Las palabras de la Sra. He eran casuales, pero había un leve atisbo de fatiga bajo sus ojos, claramente debido a haberse quedado despierta toda la noche.
Zhuang Qingning notó esto y sintió calidez en su corazón. Levantó la ropa contra su cuerpo y dijo, «Tía, tus habilidades son impecables. La ropa me queda perfectamente, tanto en tamaño como en forma.»
«Mientras no te importen las puntadas gruesas.» La Sra. He, elogiada por Zhuang Qingning, tenía el rostro lleno de sonrisas. Luego sacó varios pequeños sacos de tela. «Estas son semillas de vegetales de nuestra casa. Puedes plantarlas como veas conveniente.»
«Estos bulbos de ajo se pueden plantar ahora. En unos días, podríamos comer brotes de ajo. Cualquier otra cosa que necesites, semillas de vegetales o brotes, solo avísame.»
«Gracias, Tía.» Zhuang Qingning y Zhuang Qingsui dijeron al unísono.
