—¡Eh! Definitivamente eso no es posible. Si lo fuera, nadie pasaría hambre —dijo.
—…Me pregunto cuántos jin de grano obtendremos este año. Ya he comenzado a ilusionarme —comentó otro.
…
Lin Tang todavía desconocía el efecto adicional que había tenido su repelente de langostas, el cual los aldeanos ya habían descubierto.
Ella estaba alimentando a los cerdos en el patio trasero con Goudan y los demás.
El establo de los cerdos de la Familia Lin se limpiaba por la mañana, al mediodía y por la tarde.
El olor seguía siendo fuerte, pero soportable.
—…Oink oink oink…
Tres cerdos que habían crecido significativamente más grandes rebuscaban en el comedero de piedra.
Estaban regordetes y parecían bastante saludables.
Al ver los cerdos que se habían engordado desde la última vez que los vio, Lin Tang dijo con una sonrisa:
—¡Estos cerdos han ganado mucho peso!
Goudan se apresuró a alardear :
—¡Por supuesto! Mi papá y mis tíos los alimentan varias veces al día.