Las dos miraban alrededor, y Zhou Siyu estaba deslumbrada por la variedad de opciones. Por un momento, no sabía qué elegir, pero finalmente, escogió una prenda que lucía llamativa y estridente.
Zhou Lanfang también pensó que se veía bien, pero cuando preguntó por el precio, resultó ser de treinta yuan.
Originalmente, Zhou Lanfang había presupuestado que tanto la ropa como los zapatos no excederían los quince yuan en total. Ahora este solo artículo costaba treinta, y aun regateando, estaba más allá de su presupuesto. Zhou Lanfang no quería comprarlo.
—Aún estás creciendo, y si compras algo tan bueno, no pasará mucho antes de que te quede pequeño, y para entonces se lo estarías regalando barato a esos malditos pequeños. ¡Vamos a ver en otras tiendas!
—Está bien —Zhou Siyu estaba algo reacia a separarse de la ropa pero entendió que era, de hecho, cara y más allá de sus medios.