—Está bien, Profesora Li, tome un tiempo para reflexionar sobre sus propias acciones —dijo el director, sin querer enredarse más con Li Qiumei en este tema.
—... —Li Qiumei se sintió indignada por dentro. Al ver la cara del director más fea que nunca, se contuvo, pero al pensar en el asunto de Shen Mianmian, no pudo evitar preguntar a regañadientes.
—¿Y qué pasa con lo de Shen Mianmian haciendo trampa para conseguir un lugar?
—¿Quién te dijo que Shen Mianmian hizo trampa para conseguir un lugar? —el director fulminó con la mirada, golpeó la mesa con la mano y de repente alzó la voz, sobresaltando a Li Qiumei.
—¿No lo acaban de mencionar Wang Jingjing y Zhao Xinlan?
Zhao Xinlan y Wang Jingjing, quienes fueron nombradas, encogieron instintivamente el cuello, asustadas por el grito del director.
Los demás profesores pensaban para sí mismos:
—Profesora Li siempre parece tan astuta, ¿cómo puede ser tan ingenua ahora?
¿Ella no ha entendido por qué está enojado el director?