La principal razón por la que Penny quería ver a Jessa era porque pensaba que su tía había vuelto a sus malos hábitos. Cuando Penny estaba en la casa de los Cortez, Jessa siempre había tenido el impulso de jugar. Pero con las actividades y concursos de Penny, sus noches de mahjong pasaron de ser diarias a unas pocas veces por semana, luego a una vez por semana hasta que se convirtieron en una vez al mes.
Penny ya no estaba en la casa y nada podía mantener a Jessa ocupada por más tiempo. Las posibilidades de que Jessa volviera a sus malos hábitos eran altas, y por eso estaba acosando a los Bennets. Pero Penny se dio cuenta de que podría estar equivocada.
Al ver la bonita caja de bento que Jessa preparó para Penny y los gemelos, Penny quedó asombrada. Todo se veía bonito y sabroso. Todo era, de hecho, su favorito.
Jessa no disfrutaba mucho cocinar, pero Penny no podía negar que Jessa tenía un talento innato en la cocina. Penny no sería tan grande si no fuera así.