Las cejas negras como el azabache estaban completamente llenas de vigor heroico.
El cabello ligeramente desordenado emitía una fuerte sensación de juventud.
—¿De qué te ríes? —Lin Tang lo miró de reojo.
Tang Kairui observaba a la joven, cuya expresión era encantadoramente vivaz, y la sonrisa en su rostro se profundizaba.
Se rió hasta que las esquinas de sus ojos se tornaron rojas.
Viendo a Lin Tang lanzarle una mirada fulminante otra vez, él dijo:
—Me río porque Lin Xiaotang es adorable.
Y un poco tonta.
No pronunció esas palabras, temiendo que le pegaran.
Lin Tang frunció la nariz y levantó un poco la barbilla.
Sin embargo, su rostro permaneció muy calmado.
—No necesitas decir eso. Todos ya saben que es adorable.
Además, solo tiene dieciséis años. Ser adorable y encantadora es lógico.
Si se convirtiera en un arma letal, su familia estaría aún más preocupada.