—Los días son vividos por las personas, y hasta los dientes pueden morder la lengua, así que es normal que las parejas tengan sus pequeños roces —dijo Li Xiuli lenta y claramente.
—Si se divorciaran por cada pequeñez, la brigada no tendría parejas serias que quedaran.
Ella desaprobaba completamente la idea de obtener un divorcio solo porque una pareja no podía llevarse bien.
Lin Tang se sintió sofocada por estas visiones matrimoniales y sabiduría convencional.
—Ah, ya veo.
Después de la charla, fue el turno de la segunda rama de la Familia Lin para dividir el grano.
Cuando Lin Fu vio a Lin Tang, su cara seria se iluminó instantáneamente con la sonrisa de un viejo crisantemo.
—Tangtang también está aquí.
Tras hablar, señaló el gran montón de grano apartado.
—Segundo Tío, ese montón es la parte de grano de su familia, vayan y empáquenlo, y cuando vuelvan, hagan que su nuera cocine al vapor unos panecillos para que Tangtang coma —dijo.
