Eran alrededor de las tres y Alix había impartido dos clases y tenido una sesión privada con Qing Rao, quien se estaba preparando para la competencia de armonía invernal que ahora estaba a solo dos semanas de distancia.
Ella estaba merodeando durante treinta minutos más en la oficina y luego iría a recoger a Xiaobo de la escuela.
Para pasar el tiempo, estaba en el mundo de los juegos, explorando el segundo mundo. Era mucho más grande que el primero.
Si aquel había sido un pueblo, este era una ciudad.
Hasta ahora, todo lo que había hecho era caminar de una tienda a otra, visitó una tienda de armas y tuvo una breve conversación con otro jugador del juego, un asesino.
Tenía que admirar la belleza del segundo mundo porque opacaba al primero.
Esta ciudad, desde una vista proporcionada por el elfo, estaba construida sobre agua. Era una isla elevada, rodeada de nubes brumosas arriba y un océano abajo.
