Debido a que no habían vendido nada ayer, tenían muchos productos acumulados en casa, algunos vegetales frescos que simplemente no podían esperar hasta la próxima semana para ser vendidos, por lo que Lu Siyuan descargó la mercancía en el puesto y regresó a casa a traer otra carga.
Venían a vender verduras todos los sábados y domingos y habían ganado bastantes clientes habituales.
Sus verduras eran todas cultivadas en granja y tenían precios accesibles, así que a las tías y algunas de las esposas más jóvenes les gustaba comprarles. Después de que algunas hicieran un viaje en vano ayer, no pudieron evitar preguntar cuando vieron a Shen Mianmian hoy.
—Mianmian, ¿por qué no saliste con tu hermano a vender verduras ayer? —Después de haberles comprado muchas veces, se habían acostumbrado a llamarla por el apodo que usaba Lu Siyuan.
