al llegar, vio a las criaturas humanoides observándolo con temor y desesperación. Con una sonrisa triunfante, levantó la runa, mostrándola a todos.
"¡He conseguido lo que buscaba!" proclamó con voz resonante. "Nada puede detenerme ahora."
Los humanoides retrocedieron, conscientes de que estaban ante un poder que no podían comprender ni enfrentar. Kyar Jin, aún debilitada pero determinada, miró a Victor con odio y desesperación, sabiendo que la batalla estaba lejos de terminar.
Evil Victor, con una expresión de satisfacción en su rostro, observa cómo la última runa se une a las otras en su dimensión especial. Con un movimiento decidido, envía a las mujeres embarazadas con la primera runa de regreso al universo de Victor, asegurándose de que su plan continúe desarrollándose allí.
Luego, dirige su atención a Kyar Jin, la aventurera. "Es hora de que te unas al mundo de Victor," dice con una sonrisa siniestra. Utilizando su poder, la transporta al planeta Tierra, dejándola en un lugar donde pueda causar caos o ser un desafío para Victor.
Evil Victor guarda la última runa en su bolsillo dimensional y, con un gesto despectivo, se prepara para salir del planeta.
"Ahora, mi deseo está al alcance," murmura mientras se eleva hacia el cielo. A medida que se aleja, activa una explosión devastadora que arrasa con el planeta semi-helado, dejando solo escombros y polvo estelar en su estela.
Con una última mirada hacia la destrucción que ha causado, Evil Victor se aleja, satisfecho con los resultados y ansioso por el próximo paso en su maquiavélico plan.
Evil Victor regresa al planeta Tierra, habiendo dejado atrás un rastro de destrucción y muerte en los cinco multiversos. Con una sonrisa macabra, contempla la devastación que ha causado mientras se dirige hacia la casa de Victor.
Una vez allí, Evil Victor se asegura de dejar claro que el sufrimiento no ha terminado. "Apreta bien los dientes, mocoso," le dice a Victor, disfrutando del tormento mental que está causando. Sabiendo que Victor no puede hacer nada para detenerlo, Evil Victor se retira temporalmente, dejando que el peso de sus acciones caiga sobre su enemigo.
Victor, al recuperar el control de su cuerpo, se enfrenta a la realidad brutal. "He visto lo que has hecho," le dice a Evil Victor con desesperación. "No puedo creer que todo mi ser esté manchado con la sangre de gente inocente."
Se siente acorralado y devastado, su mente abrumada por el horror y la culpa de lo que ha ocurrido. Se enfrenta a su reflejo en el espejo, con la mirada perdida, consciente de que las acciones de Evil Victor han dejado cicatrices profundas en su alma. Cada rincón de su hogar, una vez un refugio seguro, ahora se siente como un recordatorio constante de su impotencia y la destrucción que ha causado.
Victor se tambalea hacia su esposa Luci y su hijo José, tratando de encontrar consuelo en ellos. "Lo siento," susurra, sus ojos llenos de lágrimas, mientras se aferra a ellos. "No puedo cambiar lo que he hecho, pero haré todo lo posible para protegerlos y redimirme."
Mientras Evil Victor observa desde las sombras, la batalla interna de Victor es tan intensa como cualquier conflicto físico. La lucha por recuperar su humanidad y expiar sus pecados se convierte en la nueva misión de su vida, mientras enfrenta las consecuencias de los horrores que ha causado.
Victor se encuentra en un estado de desesperación profunda. Llora amargamente, su cuerpo temblando con la intensidad de su dolor. Cada lágrima es una manifestación de la culpa y la impotencia que siente. La devastación que Evil Victor ha causado le pesa en el alma como una carga insoportable.
"Es mi culpa... todo es mi culpa," repite una y otra vez, mientras su mente se estremece con recuerdos de las atrocidades y el sufrimiento que ha infligido. Se siente atrapado en un ciclo de auto-recriminación, donde cada pensamiento lo arrastra más hacia el abismo de la culpa.
Luci, al ver la angustia de su esposo, intenta consolarlo, pero sus palabras no parecen ser suficientes para calmar el tormento interno de Victor. "No eres solo tú," le dice, con voz suave pero firme. "Lo que ha hecho Evil Victor no define quién eres realmente. Estamos contigo, y juntos podemos enfrentar esto."
Victor mira a Luci con ojos enrojecidos y desbordados de lágrimas. "¿Cómo puedo perdonarme a mí mismo?" pregunta, con una voz rota. "¿Cómo puedo hacer frente a todo lo que he hecho?"
"Con el tiempo," responde Luci, con esperanza en su voz. "Convirtiendo tu dolor en acción, buscando redención y mostrando que puedes cambiar. No estás solo en esto."
A pesar de su dolor, Victor sabe que Luci y su hijo José son su fuente de fortaleza. "Haré todo lo que esté en mis manos para enmendar mis errores," promete, mientras se aferra a ellos con determinación. "No dejaré que el mal que causó Evil Victor defina mi vida. Lucharé para protegerlos y para hacer todo lo posible para arreglar lo que pueda."
Con un futuro incierto y una tarea monumental por delante, Victor se compromete a luchar contra la sombra de su pasado y buscar una forma de redimirse, enfrentando el dolor con la esperanza de que, al final, pueda encontrar una forma de perdón y paz.
En la noche, tras haber lidiado con el torrente emocional que lo asaltaba, Victor se acurruca al lado de Luci. La casa está en calma, solo interrumpida por el suave sonido de la respiración de su hijo en la habitación contigua.
Victor se estira en la cama, la tensión y el peso de los eventos recientes aún palpables en sus músculos. Luci, con su presencia reconfortante, le ofrece una sensación de estabilidad que tanto necesita. Aunque sus ojos aún están cansados y su mente sigue atormentada, la cercanía de su esposa le proporciona un consuelo momentáneo.
Luci lo abraza con ternura, tratando de transmitirle un poco de paz. "Estamos juntos en esto," le susurra, "y enfrentaremos lo que venga, juntos."
Victor cierra los ojos, permitiendo que la cercanía de Luci lo envuelva en un sentimiento de seguridad. Aunque el futuro es incierto y el camino por recorrer es arduo, el simple acto de estar al lado de su ser querido le da la fuerza para enfrentar otro día.
En el silencio de la noche, mientras el mundo parece descansar, Victor se aferra a la esperanza de que, con el tiempo, podrá sanar las heridas causadas por Evil Victor y encontrar un camino hacia la redención.
En la penumbra de la noche, cuando el reloj marca las 2 de la mañana, Evil Victor toma el control de Victor. Sigiloso y calculador, se dirige al lugar donde guarda las runas. La habitación está en silencio, y la luna proyecta sombras a través de las ventanas.
Evil Victor, con una sonrisa fría y decidida, saca las cinco runas de su dimensión especial. Se encuentra en un lugar apartado, en una zona de calma y misterio, donde la energía de las runas puede desplegarse sin interferencias.
Con un gesto sombrío, coloca las runas en un círculo y comienza a recitar palabras en una lengua arcana. Las runas empiezan a brillar con una luz etérea, creando un resplandor intenso que ilumina el área. Las palabras que pronuncia están cargadas de poder oscuro y antiguo.
"Despertad, esencia del pasado. Regresad la vida a quien una vez fue parte de mi senda. María, levántate de la muerte y renace en este mundo."
Las runas emiten una explosión de energía, y la figura de María comienza a materializarse en el centro del círculo. Su forma se aclara gradualmente, y su respiración se hace perceptible, indicando que ha vuelto a la vida. La energía envolvente la rodea, y su cuerpo recupera la vitalidad que había perdido.
Evil Victor observa con satisfacción mientras María regresa al mundo de los vivos. Aunque su intención es compleja y cargada de motivaciones oscuras, el resurgimiento de María es innegable. El deseo de Evil Victor se ha cumplido.
Una vez que María está completamente restaurada, Evil Victor, aún en control del cuerpo de Victor, se retira a la sombra, dejando que la confusión y la sorpresa se adueñen del entorno. Su plan avanza, y ahora, con María de vuelta, hay nuevas posibilidades y manipulaciones que explorar.
Las runas, después de cumplir su propósito, comienzan a elevarse hacia el cielo estrellado. Sus luces, que antes brillaban intensamente, ahora se disipan en un resplandor difuso. Las runas se desintegran en partículas de energía, flotando en el espacio y esparciéndose a lo largo de vastas distancias cósmicas.
Con una última ráfaga de luz, las runas se dispersan en múltiples direcciones, asegurando que su poder no pueda ser recuperado fácilmente. Cada fragmento se dirige hacia un rincón diferente del universo, desapareciendo en la inmensidad del espacio.
El silencio de la noche se mantiene mientras Evil Victor observa el proceso, satisfecho con el resultado. Con las runas esparcidas y ocultas, su objetivo se ha logrado y el equilibrio de poder se ha alterado.
Evil Victor regresa a la casa donde Victor y su familia residen, asegurando que su próximo movimiento se lleve a cabo con la mayor astucia posible. La trama continúa, con el retorno de María creando nuevas dinámicas y desafíos.
Fin.