—Niña, ¿cómo te atreves a traer medicina al palacio sin autorización? Muéstrame lo que tienes, este no es un lugar para que juegues. —Estos miembros de la familia Xiao son cada vez más irracionales, dejando que una niña tan pequeña diagnostique a su alteza. Si ella puede curar a su alteza, entonces ellos, este grupo de ancianos, podrían igual acostarse en sus ataúdes.
—Xiao... Tío, si no puedo usar mi propia medicina, ¿por qué me trajiste aquí? —frunció el ceño Yingbao y miró fijamente a Xiao Mo.