La Guardia Imperial irrumpió con fuerza, inundando cada rincón de la residencia de Wen Yanpei como un maremoto.
El rostro de Wen Yanpei estaba pálido como la muerte. Ignoró a su esposa inconsciente y a su hija aterrorizada y corrió apresuradamente para evaluar la situación.
Vio al hermano de la Emperatriz, Xiao Weiliang, caminando entre sus guardias con una sonrisa en el rostro y las manos detrás de la espalda. Paseaba tranquilamente, observando el entorno de la residencia Wen como si disfrutara de un recorrido por un jardín.
—Comandante Xiao, ¿cuál es el significado de esta intrusión repentina en mi hogar? —Wen Yanpei avanzó para inclinarse en saludo antes de cuestionar.
Xiao Weiliang lo miró con expresión despectiva. —Médico Imperial Wen, tienes bastante descaro, atreviéndote a engañar a Su Majestad y tomar la vida del Príncipe como una broma.