Siendo lunes, la casa estaba más tranquila que de costumbre y Penny no podría estar más feliz. Podría haber parecido indiferente a sus hermanos, pero también era cautelosa con ellos. Sus padres también le dijeron que tenían compromisos previos, y se fueron juntos.
Finalmente, algo de tiempo a solas.
Mirando jugar a Chunchun y Tiana, Penny apoyó sus mejillas con las manos. Estaba sentada en el césped con las piernas cruzadas, sumida en sus pensamientos.
—Señorita Penny, le he traído jugo de naranja.
Penny levantó la vista, solo para ver al Mayordomo Jen colocando un vaso de jugo de naranja junto a ella. Tenía una sonrisa amable en su rostro, sosteniendo la bandeja verticalmente, pero manteniendo su postura inclinada para que ella no tuviera que lastimarse el cuello al mirar hacia arriba.
—¡Gracias, Mayordomo Jen!
Mayordomo Jen asintió mientras miraba a sus mascotas. —Señorita Penny, he notado que no ha llevado a Chunchun y Tiana al veterinario. ¿Debo agendar una cita?