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Comparada con la clase de matemáticas, la clase de chino era un poco más simple. Si memorizabas y recitabas bien, siempre podías obtener una puntuación decente. Pero la clase de matemáticas requería que pensaras.
Probablemente Shen Mianmian no podría obtener muchos puntos esta vez.
Con esto en mente, su atención rápidamente pasó de Shen Mianmian a los otros estudiantes. A diferencia del chino, en matemáticas no había muchas cosas para recitar; no podías simplemente copiar del libro. Así, hablando relativamente, podían relajarse un poco.
Dio dos vueltas y observó que todos estaban haciendo sus tareas seriamente, sin signos de travesuras. Gradualmente se relajó, y antes de darse cuenta, se encontró de vuelta frente a Shen Mianmian.
