—¿Cuidándose el uno al otro?
—¿Es ese el tipo de cuidado en el que la engañas para casarse con un inválido y termina perdiendo la vida?
—Ella no puede soportar eso.
—Todos esos años tratando de complacer a mi mamá nunca hicieron que me tratara mejor, el hecho demuestra que este método es inútil. —dijo Shen Mianmian.
—... —respondió Shen Jianhua.
Él fue rechazado sin palabras por Shen Mianmian durante bastante tiempo; cuanto más crecía la niña, más aguda era su lengua. No era de extrañar que su esposa terminara gritando cada vez que hablaba con ella, en verdad era bastante irritante.
Sin embargo, dado que él estaba equivocado esta vez, Shen Jianhua no tenía derecho a perder los estribos. Parado allí incómodamente, por un momento, no sabía cómo concluir las cosas.
—Tío, mañana tenemos un examen. —le recordó Zhou Siyu en voz baja, rompiendo el incómodo silencio.