Xiao Changyi permaneció en silencio, simplemente observándola con una leve sonrisa en la comisura de su boca.
An Jing siguió sonriendo, —Justo ahora, nosotros estábamos apenas~.
Justo ahora, la forma en que ella y él habían cooperado estaba en perfecta armonía, como si sus mentes estuvieran conectadas por una telepatía extraordinaria.
...
De hecho, cada hogar en la Aldea Jiuping tenía sus propias verduras, pero a todos les rehuían comerlas, prefiriendo venderlas en el pueblo por dinero. En cuanto a las verduras que comían a diario, en su mayoría eran verduras silvestres recolectadas de las montañas.
Solo Xiao Changyi no cultivaba verduras.
Pero eso era porque había regresado hace apenas más de dos meses. Había arado un acre de tierra de cultivo y había limpiado un poco la montaña, pero aún no había tenido tiempo de plantar verduras.
Todo el mundo estaba cansado de comer verduras silvestres diariamente, pero no tenían otra opción si querían sobrevivir.
