—Por supuesto.
Chunniang curvó los labios en una sonrisa, llevando a su joven hija a la habitación para charlar.
Yingbao relató toda la historia a su madre, asegurándole que el Maestro Wu era muy amable y que definitivamente enseñaría bien a Xiaojie.
No había motivo para que Chunniang se preocupara. Era una gran fortuna otorgada por las generaciones anteriores a su hijo, un agricultor sin antecedentes ni conexiones, ser elegido como aprendiz del Maestro Wu.
—Bao'er, ¿crees que deberíamos hacer un par de zapatos para el Maestro Wu y su esposa como regalo? —preguntó Chunniang.
Yingbao pensó por un momento, —Pero no sabemos su talla de zapatos. ¿Qué tal si les preparo algunas Pastillas Conservadoras de Salud en su lugar, así no tendrás que preocuparte, Madre?
—Eso también funciona. —Las pastillas que su hija hacía eran famosas en todo el pueblo y muy preciadas, además de ser también regalos adecuados.