—Solo somos los mensajeros —dijeron los dos oficiales—. Dado que el jefe de la familia Jiang se niega a enviar a su hija a la oficina médica del condado, ¿por qué no escribe una carta para que la llevemos de vuelta como respuesta?
Jiang Samlang estuvo de acuerdo con su sugerencia. Les pidió que esperaran un poco y mientras tanto su esposa preparó dos tazones de sopa de fideos con pollo para ellos mientras él escribía una carta.
Después de despedir a los dos oficiales, Jiang Samlang se llenó de aprensión, sintiendo que este asunto estaba lejos de terminarse.
Su preocupación resultó estar bien fundada. Menos de un mes después, un grupo de hombres llegó. Al frente de ellos estaba Xiao Mo.
En ese momento, Yingbao, junto con Youyou y Xiaohei, estaban regando los brotes en el huerto cuando su hermana llegó corriendo apresuradamente.
—¡Yingbao! ¡Ese tipo Xiao ha vuelto! —dijo ella, jadeando pesadamente—. Dice que quiere llevarte a la oficina médica del condado para estudiar.