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Tan pronto como Xueqing se fue, Yingbao inmediatamente bajó la caja de medicinas y la colocó sobre la cama.
La habitación estaba oscura y húmeda, llena de polvo, y telarañas colgaban en las esquinas. Parecía que nadie había vivido aquí durante mucho tiempo.
La cama frente a la de ella estaba cubierta solo con una capa de bambú, sin siquiera una estera, igual que la suya.
A través de las tiras de bambú, ella podía ver claramente la tierra rota excavada por ratas debajo de la cama.
Yingbao movió otra gran caja de madera por sí misma, la colocó en la cabecera de su cama y la apiló encima de la anterior.
Luego encontró un trapo para limpiar el polvo de la mesa.
Cuando abrió la ventana, pudo ver un jardín afuera. En el jardín había algunos árboles perennes y unos cuantos capullos de peonía y paeonia esperando florecer.
También había unos cuantos tendederos de bambú con ropa y edredones colgados.
