—Más de lo que sabes y más de lo que te he mostrado.
Penny contuvo la respiración, mirando a Slater. Sus cejas lentamente se elevaron en sorpresa. Mientras tanto, Slater parpadeó con ternura.
—¿Por qué harías tal pregunta, sin embargo? —preguntó con un ligero puchero—. Bueno, supongo que no he demostrado eso hasta ahora, ¿eh?
—Heh… —Penny soltó una risa superficial, sin estar realmente segura de lo que él hablaba.
Slater chasqueó los labios y sonrió. —No te preocupes. Te colmaré de más amor—solo no toques mis chocolates y coches.
Nunca lo hice. No me atrevería.
—¿Te vas ahora? —preguntó, inclinando la cabeza hacia un lado—. Espera. Déjame acompañarte hasta la salida.
—¡Está bien! —ella se alarmó un poco, encogiéndose al mirar a sus padres. Suspiró aliviada cuando no se despertaron.
—¿Qué te pasa? —Slater frunció el ceño—. Solo te estoy ofreciendo acompañarte hasta la salida. No es para tanto.