—Habiendo golpeado y pateado, Shen Mianmian se sintió aliviada y le dijo a Lu Siyuan:
—Vamos.
—Lu Siyuan:
...
—Viendo lo refrescante que había sido el puñetazo de Shen Mianmian justo ahora, él pensó que ella discutiría el asunto con la anciana, buscaría algo de justicia antes de irse, pero inesperadamente, después de golpear a alguien, ella huyó.
—Esta chica, realmente astuta.
—Lu Siyuan sintió que Shen Mianmian era como un libro que te hacía querer seguir leyendo. Hasta que pasabas a la próxima página, nunca sabrías lo que decía, siempre te daba sorprendentemente esa sensación asombrosamente impresionante.
—No se van, antes de que llegue mi hijo, ninguno de ustedes puede irse."
—Al ver que los dos intentaban irse, Wang Erfeng directamente se lanzó y abrazó las piernas de Lu Siyuan.
—¿Pensaba que podía golpear y huir? No es tan simple.
—Y ni siquiera preguntó quién era.
—Hoy, nadie se va sin pagar.